Hábitos de reproducción

Capitulo 4

Era durante el primer año de Izuku en la agencia de Mirko, actuando como un sidekick y no como su pareja.

Ella estaba camino a casa. Pateó una lata tirada con sus tacones, frustrada. "¡Vaya, desde que apareció ese novato, prácticamente no ha habido nada que cubrir! Quiero decir, es algo bueno que se esté convirtiendo en un mejor lugar, pero ¿qué pasa con las historias interesantes, demonios!" No quería gritar durante la noche, pero su frustración iba en aumento con ideales en conflicto. Seguridad versus emoción. Miró a su alrededor, esperando no llamar la atención sobre sí misma. Estaba casi en casa, pero no vivía en la mejor área. Era una reportera al aire, pero el dinero no era mucho. Sus ojos se abrieron al notar que tres hombres la seguían. Rápidamente miró hacia adelante y aceleró el paso. ¿Cuánto tiempo me han estado siguiendo?! Intentaba controlar su respiración, pero podía escuchar sus murmullos arrastrados mientras se acercaban, también caminando más rápido. Ajustó su agarre alrededor de la correa de su bolso. Sus ojos escanearon en busca de una posible escapatoria. Vio un callejón. Lo había usado como un atajo para llegar a casa antes. Si pudiera acercarse lo suficiente a su apartamento para que alguien la escuchara... Cerró los ojos, casi podía sentir sus alientos en su cuello. Estimó y pisoteó el zapato del del medio antes de correr por la acera y girar hacia el callejón.

"¡Esa perra!"

Dos la persiguieron, mientras que el otro intentaba correr, pero con una cojera. Giraron hacia el callejón mientras ella estaba a mitad de camino. ¡Sí, puedo lograrlo!

Pero uno de ellos tenía un quirk de 'resorte', sus piernas se convirtieron en un resorte comprimido antes de saltar sobre y cruzar al otro extremo del callejón. "Oye, cálmate, solo queremos conocerte. Eres esa reportera, ¿verdad? Puedes hacernos famosos, ¿verdad?" Se lamió los labios solo imaginando estar en las noticias.

Se estaban acercando lentamente a ella.

Ella miró a ambos lados. No podía escapar. Sus manos temblaban y su respiración era rígida, pero metió la mano en su bolso; una vez que lo agarró, su bolso cayó al suelo. "¡Aléjate!" Gritó, apuntando lo que parecía una pistola a un lado y luego al otro.

"Oh, qué miedo." Bromeaban mientras se atrevían a acercarse.

"¡Ayuda!" Gritó mientras apuntaba el arma hacia arriba y disparaba una bengala alta en el cielo para llamar la atención.

"Era un arma de bengalas, ¡eso va a atraer a los héroes!"

"¡Maldita sea...!" Uno de ellos se lanzó hacia ella, empujándola contra la pared con su mano agarrando su mandíbula.

Ella luchó, arañando su brazo con ambas manos. Sin embargo, tenía una sonrisa al ver que comenzaban a entrar en pánico como ella lo había hecho antes.

"Escoria como tú lo merece." Escupió en su cara.

"¡Eso es todo!" Retiró su otro puño, listo para silenciarla.