Capítulo 11 #QQDMI

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Un nuevo día comienza y qué mejor manera de comenzarlo teniendo a Lucas acostado a mi lado, con su brazo rodeándome la cintura.

Si, definitivamente es una excelente manera de despertar.

Anoche antes de venir hasta su casa tomé algo de ropa para dormir, él insistió en que podía usar una de sus remeras, pero me negué y le dije que además de ropa necesitaba mi cepillo de dientes, de pelo, entre otras cosas. Frunció el ceño pero luego asintió sonriendo.

Pasado unos minutos consigo salir de la cama sin despertarlo. Voy directo al baño para lavarme la cara, cepillarme los dientes, y peinarme, pero no me cambié de ropa. Para cuando volví a la habitación Lucas aún seguía durmiendo, y aproveché la oportunidad para tomar mi celular y salir directo a la sala de estar para llamar a mi amiga.

Después de contarme algunas cosas sobre su cita con Bastian, que por cierto es el hermano de Lucas, le conté que ahora me encuentro en su casa y que más tarde le daría detalles. Corté y comencé a caminar por el pasillo que me lleva nuevamente hacia la habitación de Lucas, me encanta el color azul marino de las paredes, y lo limpio y ordenado que se ve todo, incluso mucho más que mi departamento, y eso que vivo con la obsesiva por el orden.

Seguí recorriendo y me quedé viendo la pequeña biblioteca que Lucas tiene en la sala, la mayoría de los libros tienen que ver con Artes visuales y los que están en el estante de más arriba son de informática.

Recordé lo que me dijo, como su trabajo consistía en buscar información sobre diferentes personas para después... estafarlos.

Me sorprende el modo en el que me tiré a la pileta con él, en como dejé que por primera vez en mi vida mande mi corazón, me aterra la idea de qué el pueda fallarme... Lo peor de todo, es qué ni siquiera está obligado a tratarme bien.

No somos amigos, ni novios, ¿Somos algo?, Creo que solo simple conocidos... Jamás se me ocurrió pensar cómo llamar a esta rara relación.

Volví a la habitación y ahogué un pequeño jadeo. Me encontré a Lucas que estaba de espaldas a mí, con una toalla negra en su cintura y juro que vi caer en cámara lenta las gotas que iban de su cabello hasta su cuello, y luego perdiéndose en su espalda.

En momentos como estos me gustaría tener más ojos, porque los míos no me alcanzan para ver todo a la vez.

Lucas se dio vuelta y enarcó una ceja.

— Sé lo qué estás pensando cariño. — Volví de mi pequeña burbuja cuando escuché la palabra "cariño". ¿Cariño? Él no hablaba enserio.

— Lo siento, no sabía que estabas...— Comencé a decir y él se volvió un momento para sacar ropa de la cajonera y volví a quedarme en silencio perdiéndome en su espalda.

— ¿Qué decías? — Dijo levantando la vista mostrando un diabólico hoyuelo.

— Nada, voy a la cocina así te cambias... — Balbuceé.

— Sabes que no es necesario. —

No podía moverme, o quizás no quería... Aún no lo descifraba.

¡Mierda! No creo que sea capaz de terminar de desnudarse enfrente de mí... ¿No?

Mi mano seguía en el picaporte, y noté mi boca ligeramente abierta, la cerré al instante y parpadeé.

— ¿Esa es tu cara de observadora? —

— ¿Qué tiene mi cara? —

— Ya sabes...— Dijo acercándose peligrosamente. — Te quedas con la boca abierta, los ojos entrecerrados...—

¿Qué quieres de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora