♡⃝ I will always be your hyung

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Me quedé como idiota frente a la puerta de mi hyung, pensaba miles de cosas tontas y ridículas, entre ellas que Moon Bin pudiera estar celoso de Nunu, pero vamos, eso no sucedería ni en mis sueños más dulces.

Suspiré resignado y entré a mi habitación, me miré nuevamente al espejo, mi mirada lucía sombría, pero una sonrisa se plasmó al instante, no tenía por qué estar deprimido, es decir, bastaba con mirarme un par de segundos para darme cuenta de que cualquiera estaría derritiéndose por mí... Aunque mi interés estuviera en mi mejor amigo.

Caminé a la ducha, el agua empezó a mojar mi cabello y a recorrer mi cuerpo, tomé el jabón con olor a lavanda y lo pasé por mi cuello, bajé lentamente a mi pecho y abdomen marcado.

Antes de llegar a mi miembro, la imagen de Moon Bin apareció otra vez en mi mente, cerré mis ojos... Y ahí di inicio al trabajo manual... Lo odio, pero es necesario ahora.

Tuve que cubrir mi propia boca con la mano para evitar gemir su nombre, o por lo menos para que él no lo escuchara, cuando de pronto escuché la puerta de mi baño ser abierta.

Abrí los ojos asustado, escuché detrás de la puerta de la regadera a mi hyung.

- Oye Sanhie, ¿Tienes alguna pijama que pueda tomar? La madre de Mina ni siquiera me dio tiempo de traer algo de ropa - una sonrisa apareció en mi rostro, una bastante llena de diversión.

Saqué mi mano indicando que me pasara la toalla, seguíamos sin vernos.

Moon Bin me entregó mi toalla, la enredé en mi cadera y abrí la puerta del baño sin ningún pudor... Quería que él me viera, quería gustarle de alguna forma...

Se quedó mirándome boquiabierto, varios chicos ya lo habían hecho y eso aumentaba un poco mi ego, más porque era Moon Bin quien estaba dedicándome esa mirada. Noté como su manzana de Adán se movía lentamente, así que... ¿Estaba salivando por mí?

Caminé ignorándolo, entré a la habitación y empecé a buscar en mi armario algo que él pudiera usar. Fue ahí que recordé que en el ático había guardado algunas de las cosas que dejó cuando se fue a vivir con Mina, entre esas cosas había ropa.

Jalé el pequeño cordón y las escaleras se deslizaron, subí y busqué entre las cajas. Encontré rápido lo que buscaba, bajé poco a poco las escaleras, pero mi cuerpo seguía mojado, en realidad, estaba escurriendo el agua.

Bin estaba esperándome sentado en mi cama, su cara lucía bastante aburrida y quizá cansado, supongo que no era para menos.

Resbalé y en serio, pensé que terminaría en el piso con algún hueso roto. La ropa de mi hyung salió volando, lo miré y él estaba espantado al verme, todo parecía en cámara lenta, nuestras miradas se conectaron y él corrió hacia donde estaba cayendo...

Abrió sus brazos y aunque no era nada débil, ambos terminamos cayendo al piso, yo encima de él, con ambas piernas alrededor de las suyas, ¿Debería decir que no llevaba ropa interior debajo de la toalla? Ah ya lo dije.

Quedé "Montado" en mi hyung, mi rostro a un lado de su cuello y él con sus manos entre mi espalda y cintura, su tacto era tan cálido que mi piel se erizó inevitablemente.

Sin querer... O quizá queriendo, solté un leve gemido junto a su oído y sentí cómo apretó su agarre de mi cintura, y ante eso, me pegué más a su cuerpo y bueno... Mi miembro rozó... ¿Un ligero bulto en él?

Levanté mi rostro al instante y ahí él abrió sus ojos, nos miramos un par de segundos que parecieron horas, sus ojos tan bonitos y de color café claro, sus pestañas negras y largas, sus labios que acababa de humedecer con la lengua, espera... ¿Acababa de humedecer sus labios con la lengua?

- Hyung... - susurré bajo, y mordí mi labio inferior.

- Sa-Sanha, ¿Pue-puedes bajarte?

Se escuchaba tan nervioso que me resultaba adorable verlo de esa forma. Formé un puchero e intenté levantarme, pero sus manos seguían aferradas a mí.

Lo miré nuevamente y él... Lucía confundido, como si estuviera debatiendo mentalmente.

Bien...

Me acerqué lentamente a su mejilla y dejé un suave beso sobre ella, al levantar mi rostro vi sus ojos cerrados, así que continué. Besé cerca de su oído y bajé hasta la quijada fina y fuerte de él... Sus manos subieron por mi espalda y su bocal se abrió ligeramente.

Mi corazón estaba brincando como loco, Dios, Moon Bin estaba estático, no me había alejado, no decía nada, jamás había hecho eso con él, nunca le había repartido besos, nos abrazábamos mucho antes, pero no tuvimos ningún tipo de beso anteriormente...

- ¿Continúo? - dije dulcemente cerca de su oído nuevamente.

- Sanha... - solamente eso dijo. Esperé un par de segundos más, pero nada salió de sus labios.

Su mirada fue desviada de la mía, giró su rostro a la izquierda, dejando más al descubierto su cuello y yo... Yo no supe si era una invitación a seguir.

Mi mente estaba hecha un lío, no quería hacerlo sentir incómodo, era mi mejor amigo, mi mejor amigo heterosexual, si yo quería sexo o enredarme con alguien, no sería con Moon Bin, eso era claro, y aunque él no hubiera dicho nada, en algún momento más avanzado me detendría y yo... No podría detenerme.

Me levanté, acomodé mi toalla y le di la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

Ahí vi esa mirada que no quería, una mirada más dudosa aún y había algo de pánico en él.

- Tranquilo hyung, ¿Viste algún
fantasma? - me reí intentando aligerar el ambiente.

- Pues digamos que tu piel es tan blanca que bien podrías pasar por uno - su rostro se relajó con mi broma. Y yo me sentí aliviado.

- Sí, claro, lo dice el que tiene la piel de Edward Cullen - me burlé, y empecé a sacar mi ropa interior.

-.¿Quién? - enarcó una ceja y me miró divertido, adoro ese rostro.

- Edward Cullen, el vampiro de Crepúsculo - dije con obviedad y él seguía con la interrogante en el rostro - ¿En serio? - entrecerré mis ojos intentando encontrar algo de mentira en su desconocimiento del tema.

- ¿Qué? Perdón, no me pierdo en novelas de ficción - ahora él era quien hacía pucheros.

- Hay una película para aquellos a los que no les gusta leer, como tú - le lancé la camisa de mi pijama al rostro.

- ¡Yah! ¡Mocoso, soy tu hyung! ¡Más respeto! - fingió estar indignado.

Me acerqué decidido y empecé a acorralarlo hasta dejarlo contra la pared, era tan divertido jugar así con él.

- En este momento no pareces un hyung, para nada - sonreí arrogantemente y él frunció el entrecejo, malas noticias para mí.

- ¿En serio?

Y como sabía que ocurriría, quitó mis manos de la pared, me hizo una llave de lucha libre y me tiró en la cama sobre mi estómago, él quedó detrás de mi espalda, maldición, pensamientos impuros apareciendo en esos instantes.

- ¡Ah! ¡Hyung! ¡Eso duele! - me quejé ante su fuerte agarre.

- ¿Duele?

Pegó su pelvis a mis glúteos y se acercó a mis oído derecho sin soltarme y ahí vi esa sonrisa que no veía en años, una altiva y burlona.

- Te ves tan pasivo en estos momentos - soltó con voz grave y una risita que me puso la piel de gallina - Nunca dejaré de ser tu hyung, Yoon Sanha, en ningún momento, siempre seré tu hyung.

Antes de soltarme dio un beso rápido en mi mejilla, se levantó con la misma sonrisa altiva, tomó la pijama que había sacado para él y salió de mi habitación, dejándome con una terrible erección...


ʙᴇꜱᴛ ꜰʀɪᴇɴᴅꜱ ꜰᴏʀᴇᴠᴇʀ? - ᴅᴏɴ'ᴛ, ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ! ʙɪɴꜱᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora