Durante su año de erasmus en España, Archie vive una experiencia inolvidable con la hermana de su mejor amigo español. Pero que pasará cuando su año de erasmus acabe? Seguiran juntos? o tendran que dejarlo?.
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Todo comenzó el 9 de septiembre de 2024, cuando decidí hacer mi primer año de Erasmus en España. Lo que no sabía es que esta experiencia cambiaría mi vida para siempre.
Me llamo Archie y nací en Roma el 12 de noviembre de 2007. Mi padre es italiano y mi madre es de Euskadi, una comunidad autónoma de España. Todos los veranos solíamos viajar a España, y siempre quise estudiar allí. Por eso, el año pasado decidí que cursar el tercer año de informática en España era una buena idea. Hoy es el día en que tomé el avión hacia España. Siempre he visitado Euskadi, concretamente Legazpi, pero no hay opciones de Erasmus en Legazpi, así que me voy a ir a Donosti.
Mi novia Franchesca me llevó al aeropuerto para despedirse y hablar de un tema importante.
"Bueno, Franchi, ¿de qué querías hablar antes de que me fuera a Donosti?", le pregunté.
"Archie, amor, quería hablar sobre nuestra relación. Creo que separarnos no nos hará bien, y deberíamos poner nuestra relación en pausa", dijo ella.
"¿Pausa?", pregunté, sintiendo preocupación.
"Sí, en pausa. Tomar un descanso, darnos tiempo para conocer a otras personas y ver si encontramos a alguien más compatible. Si es así, lo dejaríamos", dijo con tono nervioso.
"Entiendo, entonces me estás dejando", dije, sintiendo el peso de sus palabras.
"No... –se detuvo para pensar–. Básicamente, quiero darnos tiempo para explorar otras opciones", explicó.
"No es eso, pero en una relación a distancia es fácil ser infiel y no quiero sentirme culpable si lo hago", respondió.
"Bueno, si lo ves así, está bien. Pero, ¿podríamos hacer al menos tres videollamadas a la semana?", intenté mantener algo de esperanza.
"¿Por qué no convertirlo en un juego? Ver quién de los dos sería infiel primero", sugirió.
"¿Estás bromeando? ¿Quieres convertir nuestra relación en un juego?", dije, cada vez más frustrado.
"Sí, podría ser interesante ver quién cede primero", dijo.
"No, esto no tiene sentido. Terminamos", declaré con firmeza.
Tomé mi maleta y subí las escaleras del aeropuerto de Fiumicino. Al llegar al mostrador de check-in de Iberia, me di cuenta de que había dejado mi mochila con mi DNI, pasaporte y tarjeta de embarque en el coche de Franchesca.
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Corrí hacia la entrada del aeropuerto. Mientras me apresuraba, pensaba en lo ocurrido con Franchesca. ¿Cómo habíamos llegado a este punto? Hace poco estábamos planeando mantener nuestra relación a pesar de la distancia, y ahora todo se derrumbaba.
Franchesca me entregó la mochila sin mirarme a los ojos. "Aquí tienes", dijo, arrojándome la mochila.
"Gracias, Franchi", respondí, pero ella ya se alejaba.
Tomé la mochila y volví al aeropuerto. Traté de dejar atrás mis pensamientos sobre Franchesca y enfocarme en el futuro. Este viaje a Donosti era el inicio de un nuevo capítulo en mi vida.
Presenté mi documentación en el mostrador de check-in y recibí mi pase de abordar. Caminé hacia la puerta para embarque, sabiendo que este viaje significaba no solo el comienzo de mi Erasmus, sino también una oportunidad de comenzar de nuevo y forjar mi propio camino. Aunque la distancia me alejaba de Franchesca, también me abría la puerta a un futuro lleno de posibilidades.
