"This might be right,
This might be justice"
Kang Jisoo
Lo que acababa de hacer el imbécil de Minwoo, sin duda, me dejó terriblemente irritada. ¿Cómo se le ocurrió decir que soy su prometida, estando Joon en frente? Aunque, de todas formas, él se enteraría de nuestro compromiso —que, por cierto, es falso— prefería ser yo quien se lo informara. Debía dejarle clara su posición a Kim, antes de que esto se saliera de control.
—¡¿Por qué carajos tenías que decir eso, Minwoo?!— dije con vehemencia, una vez que estuvimos dentro del auto.
—¿Decir el qué, terroncito?—dijo con ese maldito tono de inocencia fingida, a lo cual solté un suspiro pesado por la frustración que me generaba su actitud.
Empezaba a arrepentirme del trato que hicimos para mantener el legado de mi padre. Aunque no solo lo hice por esa razón, soy consciente de que Kim tuvo algo que ver en su muerte, y a los enemigos es mejor tenerlos cerca, ¿no es así? Desvié mi mirada hacia él, y su expresión se mantenía relajada, viendo por la ventana del auto, como si nada sucediera, con su cabello perfectamente peinado y su traje impoluto.
—Sabes perfectamente de lo que hablo... No necesitabas decir que estamos comprometidos.
—Ay, terroncito —soltó una risa—. Solo quería dejarle claro al detective que no debe traspasar los límites con mi futura esposa—giró su rostro para verme y acercó su mano a mi mejilla acariciándola—. ¿Está mal eso, dime?
¿Qué mierda se supone que está haciendo? Él más que nadie sabía el porqué íbamos a casarnos.
—Mira, Minwoo—tomé su muñeca con fuerza y lo miré furiosa—. Primero que nada, deja de llamarme terroncito, suenas ridículo. Y segundo, nuestro compromiso no es más que un simple negocio para mí, así que no te incumbe si decido o no traspasar los límites con Joon.
Solté su muñeca; sus ojos negros estaban clavados en los míos, mirándome extrañado. Estábamos demasiado cerca para mi gusto. Podía sentir su respiración alterada; quizás pensó que cedería ante él, como lo hacían la mayoría de las personas con las que solía tratar. Pero eso estaba muy lejos de la realidad. No pensaba doblegarme ante nadie, mucho menos ante Minwoo.
Mi objetivo es descubrir quién estuvo detrás de la repentina muerte de mi padre—o mejor dicho, conseguir pruebas que demostraran que mis sospechas sobre Kim eran ciertas—y derribaría a quien se cruzara en mi camino con tal de conseguirlas.
El auto frenó de golpe, y el chófer nos avisó que habíamos llegado a la mansión. Me abrió la puerta y salí disparada de allí; necesitaba estar lejos de Minwoo por ahora. Llegué al despacho de mi padre y me recargué en el escritorio, frustrada por la situación. Pasé la mano por mi cabello y cerré los ojos un momento, buscando calma entre tanto caos.
Por alguna razón, no dejaba de pensar en Joon. En los años que pasamos juntos, los recuerdos venían como flashes de una película a mi mente. Sentía la necesidad de llamarlo y explicarle que mi boda era un fraude, que solo era una pieza más de mi plan de venganza... Pero, ¿por qué?
El celular sonó de pronto, sacándome de mis pensamientos. Al ver la pantalla, sonreí, como si lo hubiera invocado por telepatía: Joon me estaba llamando.
—Hola, Jisoo...
—Hola, mira lo que pasó hace rato -intenté explicarle, pero me interrumpió repentinamente.
—Descuida, no tienes que explicarme nada. No nos hemos visto en años... es solo que-hizo una pausa, y el silencio se cernió entre nosotros.
—¿Es solo que?—pregunté. Podía adivinar su expresión incluso aunque no lo estuviese viendo; seguro tenía su ceño fruncido y había arrugado su nariz, como lo hacía siempre que hablaba sin pensar.
—No importa...— respondió—. Llamaba para informarte que el comisionado Choi recibió una llamada anónima...—volvió a hacer una pausa.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo, Joon?—pregunté. La verdad es que tenía un revuelo de emociones en mi interior, y el suspenso del momento no estaba ayudando a la poca paciencia que me quedaba.
—Verás, se trata de un testigo que afirma tener pruebas de que la muerte del señor Kang no fue por causas naturales.
Me quedé inmóvil detrás del celular. Hoy era el día; por fin comprobaría mis sospechas acerca de que Kim Min woo estuvo involucrado en todo esto.
—¡Lo sabía! -exclamé emocionada—. Dime, ¿a qué hora será esa reunión?
—No, Jisoo—soltó un suspiro pesado—. Solo te lo dije para que estuvieras informada, pero ni se te ocurra aparecerte por el lugar, es demasiado arriesgado —hizo una breve pausa—. Además, el comisionado Choi te tiene en la mira.
—¿Es en serio, Joon? Estás loco si piensas que no iré. Lo haré con o sin tu ayuda—expresé irritada; no iba a quedarme de brazos cruzados cuando estaba tan cerca de la verdad.
—¡¿Por que eres tan terca?! -refutó.
—Lo soy, y sabes que no daré mi brazo a torcer—insistí.
—¡Maldita sea! ¿Y si te atrapan?—guardó silencio por un momento—. No quiero volver a perderte de nuevo, Jisoo.
Me quedé callada ante su confesión. En todo este tiempo, estuve tan sumida en mi plan de venganza, que no pensé en él y en cómo se sentía.
—Tranquilo, Joon, no me iré de nuevo, lo prometo—dije con una sonrisa, y podría jurar que él también sonreía del otro lado del celular—. De hecho, yo...
Estaba a punto de decirle algo que había estado ocultando todos estos años, cuando tocaron la puerta abruptamente, interrumpiendo la llamada.
—Querida, ¿puedo pasar?
Maldición, era Minwoo. Solo esperaba que no hubiera escuchado nada de mi conversación con Joon.
—¡Espera un momento! —grité desde el escritorio y retome mi llamada—. Debo irme, Joon, nos vemos luego.
—Sí... ya escuché a tu prometido desde aquí —bufó—. Piensa bien en lo que harás, Jisoo. No tomes una decisión impulsiva.
—Lo haré, su majestad—susurré, a lo que él lanzó una adorable carcajada como respuesta.
Colgué la llamada y me quedé como idiota mirando la pantalla del celular. Era extraño volver a sentir aquella familiar sensación de estar en casa, después de tanto tiempo. No era por volver a la mansión o a mi país; era por volver a ver a Joon. El solo hecho de escuchar su voz, me transmitía tranquilidad. Ahora debía planear muy bien mi siguiente movimiento para esta noche, y sobre todo tenía que encargarme de que Minwoo no sospechara nada al respecto.
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La Flor de la Venganza (EN CURSO)
БоевикEn las sombras de Seúl, se encuentra la familia Kang, una de las mafias más importantes. Escondidos detrás de la fachada de una cadena de restaurantes, lograron convertirse en líderes en el mundo de la gastronomía Coreana. Kang Ji-soo hija única y h...