El preámbulo

5 0 0
                                    

Siempre he sido una persona con problemas, nunca ha sido fácil lidiar con ello. Todos tocamos fondo y en ese fondo uno encuentra las salidas más fáciles.

Todo empezó cuando un amigo me ofreció probar marihuana o "mota" por primera vez. Estaba todo planeado, no iba a ser nada realmente loco. Yo ya era una adicta a los cigarros, así que fumar realmente no era algo nuevo, lo nuevo eran los efectos que tendría la "mota" en mí, soy curiosa y mi curiosidad pedía ser alimentada.

Aquel día en que todo comenzó, estaba haciendo algunos recados con mis amigos, los dos primeros que hice cuando ingresé a la universidad. Brandon y Julio. Brandon era mi proveedor de la hierba mágica y estábamos tratando de convencer a Julio de dejarnos fumar en el patio trasero de su casa, era un pequeño espacio asilado y no molestaríamos en lo absoluto; sin embargo, Julio estaba reacio, pues él no fomentaba ninguno de nuestros vicios, regañándonos constantemente por fumar de 3 a 4 cigarros diarios o por tratar de tomar alcohol en cada oportunidad que teníamos aún con todo eso él seguía siendo nuestro amigo y de alguna manera había aceptado que nosotros éramos así; así que él estaba un poco en contra con un poco de súplicas lo convencimos y accedió al fin.

Una vez en casa de Julio, Brandon y yo fuimos al patio trasero y nos acomodamos en una pequeña sombra. Brandon se encargó de todo, él preparó su pequeña pipa de metal y todo comenzó. Fue muy complicado, ninguna película te prepara para la primera vez, no podía jalar nada de humo así que Brandon tuvo que soplarme todo el humo a la cara, el efecto fue muy decepcionante, pensé que empezaría con algún viaje psicodélico, pero solo me sentí aletargada y hambrienta, el efecto tampoco duro lo suficiente solo un par de horas y después yo estaba demasiado desanimada para hacer cualquier otra cosa.

Ese fue solo el inicio, esa pequeña experiencia fue tan decepcionante que no podía ser la única, así que le pedí a Brandon que me consiguiera un poco para mi consumo personal, a las pocas semanas compre mi propio ración lo cual fue increíblemente estúpido, yo no tenía ninguna experiencia y no tenía ni siquiera una pipa, así que hice lo más inteligente que se me pudo ocurrir y busque tutoriales en YouTube que me dieran alguna pista o una idea loca para crear mi propia pipa casera y sorpresivamente funciona, tome la caña de un lapicero viejo y sin tinta, la punta de metal de una pluma que se había chorreado y los coloque juntos presione tanto como pude hasta que la punta no se cayera si la levantaba, coloque solo un poco en la punta para ser la primera vez que lo hacía sola tenía algo de miedo, pero nuevamente nada fue lo esperado, el pequeño pedazo que queme me sirvió para dos caladas y solo basto eso para que mi garganta doliera, tal vez era porque el plástico se había quemado, pero en su momento no me importo.

Pese a las vagas y para nada emocionantes experiencias consumiendo "mota" no me detuve, normalmente después de fumar solo un poco me daba sueño seguido de una sensación de relajación inmenso y comencé a usarla para ayudarme a dormir después de noches de insomnio causadas por largas jornadas de tareas y proyectos, mi ciclo de sueño estaba roto y necesitaba algo que me derribara por las tardes para dormir toda la noche sin problemas.

Poco a poco el consumo incremento, a veces Brandon o algún amigo llevaba un "porro" a la escuela, salimos y fumábamos un poco lejos del ojo público, o lo suficientemente lejos para no meternos en problemas, era bastante divertido fumar con más personas, todavía no generaba la suficiente resistencia para no toser después de una calada, pero eso se arreglaría con el tiempo y la practica, en una ocasión después de fumar me dedique a hacer estrellas de papel que luego repartí a todas las personas que se me cruzaban enfrente, pues en mi estado era lo más lógico incluso le entregue estrellas de papel a uno de mis profesores el cual solo se limitó a verlas y a reírse en voz baja.

— Tu amiga, estas como en otra onda —dijo él mientras recogía las estrellas de papel y las guardaba en el bolsillo de su chaqueta.

Yo no pude hacer más que reír y asentir, no quería decir nada que fuera inapropiado y arruinar la revisión grupal en la que estábamos.

Esa no fue mi única experiencia en la cual me presenté en ese estado frente a un maestro. No hice nada indebido, pero sí ofrecí un poco de fruta a otro de mis maestros mientras él revisaba algunos trabajos de mis compañeros. Es como si yo debería darle algún tipo de ofrenda a las personas a mi alrededor. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cazadores de nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora