Capitulo 2.-

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Elizabeth

Cuando salimos de la universidad, Valeria me estaba esperando en la puerta. Tenía una gran sonrisa en su cara.

—¡Vamos! —dijo emocionada, y nos subimos a un bus rumbo al centro comercial.

—¿Qué vamos a buscar? —le pregunté mientras nos acomodábamos en los asientos.

—Ropa para la fiesta de esta noche, por supuesto. ¡Es de gala! —me explicó.

—¿Gala? —repetí, un poco nerviosa.

—Sí, me llegó un mensaje que decía que el anfitrión de este año es el padre de uno de los chicos de último año. Son médicos, así que quieren hacer algo grande —dijo Valeria mientras miraba por la ventana.

—Vaya, eso suena impresionante. ¿Y qué tipo de ropa estamos buscando? —pregunté, sintiéndome un poco abrumada.

—Algo elegante, pero que también te haga sentir cómoda. No te preocupes, yo te ayudaré a elegir. ¡Esto va a ser divertido! —me dijo con alegría.

Al llegar al centro comercial, el lugar estaba lleno de gente haciendo compras y disfrutando del día. Valeria me tomó del brazo y nos dirigimos a una tienda que parecía tener todo lo que necesitábamos.

—Vamos a buscar algo que te haga brillar —dijo, y su energía era contagiosa.

Entramos y empezamos a explorar. Valeria rápidamente encontró un par de vestidos que le gustaban y me hizo probarme varios. Aunque al principio me sentía un poco incómoda, al recordar que hace tiempo hice lo mismo con Irene, pronto empecé a disfrutar de la búsqueda.

—¡Este te queda perfecto! —exclamó Valeria al ver un vestido negro que me quedaba perfecto. Era sencillo pero elegante, y me hacía sentir bien.

—Sí, creo que me gusta —respondí, sonriendo mientras me miraba en el espejo, hacia mucho que no me sentía bonita.

Después de un rato de buscar y probar cosas, finalmente encontramos un atuendo que ambas consideramos increíble. Con nuestras compras en mano, salimos de la tienda listas para prepararnos para la fiesta.

—Esto va a ser épico —dijo Valeria con una gran sonrisa mientras nos dirigíamos al bus de regreso.

—Sí, estoy empezando a sentirme emocionada —admití, y por primera vez en mucho tiempo, la idea de una fiesta no me parecía tan aterradora.

Valeria me llevó a su casa, y una vez dentro, comenzamos a maquillarnos. Mientras lo hacíamos, empezamos a hablar de nuestras vidas antes de la universidad.

—¿Tus amigos entraron a otra universidad? —me preguntó mientras aplicaba un poco de sombra en sus ojos.

—Sí, mi mejor amiga Andrea se fue a Canadá a estudiar, por el trabajo de su madre —respondí, sintiendo nostalgia al recordar los buenos momentos que habíamos pasado juntas.

—¡Wow! Eso suena increíble. ¿Y tú novio, estudia? —preguntó, y mi corazón se apachurró al escuchar su pregunta. No quería decirle que Alex ya no estaba en este mundo.

—Mi... mi novio... —tartamudeé, tratando de controlar mis sentimientos—. Él vive lejos por el momento.

—¿Estudia en otro país? —me abrazó, y su gesto de apoyo me hizo sentir un poco mejor. Aunque sabía que no podía seguir escondiendo mi dolor, en ese momento solo quería mantener la conversación ligera.

—Sí —susurré, sintiendo que mi voz se quebraba un poco. La verdad era que no quería profundizar en el tema, pero Valeria era tan amable y comprensiva que no quería decepcionarla.

Después de ti *Anónima*  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora