Harper
Sábado 16 de diciembre, 16:15 pm.
—¿Qué más debería llevar a una tarde de té?
—Primero no es una tarde de té, probablemente haya whisky —corrige Nora del otro lado del móvil—. Y todo lo que no lleves lo encontrarás allí. Es una maldita mansión.
—Vaaale, ya bajo.
Colgué la llamada y bajé hasta la cocina donde mamá estaba en la laptop, mientras que papá estaba jugando con el gato de Grey...
—Adiós mamá, adiós papá.
—Wow, wow. Pisa el freno —habló mamá, sacando la vista de la pantalla—. ¿Dónde vas?
—Con Nora y Aarón a una maravillosa tarde de té.
—A ti no te gusta el té —soltó mi padre, Jase.
—Pues he cambiado de opinión —le saqué la lengua haciéndolo reír.
—Cuídate y no vuelvas tarde —advirtió mamá con su dedo acusador.
Mi madre, Eva, no es una mujer demasiado cariñosa. Aún así nunca me he sentido no amada por ella, siempre sabe qué decir cuando nadie más sabe. Es muy sabia.
—¡Los amo! —chillé cerrando la puerta de la entrada.
El auto de Aarón estaba frente a mi casa. Nora estaba en el asiento del copiloto.
—¡Holaaa! —saludé enérgica.
—Hola —saludaron ambos en un tono serio y frío.
Uy... Hay tensión.
—¿Todo bien?
Silencio.
—Ya veo... —suspiré y me puse a mirar por la ventanilla.
Todo el camino estuvimos en silencio. Quise sacar conversación, pero mis intentos fueron en vano.
Nos dirigimos a la mansión de los Meyer, por segunda vez. Ya pasaron varios días desde esa noche. Aunque esta vez, sé a qué vamos, sé quienes son los invitados y sé que nadie cumple años... Es tan solo, una tarde de té o lo que sea que signifique eso.
Aarón estacionó el coche y todos bajamos.
—Estoy seguro de que nadie en esa casa lleva comida de regalo —se quejó Aarón.
Solo se molesta porque está enfadado con Nora.
—Mi budín les encantará a todos —me defendí—. Luego las cocineras me pedirán la receta.
Rodó los ojos.
Nora caminaba con cara de querer asesinar a alguien, me acerqué a ella.
—¿Vas a contarme que pasa o tengo que seguir esperando?
Aarón volteó a vernos.
—Adelantate, ya vamos —sugerí e hizo caso.
—Vale, estamos solas —volví a mi amiga.
—Me he peleado con Aarón.
—Eso ya lo sé, ¿qué ha pasado?
—¿Te acuerdas de la otra noche en el bar? Dónde estaba mi prima.
—Sí —recordé sonriente—. La pasamos bien esa noche.
—Pues se la folló. A. Mi. Prima. ¿Qué mierda le pasa?
ESTÁS LEYENDO
Aetérnum
Teen FictionLa vida de Harper y Grey era un remanso de paz en la bulliciosa ciudad de Los Ángeles, donde las rutinas cotidianas y la tranquilidad definían su día a día. Sin embargo, todo cambia una noche en una fiesta vibrante, donde las luces parpadeantes y la...