Comida

5 3 2
                                    

Henry


He hecho cosas malas, lo acepto, soy un humano, pero siempre intentó ser alguien de buenas acciones.

Al final de todo moriremos sin haber disfrutado las cosas que queríamos hacer en vida y ese deseo se hará polvo igual que nuestro cuerpo, así que hagan lo que quieran y después arrepientanse, existe una vida entera para hacerlo.

¿Me arrepiento de haberle tirado comida a la cara al tipo que se quiere ligar a mi crush?

No. No me arrepiento de nada, Dios me tiene reservado un salón VIP en el cielo por este favor a la humanidad.

Nunca me sentí tan bien botando la comida.

La última vez que sentí satisfacción al botar comida, fue cuando vomite todo ese hígado encebollado que había echo mi papá. Lo amo, pero si pruebo uno más de sus "Platillos estrellas" moriré de intoxicación.

—¿Me pueden explicar que mierda hicieron ahora?—.preguntó la directora Hernández con el mejor tono de voz para hablarle a dos alumnos llenos de mostaza, ketchup y algún que otro alimento. Enojo

—El empezó—.dijimos los dos al mismo tiempo y automáticamente nos miramos con mala cara.

Les juró que me aguanté de la silla para que lo rojo de su cara no pase de ser salsa de tómate a sangre.

—No me importa quién empezó—contestó la directora interrumpiendo nuestra guerra de miradas, (que yo iba ganando) —. Los dos están castigados, deberán ayudar a servir la comida en el comedor.

—¿Qué —. Está vez solo habló Heisen, porque yo estaba demasiado ocupado preguntandome que clase de intoxicación creada por mi padre, estaba pagando.

— Lo que escuchó señor Weld, en la cocina tendrán el tiempo suficiente para lanzarse lo que quieran y limpiarlo, claro —. Comentó la directora.

¿Esto será alguna indirecta para permitirme lanzarle una olla a Heisen?

Me lo tomaré como un sí

—No creo que en la cocina halla cerebros para lanzarcelos a mi compañero, directora— Heisen me señaló con su pulgar—. ¿No puede darnos castigos separados? Porfavor—. suplicó el cara de ketchup

Lo miré con los ojos abiertos, sujetandome aun más fuerte de la silla.

No vaya a ser que sin querer queriendo le rompa la silla en la cabeza. No, el pobre, ya suficiente tiene con el chicle que le pegué en el pelo sin que se diera cuenta.

Estaba intentando que con mirar fijamente al cara de culo con tomate se despertaran mis poderes ocultos para disparar rayos lásers, pero, entró alguien a la Oficina y tuve que desviar la mirada hacia el recien llegado al oler ese perfume.

Juró por todo, que mis cinco sentidos se alocaron con solo ver al hermoso angel que entró.

—Con permiso directora, el profesor Howl me pidió que le diera... —Nicolás se quedó quieto al vernos, su mirada pasó de mi a Heisen y después volvió a mi—.Entonces, aquí estaban chicos.

Nicolás es uno de los chicos más lindos de la escuela y tal vez tenga un pequeño, pequeñito crush con él.

Es que entiendanme. Es hermoso, con su cabello rubio ligeramente alborotado, sus ojos café que brillan cuando les da el sol, esos labios finos y super besables. También es la persona más buena y sincera del mundo, si no fuera por él, yo estaría solo en la escuela en un rincón.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El juego de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora