Abrupto

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Nota: Fue escrito al champazo (de la nada, de improvisto en Perú), por lo que no está corregido y puede que haya cosas nada que ver o que se sienta apresurado o vacío. Me dio risa, así que lo publico. Lo siento si no se desarrolla más. 

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    Después de un día particularmente estresante, Yuuji está feliz.

Había sido un martes cargado de emociones y pleitos. Aunque odiase admitirlo, la confesión apresurada (pese a que todo mundo ya sabía sus evidentes sentimientos) había salido más que bien. Nunca se había visto en un escenario tan ridículo y vulnerable como ese, pero gracias a eso, Satoru Gojo, su adorado profesor, era su novio.

—Estamos en una relación —murmuró Yuuji para sí, cubriéndose con las sábanas hasta la nariz en un absurdo intento de cubrir su sonrojo—. Mierda, estoy saliendo con el profesor...

Muchas horas atrás, cuando apagó el televisor con intención de irse a dormir, el profesor Gojo había irrumpido en su habitación provisional del sótano. Hubiera querido mandarlo a la mierda nada más verlo porque le había hecho pegar un grito nada masculino al verlo aparecer por sorpresa, pero sus quejas se habían visto interrumpidas cuando, en un suave y desconcertado parpadeo, ya no se encontraba en su habitación, sino en el que parecía ser la mitad de una pelea. Frente a ellos había estado una maldición de fuego que no dejó de maldecirlos una vez pisaron tierra (o agua).

—¿Dónde estamos? —preguntó Yuuji en ese entonces, pero no había recibido una respuesta hasta más tarde, cuando Satoru vio cómo una nueva maldición se llevaba a la decapitada. Gojo solo tomó asiento mientras reía con suavidad—. Ahora sí me dirás dónde estamos.

—En una clase, pero ya terminamos —contestó con simpleza.

—Son más de las once de la noche.

—¿Tenías algo más que hacer a parte de tocarte pensando en mí? —preguntó con diversión.

Yuuji por su lado, se pintó de todos los colores y bufó.

—Dormir —dijo, y Satoru alzó una ceja—. Solo dormir —se apresuró a decir, mucho más avergonzado que antes, casi molesto por verse descubierto—. Después de ver todas las películas del día, duermo. Entreno y luego duermo. Salgo a misiones con Nanamin y luego duermo después de un día agotador. Como todo mundo, ¿acaso tú no lo haces?

—¿Tocarme pensando en ti? Me guardo mi derecho a no responder.

—No-No me refería a eso —murmuró.

Satoru río, y se levantó con calma.

—Ya que hemos dejado claro el tema, ¿quieres ir a comer? Estuve todo el día ocupado y olvidé que también se debe cenar —comenzó a decir, caminando hacia la carretera—. Se me antoja algo frito y dulce, ¿qué tal pollo frito con salsa agridulce, eh? Hay un restaurante en la ciudad que- ¿Yuuji? —llamó al ver que no iba con él, sino que seguía en su mismo lugar, pero con la mirada gacha y las manos hechas puños a cada lado. Suspiró con miseria y se rascó la sien—. Escucha, solo era una broma, ¿sí? No me toco pensando en ti. Sería divertido hacerlo, pero no soy de esos tipos, me va más el contacto físico que frustrarme con mi imaginación y-

—Creo que me gustas —interrumpió Yuuji en cambio, todavía con la mirada oculta—. Quiero decir, me gustas. O eso creo. No sé. Últimamente es raro cuando se trata de ti. Incluso estás en mis sueños, ¡no de la forma que piensas! —se apresuró a decir, alzando la cara con muchísima más vergüenza. Luego sus cejas se curvaron en derrota—. Me gustas. Desde hace mucho si lo pienso bien. —Hubo un silencio mortal por varios segundos, interrumpido únicamente por el claxon de un auto lejano y el chasqueo de Yuuji֫—. Ya, olvidemos esto. No es necesario que digas algo-

—También me gustas.

Yuuji le miró, y parpadeó en confusión.

—¿Qué? —musitó, el aire escapándose al mismo tiempo que su corazón rebotaba con violencia.

—Me gustas. Pero para estar seguro, me gustas de la misma forma en que yo te gusto. ¿Yo te gusto de esa forma?

—¿De esa forma? —preguntó, no porque no lo entendiese, sino porque su cabeza no le estaba funcionando como debería hacerlo.

—Plan romántico. Citas, besos, apodos dulces, sexo...

—¿Sexo?

—Sí. No es lo primordial ahora, solo hasta que esté seguro —aclaró—. Por el momento, solo me gustaría besarte. El sexo viene después —soltó con gracia, incómodo porque Yuuji no había cambiado de expresión en ningún momento.

—¿El sexo viene después? —repitió nuevamente, sin creérselo.

—Si quieres ahora —dijo y río por su ocurrencia—. Yuuji, estoy sonando como un completo idiota ahora. Por favor, dime, ¿te gustaría salir conmigo en ese plan?

Yuuji agitó la cabeza, y se acercó a su profesor.

—¿Tú quieres salir conmigo?

—Ey, yo pregunté primero —dijo, y luego asintió—. Sí, por qué no. Me gustaría salir contigo. ¿Tú quieres salir conmigo?

—¡Sí! —escupió con rapidez, y luego se llevó las manos a la boca ante la risa burlona de Satoru—. Si quiero. Si quiero salir contigo.

Satoru sonrió con dulzura, y luego le pellizcó la nariz a Yuuji.

—Bueno, dejemos el festejo para después. Muero de hambre.

—¿No vas a besarme? Dijiste que querías hacerlo. Besarme, no lo otro. Lo otro después, ¿no? —preguntó con confianza y con el rosa en sus mejillas.

—Y ni siquiera es nuestro primer día de novios —río. 

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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