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"Enfrentamiento en la Oscuridad"

El bar estaba lleno de vida, luces de neón parpadeando y música resonando, pero en una esquina oscura, Rei Akashi y Ran Haitani parecían estar atrapados en su propio mundo. El aire entre ellos estaba cargado de rabia y atracción, como si el resto del mundo hubiera desaparecido.

“¿Vas a seguir haciéndote el importante, Haitani?”

Rei se cruzó de brazos, su mirada desafiando a Ran.

“Siempre pensando que eres mejor que los demás.”

Dijo el pelinegro bajo la influencia del alcohol

Ran solo soltó una suave risa burlona

“¿Y tú? Solo un niño que se oculta detrás de un disfraz. No puedes aceptar que nadie te respeta. Eso duele, ¿verdad?”

“Respeto es lo que no tienes,”

Rei respondió, acercándose con una actitud amenazante

“No puedes ir por la vida haciendo lo que te plazca y pensar que todo te saldrá bien.”

“¿Y tú crees que puedes darme lecciones? Eres un estúpido que no sabe lo que quiere. No eres más que un cobarde,”

Ran replicó, con su tono de burla agudo como un cuchillo

“Cobarde, ¿eh? Tal vez tú deberías mirar en el espejo. Eres un hipócrita, siempre ocultando lo que sientes,”

dijo Rei, su voz llena de desprecio

“No puedes admitir que lo único que haces es seguir tu propio ego.”

“¿Admitir? ¿Qué, que me interesa lo que piensas?”

Ran lo retó, la provocación evidente en su mirada

“No puedo creer que todavía intentes hacerme sentir mal por lo que soy. Tu actitud es patética, akashi.”

Rei sintió la ira arder en su pecho

“Eres un maldito arrogante. Te crees el rey del mundo, pero en realidad, solo eres un payaso”

Dijo, acercándose aún más, sus ojos llenos de fuego

Ran lo miró de cerca, una chispa de desafío en su mirada

"Sigue hablando, Akashi. Me encanta cómo te esfuerzas por hacer que esto parezca más de lo que es. Pero no puedes engañarme. Sé que no puedes dejar de pensar en mí.”

Rei apretó los dientes, sintiendo que la tensión aumentaba

"¿Y tú crees que puedo dejar de pensar en ti? Eres un dolor de cabeza que no puedo ignorar, y te detesto.”

El aire se volvió pesado entre ellos, y por un momento, el bar pareció desvanecerse. En lugar de retroceder, Ran se acercó aún más, sus ojos desafiantes

“Entonces, ¿por qué no hacemos esto más interesante?”

“¿Interesante? ¿Qué piensas hacer?”

Rei se burló, pero su voz tembló ligeramente al sentir la cercanía de Ran

“Te retaré a un juego. El primero que se rinda pierde,”

Ran sugirió, su sonrisa arrogante resplandecía en su rostro

“¿Te atreves a aceptar?”

“Siempre he aceptado desafíos, Haitani,”

dijo Rei, sin dejar que su incertidumbre se notara

“No tengo miedo de perder ante un idiota.”

Ran rió, un sonido que resonó en el bar

“Entonces, ¿qué tal si comenzamos aquí mismo? Veamos quién puede resistir más tiempo sin decir una palabra agradable.”

Rei sintió que el calor aumentaba entre ellos

“¿Y si yo digo algo bonito? ¿Qué ganas?”

“Si lo haces, te prometo que te daré un beso,”

Ran dijo con su tono ligeramente borracho, su mirada provocativa

Rei frunció el ceño, su corazón latiendo con fuerza

“Como si alguna vez fuera a caer en tu juego. ¿Quién se cree que es, Haitani?”

Pero Ran no se movió, manteniendo la mirada fija en él. La rabia y el deseo se entrelazaban, creando un torbellino de emociones en el pecho de Rei

“¿Vas a seguir hablando, o vas a actuar?”

Ran lo retó, su voz más suave

“Porque, para ser honesto, me has estado tentando desde el primer momento en que te vi.”

Rei sintió que su pecho se apretaba al escuchar esas palabras

“No sé qué te has creído, pero no estoy interesado en juegos,”

respondió, su voz vacilante

“Tal vez no estés interesado, pero el deseo nunca se apaga. Solo se oculta,”

dijo Ran, acercándose un poco más

“¿Estás listo para dejar de huir de ti mismo?”

Rei sintió que la rabia se convertía en otra cosa, un deseo intenso que no podía ignorar

“No soy un cobarde,”

musitó, pero sus palabras estaban llenas de contradicciones

“Entonces, ven aquí,”

Ran lo instó, llevándolo a un rincón del bar donde la música se apagaba y las luces eran más tenues

Rei miró a su alrededor y, sintiendo que estaban fuera del alcance de los demás, decidió arriesgarse

“No puedes decir que no te advertí,”

dijo el de ojos verdes, acercándose

Ran sonrió, esa sonrisa llena de arrogancia y deseo, antes de que los labios de Rei encontraran los de él. El beso fue feroz, cargado de toda la ira y la atracción que habían reprimido. Era un choque de emociones, una explosión de lo que no podían admitir

Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus frentes casi tocándose.

“Esto no debería estar pasando,”

Rei murmuró suavemente, pero su mirada no podía apartarse de los ojos de Ran

“¿Por qué no? Estamos aquí, en este momento, y nadie más importa,”

respondió Ran, su voz suave pero firme

“Pero mis hermanos…”

Rei comenzó, pero Ran lo interrumpió

“No te preocupes por ellos. Lo que importa es lo que hacemos ahora,”

dijo Ran, guiándolo hacia el baño, donde podrían estar a solas

“¿Aquí?”

Rei cuestionó, pero su voz ya sonaba más seguro, mientras se dejaba llevar por el deseo.

Ran sonrió, la malicia en sus ojos

“Sí, aquí. Porque en este lugar, podemos ser quienes realmente somos, lejos de todas las máscaras.”

Con una mirada decidida, Rei lo siguió, la puerta del baño cerrándose tras ellos, dejando el bullicio del bar fuera. Dentro de esas paredes, sabían que el odio y el deseo se habían entrelazado en algo que ni ellos podrían definir...

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One Shots - OC X Canon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora