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En un dia sutilmente nublado, los chicos ya habían partido a su viaje camino al bosque. Hacía bastante frío, por lo que rogaban que el lugar no fuese tan nevado, ni mucho menos frío. Han afirmaba que si había una cabaña ahí, en la cual solía jugar de niño cuando su padre iba de pesca al lago que estaba cerca de la zona.

Al llegar notaron como casi todo estaba cubierto de nieve, a excepción de un pequeño y estrecho camino, dónde no pasaba ni un vehículo.

— Changbin, continúa. — Indicó Hannie con seguridad.

— Si sigo conduciendo, probablemente nos quedemos atascados. — Respondió algo extrañado por la actitud del contrario.

— Tiene razón y probablemente moriremos de hipotermia — Respondió Hyunjin, quien estaba a un lado de él.

— Lo sé — Soltó Han con una sonrisa que le causó escalofríos a Jeongin.

— Tarado.. — Murmuró el menor de todos en el auto, sintiendo una sensación extraña en su estómago. Se abrazo a si mismo por esa misma razón.

— ¿Te encuentras bien? — La voz de Han resonó en sus oidos con cierto tono de preocupación.

— Si, solo tengo náuseas — Respondió entre dientes.

Al estacionar bien, todos bajaron del auto y buscaron sus cosas en el maletero. No habían traído demasiado. Solo lo suficiente para estar una semana ahí, conviviendo entre todos con distintos juegos, comida, ropa, entre otras cosas.

Changbin se encontraba por cerrar el maletero cuando vio que ya llegaba el vehículo de Minho y les sonrió.

— ¡Ahora vuelvo! — Les gritó con alegría y siguió a Han por aquel camino.

Poco a poco, Changbin se perdió entre la blanca y fría neblina que había bajado segundos atrás.

Y los chicos no se quedaron de brazos cruzados, en lo que ellos volvían iban a bajar las cosas que tenían en el maletero.

— Sigo pensando que esto es una mala idea.. — Murmuró Minho antes de querer quitar el seguro a su puerta.

Fue en ese momento que escucharon un ruido fuerte, un disparo que hizo volar a los pajaros y cuervos que se posaban en las ramas de los altos árboles del bosque.

— ¿Lo escucharon? — Todos asintieron silenciosamente. — Segur-..

De repente algo se estrelló en el vidrio delantero, sacando un susto a todos. Tal parecía que era un animal dado a que chorreaba sangre por el auto de Minho. Quien alzó una ceja, disgustado al ver como el líquido rojo ensuciaba su auto.

— ¿Qué es eso? — Preguntó el chico de pecas y bajo del vehículo junto a los demás. — ¿Eso es un pájaro?

— Que asco — Musitó el castaño. Estaba disgustado con tal cosa que ensuciaba su vehículo. — Saquen las cosas del maletero, yo voy a limpiar esto y los alcanzo después.

Los demás se quedaron viéndolo y luego se vieron entre ellos. No querian dejar solo a Minho por nada.

— Chris, ten — Le arrojó las llaves del carro y este las atrapó.— Abre el maletero y lleven sus cosas a la cabaña, yo me quedaré aquí.

Chris no dijo nada al respecto y se dirigió a abrir el maletero, dejando que los demás saquen sus cosas. Al igual que el resto, no traían demasiado. Solo un poco de ropa y algunos juegos, comida, pocos objetos, etc.

— Vayan, yo me quedaré con Lee — Musitó el mayor a Felix y este asintió, pidiendo que tenga cuidado.

Lee se encontraba tratando de limpiar la sangre fresca de aquel animal en su auto con un paño y algo de alcohol. Había mucho silencio, lo único que se pudo escuchar fue la risa de Seungmin a lo lejos.

THE LAST ONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora