Capítulo 1: Que invierno ha sido tu ausencia

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Dolía, al punto que apenas podía levantarse del sofá por la mezcla del frio que se colaba por las paredes y el dolor punzante en la herida en su omóplato, pero no quiso hacer nada para aplacarla, le recordaba constantemente lo que había perdido, necesitaba tener la presente para saber qué hacer con su vida de ahora en adelante. La cabaña era un desastre pero al menos no era tan diferente a como la encontró cuando acudió al llamado de Stanford, olía a mierda disecada, madera húmeda y a metal frio, pero muy en lo profundo también se filtraba el aroma a libros y a café negro, le recordaba perfectamente a su hermano, eso le dolía mucho más que la quemadura que se había infectado en su espalda, era este aroma el que nuevamente le escozaba los ojos al punto que solo podía hacerse un ovillo con su manta, abrazar el diario que fue testigo de su pelea y llorar hasta volver a quedarse dormido.

Apenas había comido la última semana, se había acabado la comida y el alcohol, por lo que se quedó aún más solo de lo que se sentía acompañado únicamente por el dolor de una herida que le hacía sentir que goteaba sangre. Estaba mareado, la cabeza le daba vueltas como en la peor de sus resacas, pero pudo llegar a duras penas al baño, se desnudo de la cintura hacia arriba y vio en su piel las consecuencias físicas de su pelea contra Ford, la maldita quemadura está completamente infectada, no era sangre lo que goteaba sino una sustancia mucho más asquerosa de un color verde enfermizo, si se tornaba oscura seria su final.

Necesitaba mas que alcohol y comida para solucionar sus problemas, necesitaba un médico o su madre perdería a otro de sus hijos.

Se vistió solo con su chaqueta vieja encima, cerrando el cierre con las manos temblorosas y chocando con cada estante y mesa en el camino llego hasta la puerta de entrada de la cabaña. La vista se sentía pesada, prácticamente obnubilada, se puso los guantes, las gafas de su hermano y se obligó a salir hacia su auto. Fue recibido por el aliento congelado del invierno de Oregon mientras la tormenta y la blanca luz cegadora de la ventisca, cerró la puerta con llave tras de sí caminando con dificultad bajo la lluvia de copos de nieve. Para su mayor desgracia el dolor en la cabeza se intensificó, haciéndolo caer sobre la gruesa capa de nieve del porche delantero, ahogando un par de maldiciones mientras trataba de incorporarse sobre sus piernas.

"Si mueres aquí, Stan, es el puto final" Gruño para sí mismo.

Prácticamente se dejó caer sobre la puerta del piloto de su auto que llevaba estacionado por días donde lo dejo desde que llego a la cabaña, las llaves seguían dentro de su chaqueta y agradeció hacia las alturas por su falta de orden, tenía intención alguna de regresar a la cabaña, consideraría incluso como una opción el morir junto el auto si es que no tuviera la esperanza de poder traer a Ford de regreso algún día.

Su auto era una chatarra, pero como por obra del todopoderoso no le fallo esta vez, el suave ronroneo del motor le arrebato la primera sonrisa genuina en muchos días, acaricio el manubrio del conductor con cariño y emprendió el viaje memorizando la ruta de retorno a la cabaña. El camino cada vez se veía más agolpado por nieve mientras sentía que cada vez aumentaban los escalofríos y el sudor, la fiebre indicaba que su cuerpo se estaba desesperando por eliminar la infección de la herida de su cuerpo, o bien era una llamada de atención por el desgastado estado de salud al que se había resignado estas últimas semanas, perfectamente podían ser ambas opciones. Aun alguien con su poco conocimiento académico era capaz de saberlo pero por fortuna para él era en sabiduría practica de la vida donde Stanley era superior a la mayoría, trato de inflar su ego con estos pensamientos para olvidar que el exterior hostil se veía igual de marchito que su estado actual, solía ser fuerte, golpear más duro que ningún otro, sacar dinero de una piedra, era astuto como un zorro y más independiente que ninguna otra persona que el conociera, necesitaba recordarse todo esto para aferrarse a alguna esperanza de que algún día recuperaría a su hermano una vez más, esta vez para no dejarlo ir por nada.

Susurros en el Bosque [FiddleStan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora