"Detrás de la Máscara"
Naoko siempre había sido la chica que todos admiraban. Tenía esa presencia que llenaba cualquier habitación, la clase de seguridad que hacía que los demás se sintieran pequeños a su lado. Sabía lo que quería y, más importante, sabía cómo conseguirlo. Para ella, la vida era un tablero de ajedrez, donde las piezas se movían según su voluntad. Pero había una pieza que, por más que lo intentaba, no lograba controlar: Yamagishi
Había visto a Kazushi por primera vez en el instituto, cuando aún no tenía la confianza de quien sabía que era mejor que todos. En aquel entonces, su cabello caía en cascada por sus hombros, y su sonrisa despreocupada había sido lo que la había atrapado. Kazushi no tenía idea de la atención que atraía, y eso lo hacía más interesante. Pero el tiempo pasó, y cuando finalmente decidió que él sería suyo, todo cambió
Tsuki.
Naoko no podía soportar a Tsuki. La forma en que parecía tan casual, como si no tuviera idea de lo afortunada que era de tener a alguien como Kazushi a su lado. Tsuki no era nada especial a sus ojos; insegura, torpe, con esa forma de ser tan... ¿ordinaria? Pero, de alguna manera, Kazushi la amaba. Y eso era lo que Naoko no podía aceptar. ¿Cómo podía alguien como Tsuki tener lo que ella, Naoko, merecía?
Sentada frente al espejo, Naoko se arreglaba el cabello, repasando una y otra vez sus pensamientos. Su reflejo era perfecto, su piel impecable, sus labios delineados con precisión. No había duda de que era hermosa, pero esa belleza solo intensificaba el veneno en su interior. Cada vez que veía a Kazushi y Tsuki juntos, algo se retorcía en su pecho, una sensación que la empujaba al límite de su paciencia
"Esto no puede continuar"
murmuró, ajustando el rímel sobre sus pestañas. Sabía que no era cuestión de "si", sino de "cuándo". Algún día, Tsuki se equivocaría, lo arruinaría todo, y en ese momento Naoko estaría ahí, lista para tomar su lugar
La envidia la consumía en silencio, pero nunca lo dejaba ver. Siempre sonreía frente a los demás, siempre amable, siempre perfecta. Nadie podía imaginar lo que pasaba por su mente cuando veía a la chica de ojos oscuros y Kazushi juntos, cómo sus manos se cerraban en puños bajo la mesa, o cómo se mordía el labio con fuerza para no soltar una palabra hiriente
"Tsuki ni siquiera lo merece"
pensaba cada vez que la veía tropezar con sus inseguridades
"Yo lo haría feliz. Yo lo cuidaría como se debe."
Pero, por ahora, jugaba el juego con paciencia. A veces, dejaba caer comentarios venenosos disfrazados de consejos amistosos. Otras, intentaba sembrar la duda en la mente de Kazushi, siempre en tono casual, nunca demasiado obvia
Esa noche, mientras miraba a su reflejo, se prometió una cosa: no importaba cuánto tiempo le llevara, Tsuki caería. Y cuando lo hiciera, Naoko estaría allí, esperando para recoger los pedazos, para ser la única a la que Kazushi mirara con admiración, amor y gratitud...
Ella lo sabía...
Su sonrisa se volvió amarga. Había aprendido a ser paciente, a esperar su oportunidad. Porque, en el fondo, Naoko siempre había creído que las cosas que realmente valían la pena eran las que se arrebataban, no las que se pedían amablemente
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Maldita naoko me caes bien mal, pero bueno..
Gracias por leer! 🦦💗
