¡Supera a tu ex o muere en el intento!

¿Cómo terminamos así?

Aún lo recuerdo, fue un 14 de febrero el día del amor y de la amistad. Cuando Cupido no es tu mejor amigo ese día supones no esperarte nada, tomé mi teléfono y entre a Instagram ¡Que bonito día para ver muestras de amor innecesarias!.

Mi queridísima prima Vanessa había publicado una historia ¿Que sería? ¿Su gato? Me llevé la sorpresa de que no, era una foto de una chica, ciertamente el filtro no me dejaba diferenciar entre si era Vanessa o cualquier otra persona. Me fijé en sus ojos, achinados, negros y claramente atrayentes, le mandé mensaje ¡Un claro y fuerte!: «Vanessa?». ¿Me contestaría? Sonó un ¡Clink!, Vanessa había contestado:

«¿Eh? No soy yo»

¿Entonces quien era? Mis dedos claramente se movieron para contestarle, la chica que había visto en la pantalla era bonita, claramente bonita, me fijé más de cerca al teléfono y podía corroborar que no era ella.

«¿Quién es?»

Pregunté, espere varios minutos para ver su respuesta.

«Una amiga, se llama Dalia ¿Te gustó?»

Decir que no sería mentir, mentirme a mi mismo, mentirle al mundo que esos ojos achinados no me habían conquistado, aún así era lo suficientemente tímido para hablarle o acercarme, no la conocía y no creía gustarle en dado caso de conocerla.

«Noooo, que pena»

A Vanessa le iba a dar igual.

Y así fue como conocí a Dalia, un catorce de febrero, el día del amor y la amistad. Fue una relación turbulenta no lo voy a negar era por lo menos tóxica descrita por la gente de nuestro alrededor, peleábamos, nos reconciliabamos y de nuevo nos volvíamos a pelear, pero mi corazón se aferraba al cariño que le podía tener, al verla sonreír sentía que podía tenerlo todo; a pesar de las críticas de Vanessa la cual creía que era imposible enamorarse en dos días ¡Pues sí! ¡Nos conocimos el catorce y nos hicimos novios un dieciséis!.

Yo que creí que sería para siempre, por qué cuando el amor se acaba o ciertamente no se puede manejar lo más normal es terminar con ello. Yo creía que nunca acabaría o que ya sabíamos manejarlo, al fin y al cabo ya habíamos salido por lo menos seis meses de nuestras vidas, seis meses que me bastaron para enamorarme a profundidad. Me había equivocado, un día simplemente recibí ese mensaje, que me decía con claridad que habíamos terminado, podía escuchar en mi mente la voz de Vanessa diciéndome «Te lo dije» o la voz de Daniel, que claramente contento no estaba con mi relación con Dalia, ya que nadie de su grupo de amigos me había aceptado con excepción de Carolina la cual se había convertido en una de mis mejores amistades a lo largo del tiempo.

¿Que más daba todo eso en este momento? Cuando mi corazón está partido y sin rumbo ¿Que podía hacer ahora? Superarla, pero no puedo.