Encuentros y desencuentros.

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Hola, se que es un poquito raro, que este publicando esto, teniendo en cuenta que tengo dos novelas inconclusas, pero hace un tiempo tengo esta novela en borradores, es una idea original que adapté a la temática de Pablo y Marizza, así que si se escapa algún nombre por ahí, una disculpa de ante mano.

Ojalá le den una oportunidad.

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Capitulo 1.

Encuentros y desencuentros.

Marizza.

La emoción me ahogaba mientras recorría la casa con la mirada, mis ojos chispeaban de alegría. La casa era preciosa, un lugar no ostentoso, pero hogareño, con un patio amplio adornado con árboles dispersos por doquier. Sentí una ola de felicidad recorrer mi cuerpo; era todo lo que había deseado.

―¿Y qué me dicen, les gusta? ―preguntó mi mamá, mirándome con una sonrisa expectante.

Tomas y yo nos miramos y asentimos con una sonrisa.

―¡Es perfecta! Me encanta ―exclamé, sin poder contener la emoción. Ver la sonrisa satisfecha en el rostro de mi mamá fue la confirmación de que todo estaría bien. Siempre habíamos sido ella Tomas y yo contra el mundo, y el saber que ahora estábamos empezando una nueva etapa juntos me llenaba de felicidad.

―Ordenen sus cosas en sus cuarto y luego bajan. Hay que ir a ver lo de la matrícula en el nuevo colegio ―dijo mientras empezaba a desempacar.

―Genial, ya quiero ver mi cuarto ―dijo mi hermano antes tomar sus cosas y subir rápido las escaleras.

Yo por mi parte puse una mueca ante la mención del colegio, y rápidamente cambié de tema.

―¿Y lo de la academia? ¿Cuándo lo veremos? ―pregunté, sin poder ocultar la emoción. Para mí, el colegio era un simple trámite; mi verdadero interés estaba en la academia de teatro. Esa era la razón principal por la que habíamos decidido mudarnos a la ciudad: yo estaba decidida a cumplir mi sueño de estudiar teatro.

Mi mamá me miró con ternura. Sabía cuánto significaba para mí, y esa complicidad había sido lo que siempre nos había unido, mi mamá era la mejor, yo la quería tanto, era mi confidente, mi refugio y mi mejor amiga.

Siempre podía contar con ella.

-Primero vamos a ver lo del colegio, que es igual de importante -anunció desde el vestíbulo, decidida.

-Pero...

-Primero el colegio, después lo más -dictaminó.

-Está bien -suspiré con resignación mientras tomaba unas cajas y comencé a subir las escaleras hacia mi habitación, asegurándome de no tirar nada por el camino.

Durante mi ascenso, pasé por el cuarto de mi hermano, Tomás. Estaba en medio de una maraña de cajas y libros, tratando de darles sentido a sus pertenencias en el nuevo espacio. Me alegró verlo un poco más animado; el último año había sido especialmente complicado para él. Sin embargo, parecía que el cambio de ambiente le estaba haciendo bien. Le saludé con una sonrisa y continué hacia mi destino.

Al llegar a mi nuevo cuarto, me invadió una sensación de pertenencia. No era muy grande, pero tenía una calidez especial que lo hacía acogedor. Lo que más me encantó fue el enorme ventanal que daba una vista privilegiada del patio. Estaba segura de que mamá había elegido esta habitación para mí justamente por ese detalle.

Cuando bajé las escaleras mi mamá ya estaba arreglada esperándonos, aunque quizás arreglada no era la palabra indicada, mi mamá no era de esas madres convencionales, era eso que yo hubiese llamado hippie, jamás la vi vestida, formal o elegante, era tan simple, tan ella.

The Way I Loved YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora