capitulo 7: Sueños distintos por un amor compartido

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La tarde había dado paso a una noche cálida y relajante en la casa de Morticia. El aroma de la comida aún flotaba en el aire, y las risas y conversaciones de las amigas llenaban la sala.

Después de una deliciosa cena, Morticia propuso jugar juegos de mesa. El primer juego fue Turista, en el que Verónica se coronó como ganadora. Luego, jugaron ajedrez, donde Morticia demostró su habilidad y ganó todas las partidas.

Los niños, entusiasmados, descubrieron una consola de videojuegos y Morticia la conectó a la televisión. Los dejó jugar Castlevania, Mario Bros y Pac-Man, mientras ellas disfrutaban de su propia diversión.

Morticia se dirigió a la cantina que tenía en la cocina, tomó una botella de vino y una copa. Al regresar a la sala, Verónica le preguntó con curiosidad:

"¿Te vas a tomar tú sola la botella?"

Morticia asintió, sorprendiéndolas. Sin embargo, enseguida sirvió una copa y se la ofreció a Daniela. Luego, volvió a la cocina y regresó con un tequila, whisky y una margarita.

Con una sonrisa, distribuyó las bebidas: el whisky para Verónica, el tequila para Victoria y la margarita para Ana. También le compartió de su vino a Daniela, sabiendo cuáles eran sus preferencias en alcoholes.

Los niños las miraban extrañados y Michell preguntó:

"¿Yo puedo tomar de eso?"

Morticia negó con una sonrisa:

"No, Michell, tú no puedes tomar de este vino, pero te prepararé una malteada de chocolate. A ti y a los demás también."

Fue a la cocina, llamó a los niños a la mesa y les sirvió sus malteadas. La noche se llenó de risas y conversaciones, mientras disfrutaban de la compañía mutua.

La noche había caído sobre la casa de Morticia, y con ella, un ambiente de tranquilidad y relajación. Los niños, después de una jornada llena de juegos y risas, comenzaban a sentir el cansancio. Morticia, con una sonrisa maternal, los llamó a acostarse.

—Vamos, niños, es hora de dormir —dijo, mientras los abrazaba.

Dianita y Michell se resistieron, aferrándose a Morticia con fuerza.

—No quiero separarme de ti, Morticia —dijo Dianita, con los ojos llorosos.

—No te preocupes, mi amor —respondió Morticia—. No me voy a ir. Solo los llevaré a la escuela mañana.

Morticia los meció hasta que se quedaron dormidos, y luego los cargó a su habitación. La escena fue conmovedora, con los dos niños abrazados a su "madre" sin querer separarse de ella.

Al regresar a la sala, Morticia encontró a sus acompañantes ya borrachas. Verónica y Victoria reían sin parar, mientras Ana intentaba mantener la conversación.

—No aguantan nada —bromeó Morticia—. Yo llevo tres botellas y no estoy ni un poco borracha. Ustedes solo dos cubas y ya están borrachas.

Morticia les ofreció varios pijamas para que pudieran dormir cómodas. Luego, se fue a bañarse y cambiarse.

Al regresar, todas la miraban con curiosidad.

—A qué estás jugando, Morticia? —preguntó Verónica, con una sonrisa intrigada.

—Yo no estoy jugando —respondió Morticia—. Son ustedes que todo lo malinterpretan. Pónganse la pijama y nos quedamos a platicar o a dormir.

Ana se levantó y agarró la mano de Morticia.

—Sabías que tu aroma es irresistible? —dijo, con una mirada seductora—. Toda tú eres tan deseable.

Morticia se alejó rápidamente.

—Me lo dicen mucho —dijo, con una sonrisa ligera—. Ahora decidan: se embriagan más y las cuido, o yo me embriago y ustedes me cuidan.

Al no obtener respuesta, Morticia se sirvió otra copa de vino y esperó a que regresaran con el pijama puesto.

Los pijamas no les quedaban tan cortos, pero tampoco muy largos. Morticia sonrió levemente.

—Tal vez la próxima vez tengan suerte —dijo—. No me gusta acostarme con personas ebrias, pero me quedaré a cuidarlas.

Así fue. Morticia las llevó a su habitación y se durmieron juntas, rodeadas de risas y confianza. La noche había sido inolvidable, llena de momentos especiales y conexiones profundas.

La casa de Morticia se había convertido en un refugio de amor y amistad, donde todos se sentían en casa. Y en ese momento, Morticia supo que había encontrado algo especial, algo que trascendía los límites de la amistad y el amor.

MAGNÍFICA TENTACIÓN ( En Modificación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora