⚋⚊ 𝖴𝖭𝖨𝖢𝖮.

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Desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron en una entrevista luego de que el barça ganara la liga 22/23, me di cuenta de que tenia algo distinto. Era la chica estrella de barcelona, la heroína de todas las niñas que soñaban con alguna vez jugar al fútbol profesionalmente, pero en ese momento, era solo una chica con una calida sonrisa que me miraba con profundos ojos color café.

Desde ese primer cruce de miradas, no me la pude sacar de la cabeza. Tenía algo especial, algo en su forma de ser, en esa mirada profunda y tranquila que, a pesar de todo lo que había logrado, me hacía sentir como si nos conocieramos de toda la vida. Era de las mejores jugadoras del mundo, pero lo que más me sorprendía era la humildad que transmitía.

Durante la entrevista, hablaba con una voz serena, pero firme. Contaba cómo había llegado a donde estaba, lo mucho que se había esforzado para alcanzar sus sueños, y mientras la escuchaba, me di cuenta de que no tenía a cualquiera enfrente. Estaba frente a alguien que no solo había ganado en la cancha, sino que también se había ganado el corazón de miles, y quizás el mío también.

Cuando la entrevista terminó, nos quedamos en silencio unos segundos. Ella me miró y me sonrió, pero había algo distinto en su sonrisa, más cercana.

- Gracias por la entrevista - dijo mientras me devolvia el micrófono.

- Gracias a vos - le respondí, intentando no perder la compostura. Por dentro, sentía que tenía que hacer algo antes de que se fuera.

- ¿Me podrías firmar la camiseta? me gustaría tenerla de recuerdo - ella me miró con una mezcla de sorpresa y diversión.
- Obvio, ¿cómo no? - respondió mientras tomaba la camiseta que llevaba en la mano y sacaba un marcador de su bolso.

- Acá tenés - dijo, devolviéndome la camiseta con una especie de guiño en los ojos que no supe bien cómo interpretar.

Cuando se dio vuelta y empezó a caminar para irse, me quedé clavada en el lugar, mirándola mientras desaparecía entre las luces del estadio.

Al otro día, cuando llegué a casa después del trabajo, me acordé de la camiseta y la agarré para mirarla con más calma. Fue ahí que me di cuenta que además de su firma, justo abajo, estaba escrito su número de teléfono, acompañado de un dibujito de una carita sonriente. Me quedé helada, sin saber si reír o qué hacer. El corazón me empezó a latir a mil y sentí como un calor raro que me subía por todo el cuerpo.

25/05/2024...

El día de la final había llegado, y la tensión se notaba en cada rincón de la casa. Aitana, aunque parecía tranquila, no podía esconder lo que le pasaba por dentro. La conocía demasiado bien, sabía que este partido no era uno más. No solo porque el Barça se jugaba la Champions, sino porque ella venía preparando este momento hacía meses.

Había planeado levantarme antes que ella, pero cuando fui a la cocina, ya estaba ahí, con una taza de café en la mano, mirando por la ventana.

- ¿Dormiste algo? - le pregunté mientras me acercaba.

- Más o menos - respondió con una media sonrisa, sin despegar la vista en algún punto perdido. - Siempre me pasa lo mismo antes de estos partidos. Pero ya está, estoy lista.

La miré mientras terminaba de desayunar en silencio. Tenía esa calma que mostraba siempre antes de los partidos importantes, pero hoy la notaba más metida que nunca. Sabía que intentaba que el día pareciera uno más, pero no era así. Hoy todo era distinto.

Después del café, se levantó y fue a revisar el bolso de entrenamiento. Lo había dejado listo anoche, pero como siempre, necesitaba chequear todo de nuevo. Las canilleras, los botines -los que usaba para los partidos clave- y la característica vincha que siempre usaba en la cabeza. La veía repasando cada cosa con esa precisión que tiene cuando está nerviosa.

𝐑𝐄𝐏𝐎𝐑𝐓𝐄𝐑𝐀 ; 𝖠𝗂𝗍𝖺𝗇𝖺 𝖡𝗈𝗇𝗆𝖺𝗍𝗂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora