Capítulo 4

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Un viernes de fin de mes, al mediodía, un elegante auto estacionó en el hospital general de Musutafu, quienes esperaban su turno de ser atendidos no pudieron evitar mirar con curiosidad a quien bajó del auto; un hombre alto, vestido todo de negro, con capucha y lentes oscuros, quizás una estrella de cine o algún cantante famoso. El hombre dió la vuelta al auto y fue a abrir la puerta del copiloto, donde ayudó a su esposa embarazada a bajar, tomó su pequeña mochila y caminó con ella hacia el hospital sin quitar por un segundo la mano protectora envuelta en su cintura.

Aquella escena quedaría grabada y se esparciría por todo internet, más tarde Katsuki tendría que lidiar con su agente para hacer desaparecer ese vídeo. Mientras tanto, el pobre héroe estaba al borde de un colapso nervioso, necesitaba sacar a Izuku de ese ambiente lleno de miradas extrañas y murmullos, su esposo ya estaba bajo demasiado estrés y no necesitaba preocuparse por la posibilidad de que alguien los descubriera.

Izuku notó ese ambiente extraño, las miradas curiosas y los murmullos que hablaban de él y de Katsuki. Quizás alguien ya se había dado cuenta de quienes eran, quizás en un par de horas la noticia de su embarazo ya estaría circulando por el mundo, ¿y si los villanos se enteraban?, ¿y si su bebé estuviera en peligro…? Tuvo que aferrarse a su esposo en un abrazo, tenía que sacar esas malas ideas de su cabeza.

Katsuki detuvo sus pasos cuando lo sintió.

—Hey, cálmate, todo estará bien, lo prometo —murmuró.

En un rápido movimiento bajó su mascarilla médica y la de Izuku, solo para besarlo dulcemente, esperaba que eso fuese suficiente para tranquilizarlo.

—Vamos o llegaremos tarde a la cita.

Izuku fue tomado por sorpresa, permaneció en silencio, completamente rojo de vergüenza mientras su esposo lo animaba a caminar por los pasillos, sabía que cuando Katsuki se lo proponía podía ser el hombre más romántico y cursi de todos.

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Como en sus citas anteriores la doctora Igarashi los recibió con una sonrisa brillante. La pareja de padres primerizos sabía que tenía mucha suerte de haber conocido a una mujer profesional y comprometida con sus pacientes, pues los había acompañado desde el primer momento, había resuelto todas sus dudas, los había apoyado en más de una forma.

Ella guió a Izuku a la mesa de exploración y animó a Katsuki a sentarse junto a él, era la primera vez que Dynamight acudía a una consulta prenatal con su esposo, pues usualmente era Inko quien acompañaba a Deku.

Mientras Katsuki respondía algunas preguntas a la doctora, Izuku se dejó hacer, la doctora revisaba su barriga y se aseguraba que todo estuviera bien con el bebé. Ella se colocó a la derecha de su paciente con un ultrasonido, puso un poco de gel en el abdomen de Izuku y comenzó a hacer el estudio.

Los padres observaron atentos, dejaron a la mujer hacer su trabajo, o eso pretendían; en algún momento cuando el cúmulo de manchas negras y grises dibujaron la forma de una pequeña cabecita y una mano ambos soltaron un suspiro de emoción.

—¡Es nuestro bebé Kacchan, mira! —gritó Izuku emocionado, sacudiendo frenéticamente la mano de su esposo.

—¿Seguros que no quieren saber si es niño o niña? —preguntó la doctora.

En citas anteriores ella había hecho esa pregunta, y cada vez, a pesar de la emoción en los ojos de Inko, ella podía notar el miedo en los ojos de Deku. Nunca pudo hablar con él al respecto; ella no podía saber cuanto asustaban a Izuku las posibilidades, él pasó muchas noches en vela imaginando a su pequeña familia, preguntándose ¿de qué forma él y Katsuki podrían criar a una niña?, o por el contrario ¿cómo harían para criar a un buen hombre?, las posibilidades de fracasar lo asustaban demasiado.

—De hecho… Sí queremos saberlo… —respondió Izuku en un susurro.

La doctora sonrió.

—Deku, Dynamight, están esperando una preciosa bebé, una niña.

Por primera vez en los meses que llevaba de conocerlo, los ojos de Deku no reflejaron tristeza alguna, las lágrimas que asomaron en sus ojos fueron de felicidad.

—Una niña… mi niña… —musitó acariciando su pancita.

—Nuestra niña —se unió Katsuki, al tiempo que unía su mano a la de Izuku, sobre la barriga que gestaba una tierna bebé.

La doctora se movió en silencio, dándoles su espacio para ponerse románticos, luego volvió con otro aparato extraño que ahora ocupaba el lugar del ultrasonido, cuando lo encendió los latidos de un pequeño corazón se hicieron presentes.

—¿Lo escuchas, Izuku? —preguntó la doctora.

—Sí, lo escucho…

—Es tu bebé, su corazón late fuerte, ciento cincuenta latidos por minuto.

Fue imposible contener una sonrisa. El momento se acercaba, ya no podía soportar más las ansias por sostener a su bebé entre sus brazos, escucharla reír, besar sus suaves mejillas.

—Bien, ahora más que nunca deben estar muy atentos —continuó la doctora—. Ya no más consultas Izuku, ni más estudios, la próxima vez que nos veamos será para recibir a la pequeña, presta mucha atención, cuando las contracciones sean frecuentes o te des cuenta de algún líquido saliendo de tu vagina entonces será momento de venir corriendo al hospital, ¿entendido?

—Entendido… ¿usted me acompañará verdad?

—Lo haré cariño.

—¿Y… mi esposo puede estar presente cuando ella nazca?

—Si Dynamight tiene el estómago para soportar ver un parto, puede quedarse.

—Por supuesto que estaré contigo, haremos esto juntos —afirmó Katsuki, aún con los nervios amenazando con hacer temblar voz.

—Entonces, nos veremos pronto, Izuku —dijo la doctora finalmente, entregándole su última receta de multivitamínicos.






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El siguiente será más largo, lo prometo

-D.K.

El final de nuestra historia de dos [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora