10 días con Farfadox pasivo~!

good ending

no pararé hasta llegar a 5000 palabras 🛐
_______________________________

El Farfano sentía un peso en el pecho mientras veía fijamente a Rich. No sabía cómo manejar lo que sentía, lo que iba a decir, pero sabía que no podía seguir guardándolo. Había aguantado demasiado tiempo, con la esperanza de que algo cambiara, de que Rich pudiera sentir lo mismo por él. Pero cada vez que veía la forma en que Rich lo miraba, algo en su interior se rompía un poco más.

Farfa tragó saliva y respiró hondo. Su corazón latía rápido, como si estuviera al borde de estallar. Pero ya estaba aquí, no podía echarse atrás.

—Rich —llamó, con la voz quebrada pero tratando de mantenerse firme—. Tenemos que hablar—

Rich levantó la vista lentamente, sus ojos oscuros llenos de algo que Farfa no podía descifrar. Había una mezcla de cansancio y resignación en su expresión, pero también una barrera, una distancia que siempre había estado entre ellos.

—Dime, Farfa. ¿De qué quieres hablar? —Rich intentó sonar neutral, como si no supiera lo que venía, pero ambos lo sabían.

Farfa se mordió el labio, buscando las palabras. No quería que esto se convirtiera en una pelea, pero el dolor que llevaba dentro era difícil de contener.

—Sabes qué… —comenzó, mirándolo directamente a los ojos—. Ya no me importa si te importa o no. No puedo seguir fingiendo que está bien, porque no lo está—

Rich frunció el ceño, como si las palabras le dolieran más de lo que esperaba. Hubo un largo silencio entre ellos. Luego, Rich suspiró, un suspiro lleno de peso, como si llevara una carga invisible.

—Farfa... —murmuró, su voz apenas audible—. Esto es complicado. No es... normal—

Farfa lo miró, incrédulo. Sintió cómo la rabia y el dolor crecían dentro de él, pero también la tristeza. Todo este tiempo había estado esperando, guardando un pequeño rayo de esperanza de que tal vez, solo tal vez, Rich cambiaría. Que dejaría de lado ese muro que siempre los separaba.

—¿Qué no es normal? —preguntó, su voz temblorosa pero decidida—. ¿Que me importes? ¿Que te quiera? explícame que no es normal— dijo gritando con pequeñas lágrimas amenazando salir de sus ojos

Rich cerró los ojos por un momento, como si le costara encontrar las palabras adecuadas. Cuando finalmente habló, lo hizo con una voz llena de duda y confusión.

—Si fueras una mujer, tal vez... tal vez sería más fácil. Tal vez te amaría. Pero... —se detuvo, sin poder continuar.

Farfa sintió un frío recorrerle el cuerpo. Las palabras de Rich le golpearon con una fuerza que no había anticipado. No esperaba que lo dijera tan directo, tan cruel. Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos, pero trató de contenerlas. No quería mostrarse tan vulnerable, no ahora.

—¿Y qué importa que no sea una mujer? —su voz apenas era un susurro, pero el dolor era evidente—. ¿No soy suficiente para ti? ¿No es suficiente lo que siento por ti?

Rich bajó la mirada, incapaz de sostenerle la mirada. Farfa lo había visto vulnerable antes, pero nunca así. Nunca tan... indefenso.

—Es que... me atraes, Farfa, de verdad. Pero trato de no dejar salir mis emociones porque... porque no sé cómo manejar esto. Tú... —se quedó callado, mordiéndose los labios, avergonzado por lo que estaba confesando.

Farfa sintió que se le rompía algo dentro. Sabía lo que Rich estaba tratando de decir, lo que no se atrevía a decir en voz alta. Era lo mismo de siempre, esa barrera que los mantenía alejados. Lo que siempre había impedido que las cosas entre ellos fueran más allá.