Era un día cálido y soleado en la finca Mariposa, El sonido del viento suave y los pájaros cantando creaban una atmósfera pacífica, y la finca Mariposa parecía sumido en una extraña calma
Los cazadores aprovechaban ese respiro entre misiones para descansar o entrenar, aunque otros, como Zenitsu, preferían socializar... o intentarlo
Zenitsu se encontraba sentado en un banco, junto a una cazadora novata, una joven que acababa de unirse a las filas, Estaba explicándole algunos detalles sobre cómo funcionaba la finca, y la novata parecía bastante agradecida, sonriendo tímidamente ante las nerviosas pero sinceras palabras de Zenitsu
Era raro verlo tan relajado en una conversación, ya que usualmente se ponía ansioso o asustado, sobre todo con las chicas, Sin embargo, en ese momento, su sonrisa era ligera y amigable, casi como si disfrutara de la conversación sin darse cuenta de nada más
Lo que Zenitsu no notaba era la figura que los observaba desde la distancia, bajo la sombra de un árbol cercano, Mitsuri Kanroji, la siempre alegre y encantadora Pilar del Amor, estaba sentada en el césped con una expresión un tanto extraña en su rostro
Sus ojos esmeralda estaban fijos en Zenitsu, y aunque sus labios seguían curvados en una leve sonrisa, su ceño estaba ligeramente fruncido
Mitsuri no era alguien que soliera sentir celos, Era una persona generosa, confiada y amorosa, Sin embargo, ver a Zenitsu tan concentrado en otra chica le producía una pequeña punzada de incomodidad en el pecho, "¿Por qué está hablando con ella por tanto tiempo?" pensaba mientras sus mejillas se inflaban ligeramente, dándole un aire casi infantil. Su mente intentaba justificarse: "Es solo una charla..." Pero sus celos, aunque pequeños, seguían brotando.
La cazadora novata soltó una carcajada suave ante algo que Zenitsu dijo, y Mitsuri sintió que ese pequeño nudo en su estómago se apretaba
Con un movimiento decidido, se levantó del césped, sacudiéndose ligeramente su uniforme de cazadora, Aún con una sonrisa en el rostro, comenzó a caminar hacia ellos, su cabello largo, de colores rosa y verde, ondeando como una cascada de flores en movimiento, Cada paso que daba parecía iluminar el ambiente a su alrededor; su presencia era imposible de ignorar
Cuando estaba a unos metros de Zenitsu y la novata, Zenitsu finalmente la notó, Sus ojos ámbar se abrieron de par en par y su respiración se entrecortó, A pesar de los años que habían pasado desde que la conoció, Mitsuri seguía teniendo ese efecto en él: cada vez que la veía, su corazón se aceleraba y su mente se llenaba de pensamientos de admiración, Era hermosa, sí, pero también tenía una calidez y dulzura que hacían que cualquiera se sintiera atraído por su presencia
— ¡Mitsuri-san! — exclamó Zenitsu, con su usual energía nerviosa — ¿Q-qué haces por aquí?
Mitsuri le sonrió dulcemente, pero había algo juguetón en su mirada, Sin dudarlo, se acercó aún más y, con total naturalidad, deslizó su brazo alrededor del de Zenitsu, apoyando su cabeza en su hombro
No era un gesto extraño en ella, ya que siempre era muy afectuosa, pero esta vez, había una intención clara detrás de ese gesto: quería marcar su territorio, pero lo hacía de una manera tan adorable que era imposible tomarlo mal
— Oh, Zenitsu, simplemente te estaba buscando — dijo con una ligera risa, que sonaba como una campana — Te he estado esperando, ¿sabes? Pensé que quizás ya no querías pasar tiempo conmigo... — Mitsuri hizo un pequeño puchero, inflando ligeramente sus mejillas de nuevo
Aunque sus palabras eran juguetonas, Zenitsu no pudo evitar sentir una pequeña gota de sudor formándose en su frente, ¿Había hecho algo mal?
La cazadora novata, incómoda ante la presencia de Mitsuri, se levantó rápidamente del banco, Con una sonrisa nerviosa, se despidió de ambos, mientras Mitsuri la observaba con sus grandes ojos brillantes, A pesar de que su expresión seguía siendo amigable, había una leve intensidad en su mirada que hizo que la chica se apresurara a marcharse
Zenitsu, sin entender del todo lo que acababa de pasar, se giró hacia Mitsuri, quien seguía abrazada a su brazo, Ella lo miraba con una expresión suave, pero había algo diferente en su actitud, ¿Era posible que Mitsuri, la amable y siempre sonriente Pilar del Amor, estuviera... celosa?
— Eh, M-Mitsuri-san... — comenzó Zenitsu, rascándose la nuca con la mano libre — Yo solo estaba ayudando a esa chica, no era nada importante...
Mitsuri lo miró, sus ojos esmeralda fijos en los de él, y su sonrisa se amplió con dulzura, Pero en lugar de responder inmediatamente, se inclinó un poco más cerca de él, acurrucándose suavemente en su hombro
— Lo sé, Zenitsu — dijo finalmente, su voz melodiosa y suave como una brisa de primavera — No estoy molesta... solo que, cuando te veo con otra chica, no puedo evitar sentirme un poquito celosa, ¡Pero no te preocupes! Sé que no tienes malas intenciones, solo... ¡no me gusta compartirte!
Zenitsu se quedó completamente congelado, Su mente giraba rápidamente intentando procesar lo que acababa de escuchar, ¿Mitsuri estaba celosa... de él? ¡De él, Zenitsu! No podía creer lo que oía, Sintió cómo el calor subía a sus mejillas y el corazón le latía aún más rápido
— P-pero Mitsuri-san, no tienes que sentirte así — respondió Zenitsu, intentando calmar su nerviosismo — Yo... ¡yo no quiero estar con nadie más! ¡Tú eres la única para mí!
Las palabras salieron de su boca sin pensarlo demasiado, pero eran completamente sinceras, Mitsuri era una de las personas más especiales que había conocido en su vida, y si había algo que él deseaba, era seguir a su lado
Mitsuri lo miró con sorpresa ante esa repentina declaración, pero en lugar de sentirse avergonzada o incómoda, su rostro se iluminó aún más con una alegría indescriptible, Sus ojos brillaban y sus mejillas se ruborizaron, pero no de celos, sino de puro afecto
— ¡Oh, Zenitsu! — exclamó Mitsuri, abrazándolo de repente con fuerza, casi aplastándolo con su afecto — ¡Eso es lo más dulce que has dicho! ¡Me haces tan feliz!
Zenitsu, aunque ligeramente asfixiado por el abrazo de Mitsuri, no pudo evitar reírse suavemente, Al final, cualquier chispa de celos en Mitsuri no era más que una muestra de lo mucho que le importaba, y esa dulzura la hacía aún más adorable de lo que ya era
— Prometo que nunca te dejaré fuera — dijo Zenitsu, sonriendo ampliamente mientras le devolvía el abrazo — ¡Eres lo mejor que me ha pasado!
Y así, bajo el sol dorado, los dos permanecieron juntos, compartiendo una conexión que solo ellos entendían, donde incluso los celos se volvían algo tierno y encantador entre ellos