El chico de ojos verdes me miró por un momento después de haberle contestado a mi padre. Parecía inquieto.
- Pensé que eras el anciano que ayer me ayudó con la luz del pasillo, al parecer la apagaron cuando no se deja apagar por las noches. - Sonrió, mostrando su hilera de dientes blancos.
Sentí mis mejillas enrojecer. Rogaba al cielo por que esto no fuera una insinuación de que ya sabía que había sido yo quien había apagado la luz.
- Pensé que no necesitabas ayuda. - Repliqué, recordando lo de ayer.
Instantáneamente su sonrisa se borró. Me arrepentía de haber abierto la boca. Genial, Elena.
- Como sea, tengo que irme. - Se giró hacia el departamento que hasta apenas ayer, yacía vacío.
- Si te referías al señor Peter, es el departamento que está junto al tuyo a la izquierda. - Solté, tratando de sonar desinteresada.
Él simplemente me miró y se detuvo frente a su departamento.
Cerré la puerta un poco más fuerte que de costumbre. Entré en la habitación de papá, tomando el plato que me extendía. ¿Cuándo me sirvió pastel?
- Gracias. - Le sonreí, él ya iba por la segunda rebanada. Sabía que le encantaba el pastel.
- ¿Qué quería? - Preguntó, comiendo.
- Se ha equivocado de apartamento, es un tonto.
- ¿Por qué? Es el nuevo inquilino, ¿verdad?
- Sí, acaba de mudarse ayer por la noche, lo vi bajar sus maletas cuando entraba al edificio.
Asintió con la cabeza y seguimos comiendo.
* * *
- Volveré más tarde. - Me despedí de mi padre.
Eran las cinco y media y si no me apuraba me regañarían como de costumbre. Había preparado comida para mi papá y había dejado todo listo por cualquier cosa que necesitara. No me gustaba dejarlo solo pero con lo que me daban apenas si ganaba para la comida y el alquiler. Lujos como los de esta mañana tenían que planearse con tiempo para guardar dinero. No tenía lo suficiente para contratar a alguien que lo cuidase, así que se quedaba solo el tiempo que yo trabajaba, lo cual era mucho.
- Descuida, ve con cuidado, cariño.
Le regalé una sonrisa y salí del apartamento, bajé casi corriendo las escaleras y salí del edificio, imaginé que el tiempo mejoraría para este día, pero estaba completamente equivocada, me encogí más en mi suéter y me encaminé a mi trabajo.
El restaurante-bar donde laboraba abría a las nueve de la mañana y cerraba a las tres de la madrugada. Tenían mucho personal, tres horarios diarios. Agradecía que el mio fuera accesible y no como el de Edna, que casi siempre le tocaba en la madrugada. Una vez, cuando trabajé por segunda ocasión en este horario me atreví a preguntarle si no le daban ganas de dejar tirado este trabajo y buscar otro. Me respondió que lo había pensado miles de veces pero que no encontraba otro mejor pagado. Y tenía razón, una de las principales razones por las cuales me mantenía trabajando aquí era por eso. Porque pagaban bien, o lo mejor que podían.
Me puse mi delantar y comencé a atender mis mesas. Este sería un día largo.
Dylan no paraba de echarme miradas, traté de disimular que no lo notaba, pero me ponían nerviosa. Dylan ha trabajado más tiempo que yo en este local, yo apenas tengo dos años trabajando aquí, entré a los 16, cuando mi padre ya no podía trabajar más. Mientras que él ya llevaba más de tres años trabajando.
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Insano. (Harry Styles)
FanfictionÉl no era exactamente el chico dulce y lindo que ella buscaba. Ella no era otra chica fácil. Simplemente eran dos personas completamente diferentes pero se entendían mejor que nadie. Esta novela es totalmente mía. Espero que les agrade.