PRÓLOGO.

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El mundo nos suele dar sorpresas y giros inesperados, si alguien le hubiera dicho a Jeon Jungkook que estaría en estos momentos disfrutando de su mejor etapa, con una beca universitaria dentro de la escuela más prestigiosa de criminalística dentro de Corea, jamás lo habría podido creer.

Al principio parecía difícil, una nueva ciudad emigrando de Busan a Seúl, nuevos amigos, otro ritmo de vida totalmente diferente al suyo, un hecho que aún cuando le costó adaptarse, con el tiempo lo consiguió de maravilla.

Llevaba poco más de tres meses allí y sin embargo, había memorizado mil cosas, conoció personas increíbles e incluso logró hacer buenos amigos como por ejemplo Jimin quién junto a su novio Yoongi, resultaban un apoyo fundamental para el joven Jungkook.

Tanto Park como Jeon habían descubierto que provenían de Busan, incluso coincidieron sin saberlo en haber asistido al mismo jardín de infantes de pequeños, esto causó una conexión inmediata e inquebrantable, un suceso que acabó convirtiéndolos en mejores amigos, cómplices y compañeros.

Por otro lado, más allá de su aparente vida perfecta dónde resultaba ser uno de los jóvenes más populares de su universidad, rodeado por la atención y robando suspiros a más de una chica, la vida de Jeon Jungkook en ocasiones se tornaba monótona e increíblemente allí, en los puntos muertos de su tiempo perdido, entre el gentío y el silencio, es que él entraba. Un sigiloso ente de incógnitas constantes, una criatura terrenal casi diabólica, un demonio sádico entre penumbras.

¿Cómo definiríamos al Diablo si lo conociéramos a ciencia cierta?

Si se lo preguntan a él, diría exactamente lo que pocos llegamos a tomar cómo conclusión de este enigmático ser desconocido físicamente por la humanidad. Jungkook cree en las historias que se cuentan ciertamente, esas dónde se asegura que el Diablo es el ángel más hermoso creado por Dios, cuya alma contiene impaciente la más pura maldad en base a la injusticia del destierro a consecuencia de su soberbia inmensa.

Hermosamente perfecto, inimaginablemente cruel, preciosamente maldito, frío y despiadado, pasional de toque ferviente, sexual e incapaz de sentir algo, buen amante de la agonia, mal amor para los desdichados quienes se cegan por el poder de su belleza, pues la hermosura de lo extraño es aquello que nos arrastra de curiosos ante la rareza, queriendo ver más allá, deseando descifrar lo que nos resulta raro, hundiéndonos en las sombras por mera impaciencia de saber más de lo que no deberíamos conocer.

El ser humano es curioso ante lo extraño y diferente, anhelante de lo prohibido, pecador por envidia y lujuria.

Y ustedes se preguntarán ¿por qué comentar este tema tan trivial de cómo vemos al Diablo?

La respuesta es simple, queridos lectores, Kim Taehyung era justamente para Jungkook la representación precisa e indicada del mismísimo Lucifer caminando entre nosotros en la tierra.

De belleza incomparable, aura extrañamente rara, aislado y asocial, con sus orbes verdosos almendrados, de cabello castaño algo ondulado, imponente sin necesidad de verse musculoso o tonificado, envuelto en ropajes la mayor parte del tiempo negros o café oscuro, siempre con sus audífonos puestos leyendo algún libro de exagerada cantidad de páginas, en aquel rincón de la cafetería sin relacionarse con nadie, dedicándole miradas algo sombrías cuando el menor se dignaba a prestarle atención terminando por rehuir la vista nervioso pues Kim jamás la quitaba primero.

Quería conocer más de él, deseaba saber de dónde provenía, cómo sería hablar de temas triviales por horas con una persona como Taehyung, anhelaba conocer el sitio a donde se marchaba después de clases, si tenía familia o amigos, cómo era su vida, qué secretos escondía.

𝐔𝐍𝐑𝐄𝐈𝐍 © →Taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora