XI. ✨🍃

234 52 29
                                    


Felix.

Una llama candente abrasa el aire antes de que una nube naranja y verde llene el pabellón. El fuego se prende en las hojas como un muro ardiente, y no pasa ni una chispa. Algo se agita en el pecho de Felix. Un latido acelerado. Un apretón desgarrador en los pulmones.

Todo lo demás ocurre en destellos grises y blancos.

Hyejung retrocede tambaleándose, con sangre en su brillante pañuelo. Las hojas chamuscadas se esparcen como la lluvia y el humo pica por todas partes. Unas gruesas enredaderas atan a los dos atacantes.

Copas de vino rotas brillan en el fuego. Un mago del agua apaga las brasas que se han prendido en el toldo. El ataque termina en cuestión de segundos, fácilmente contrarrestado por la magia de Hwang. Hay un respiro de tranquilidad antes de que nadie más pueda reaccionar.

Entonces, la luz del sol destella bajo el toldo. La magia de Isantha, más brillante de lo que Felix haya visto jamás, surca el aire como lanzas de luz. Las hojas doradas se clavan en los atacantes caídos, desgarrando sus cuerpos tendidos.

Los gritos de dolor se ahogan, silenciados por la sangre y la luz del sol.

El horror se apodera de Felix. De injusticia visceral. Su visión se llena de imágenes del fuego, la luz del sol y la muerte. La iridiscencia pulsante de la piedra caliza. Felix no puede reaccionar cuando todos los demás estallan en movimiento y ruido. La única voz que Felix reconoce es la de Hyunjin, que se eleva fría y aguda por encima del resto, pero no puede distinguir lo que Hyunjin está diciendo.

Los guardias alejan a Felix y a los demás visitantes de los cadáveres. El movimiento provoca una oleada de mareos, y Felix apenas llega a trompicones a un banco antes que se le doblen las rodillas. Esta vez su visión no se oscurece. Los cadáveres aún brillan con la magia persistente.

Hermosa y luminosa magia mal utilizada.

La siguiente oleada de mareos casi le deja inconsciente. Como si lo hubieran convertido en una cáscara vacía, la visión se desvanece hasta que todo son sombras.

La próxima vez que Felix parpadea, no está solo. Agazapado frente a él, todo piel leonada, ojos pintados y bonitos zapatos, está Yeop Hongjoong.

—Hola, pequeño Seok, ¿Estás despierto?

Felix traga saliva, tratando de registrar lo que ha cambiado en los últimos momentos. No puede haber perdido mucho tiempo, porque no se ha movido, y todo el mundo sigue pululando.

Hyejung está erguida, apretando un trapo contra su hombro regordete e ignorando a un curandero. Se alzan voces discutiendo.

— ¿Hyunjin está bien? —Felix hace un gesto de dolor—. ¿Su Alteza, quiero decir?

—Por supuesto que lo está. Una pequeña bola de fuego no es nada para Hwang Hyunjin. —El ceño de Hongjoong, preocupado, se transforma en una sonrisa—. ¿Le digo que preguntaste?

Los ojos de Felix se abren de par en par. —No, por favor.

Hongjoong se lleva un dedo a los labios. —Bueno, si estás despierto, quédate callado. Estoy escuchando el espectáculo.

Felix casi pregunta qué espectáculo, pero es fácil darse cuenta cuando las voces se agudizan. Hyunjin y Jungwoo discuten en voz demasiado alta.

—No tenía intención de matarlos, pero no lo lamento —replica Jungwoo—. Eres mi prometido y mi príncipe, ellos te atacaron. Defenderte es mi deber.

—Mis guardias lo tenían bajo control —dice Hyunjin en voz más baja pero con el mayor enfado que Felix le ha oído nunca.

—Sólo pretendía debilitarlos, Alteza. No esperaba que la piedra caliza...

Príncipe y Peón - Serie Tribunales Peligrosos #III - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora