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Para Yeonjun no hay nada mejor que unas vacaciones a gusto en un hotel de lujo, sentado en un camastro bajo el sol, sintiendo la brisa en su cara frente a la playa... y un chico guapo del staff del hotel.
Desde que sus ojos se posa...
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Sinceramente, nunca he confiado en los planes de mis amigos, siempre terminan perjudicándome de alguna forma.
Y no, no me importa que así haya terminado en la situación en la que estoy con el precioso de las raíces despintadas, son tontos y esa opinión nunca va a cambiar.
O al menos eso pensé.
Después de haber estado aproximadamente una hora entre beso y beso—y algo de plática—con Yeonjun, todos regresaron, pero esta vez tenían compañía.
— ¡Tontos! ¿Por qué interrumpen el trabajo de la señorita Yeri así? – les reclamé al ver a la gerente entrar a lugar.
– Ella quiso venir, no es como que la obliga-
Kai fue callado por un golpe de Sieun, entonces la gerente empezó a hablar luego de soltar una risilla que no me dio nada de tranquilidad.
– No es ninguna molestia venir a tomar la situación en mis manos, tus compañeros fueron muy amables en comentarme, se nota la preocupación – habló mientras caminaba hacia mi, noté la mirada de extrañeza que le dedico a Yeonjun pero no comenté al respecto.
– Me está espantando.
– No te preocupes, no voy a regañarte, no me corresponde esa parte, haz sido un muy buen empleado – la señorita me sonrió – y precisamente por ello acabo de darte de baja del sistema.
– ¿¡Qué?! – dijimos yo, Yeonjun y Kai al mismo tiempo, pensé que los demás estarían sorprendidos también. ¿Qué tipo de buena noticia es esa? Sentía que iba a llorar.
– Tranquilo, es temporal. Te estoy mandando de vacaciones – la vida volvió a mi cuerpo al escuchar eso, aunque no me siento conforme del todo a decir verdad.
– Ah, eso – escuché a Kai murmurar con alivio.
– Vacaciones... pero es demasiado, a mi me gusta mi trabajo.
– Tanto todos tus compañeros como yo entendemos eso, pero es necesario. Sí, en este hotel priorizamos la comodidad de nuestros huéspedes, pero también el bienestar de nuestros trabajadores. Así que Beomgyu, a partir de hoy tendrás un descanso de un mes, o más si así lo prefieres. Pero ni un día menos – ni siquiera me dio tiempo de protestar cuando se dio la media vuelta y se retiró.
Suspiré pesado, definitivamente no era algo que me alegrara, pero ahora sí que no tengo opción.
– ¿Sorpresa? – Soobin se acercó a mi y a Yeonjun quien estaba muy callado, supongo que le daba algo de vergüenza estar presente en tantas conversaciones serias, o se sentía fuera de lugar.
— ¿Por qué? – alcancé a preguntar, sin querer mi tono sonó fastidiado, pero no grosero.
– Es necesario, además, ya hicimos tus maletas. Cortesía de Kai.
