capítulo 5

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Ben se alejó de Castiel, su rostro lleno de repulsión y desprecio.

"¿Qué diablos fue eso?", preguntó, su voz llena de ira y asco. "¿Te crees que puedes besarme o algo así? ¡Eres un ángel, no un pervertido!"

Castiel se sintió herido por las palabras de Ben.

"No fue mi intención", dijo, su voz baja y tranquila.

Ben se rió con desdén.

"No fue tu intención", repitió. "¡Eres un ángel! ¡No deberías tener esas sucias pensamientos!"

Castiel se enfureció.

"No soy sucio", dijo. "Y no hay nada malo en sentir atracción hacia alguien."

Ben se burló.

"¡Atracción!", gritó. "¡Tú eres un ángel! ¡No tienes derecho a sentir eso!"

Castiel se acercó a Ben, su mirada intensa.

"Mi orientación no es un pecado", dijo. "Y no necesito tu aprobación."

Ben se rió.

"¡Orientación!", repitió. "¡Eres un ángel! ¡No tienes orientación!"

Castiel se dio la vuelta y se alejó, dejando a Ben solo con su odio y su intolerancia.

Castiel se quedó en silencio, mirando la oscuridad de la noche, su corazón latiendo con un sentimiento profundo y intenso. Pensaba en Dean, su alma gemela, su conexión más profunda y verdadera.

"Dean", susurró, su voz llena de emoción.

La separación había sido dolorosa, pero Castiel sabía que su amor por Dean era eterno. No importaba dónde estuvieran, no importaba qué obstáculos se interpusieran en su camino, su conexión era inquebrantable.

Castiel recordó los momentos que habían compartido, las batallas que habían luchado juntos, las risas y las lágrimas. Dean era más que un amigo, más que un compañero. Era su todo.

La discusión con Ben parecía insignificante en comparación con el amor que sentía por Dean. Castiel se dio cuenta de que no podía permitir que la negatividad y el odio de Ben lo afectaran.

Con una nueva determinación, Castiel se levantó y comenzó a caminar hacia su destino. Iba a encontrar a los gemelos, iba a cumplir su misión y luego iría a buscar a Dean.

Nada podría detenerlo. Nada podría separarlo de su alma gemela.

"Dean, te encontraré", prometió Castiel, su voz firme y resuelta. "Te encontraré y nunca más nos separaremos".

Castiel se acercó a la escena, su corazón pesado por la visión que se desplegaba ante sus ojos. La habitación estaba llena de cuerpos sin vida, bañados en sangre y desechos.

La música había cesado, y el silencio era ensordecedor. Castiel podía sentir la muerte y la desesperación en el aire.

Ben se rió, su rostro cubierto de sangre y su ropa empapada en líquido rojo.

"¿Te gusta mi obra maestra?", preguntó, su voz llena de locura.

Castiel se sintió asqueado por la escena y por Ben.

"¿Qué te ha pasado?", preguntó. "¿Cómo pudiste hacer esto?"

Ben se encogió de hombros.

"Me aburrió la vida normal", dijo. "Quería algo más. Algo que me hiciera sentir vivo."

Castiel sacudió la cabeza.

"Esto no es vida", dijo. "Esto es muerte y destrucción."

Ben se rió de nuevo.

El Mismo Tu(soldier Boy X Castiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora