Eternidad, una vida eterna de soledad, solo jugar y divertirse rompiendo las reglas hasta que conocí a mi compañera.
Amelia Dupont de 18 años Francesa, una pequeña adorable y risueña, ama seguir el orden algo diferente a mi, es amable con todos y c...
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Narración Omnisciente:
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2008/Forks Washigton.
No es todo lo que parece, hasta un pueblo pequeño y desolados tienen sus secretos y leyendas.
Forks a estado lleno de avistamiento desde que una chica llegó a este pueblo, Isabella Swan, una humana común, que siempre era el tema principal de problemas con lo sobrenatural.
Poco a poco la curiosidad de esa chica, salió a la luz que los vampiros existían al igual que los lobos.
Su sangre tan deliciosa como un perfume dulce, pero no hablaremos de ellas si no de Amelia Dupont, una francesa que vivió en ese pueblo más o menos 1 año.
Amelia.D:─ Termina el desayuno Emma - la de ojos café acaricia una pequeña cabellera del mismo color de su cabello.
Emma.D:─ ¿Me llevará papá? - la pequeña mira a la mayor.
Amelia.D:─ Si el te llevará - la pequeña hace un puchero y la mayor rie por su gesto ─ Lo siento pequeña, es que tengo que ir al colegio temprano - la mayor se acerca a besa a la niña. ─ Pórtate bien - la mayor agarra su mochila y empieza a caminar hacia la salida.
La de ojos café camina fuera de su casa, su casa quedaba lejos de el pequeño pueblo, caminaba por dentro de el bosque, nunca le dio miedo, tiene auto pero le gusta caminar ya que su mente se despeja.
Mientras la morena caminaba, una vampira de cabello rubio fresa la miraba sobre los árboles, sin poder despegar su mirada de ella, su olor le hacia volver loca, no sólo a ella, si no a todos los vampiros.
La de cabello negro caminaba envuelta en sus pensamientos, pero su mente volvió a la realidad a escuchar un gruñido de un animal.
Al darse vuelta vio a aquella rubia, sus miradas parecían que estaban enlazada por el destinó, no podían quitarse la mirada.
