Dad's Secret[Chanmin]

Final

Por primera vez en años, Chan había llorado mucho. Y no, claro que no era llanto de tristeza o frustración, sino más bien llanto de alegría y felicidad tras finalmente ser reconocido cómo un verdadero papá. Una etiqueta que anheló tener por años y tras largas jornadas de soledad y manipulación por parte de su madre, al final podría decirse que uno de sus tantos sueños se había cumplido. ¿Lo mejor?, Era que todos esos sueños incluyendo su paternidad, vendrían tomados de la mano junto con Seungmin, su único y verdadero amor. El único capaz de hacerlo sentir tan vivo y pleno; así que ahora, siendo ellos tres los que partían hacia un lugar más tranquilo y lejano de todos en la ciudad, Chan podría decir a los cuatro vientos que era el alfa más afortunado de todo el mundo.

—Jake se ha quedado dormido luego de un largo y mágico día junto a su papi Chan—susurró el omega, mientras veía al pequeño niño durmiendo plácidamente entre los asientos traseros.

—La verdad es que aún no puedo con tanta emoción que siento en mi corazón, Seungmin—confesó melancólico, antes de parar el auto justo cuándo llegaron al tan famoso rancho del que Chan les habló—. De verdad estoy muy feliz de saber que ahora que estamos juntos con nuestro pequeño—tomó su mano y la entrelazó—, me hayas podido dar una segunda oportunidad.

—Después de todo sé que no fué tu culpa el haberte ido de mi vida así cómo así —susurró bajito, antes de tomar sus mejillas y acariciarlas con la yema de sus dedos, dejando que su olor se mezcle con el mayor al mismo tiempo en que este se toma el tiempo de besar sus manos—. Éramos muy jóvenes cómo para sobrellevar los malos tratos que tú madre tenía hacia mi por el hecho de estar contigo.

—Pero te prometo que eso va a cambiar a partir de hoy, Seungmin—dijo, antes de darle un abrazo fundido al pelirosa—. Te lo prometo. Así que sólo confía en mí.

—Y eso es lo que haré.

En ese momento Chan quería besarlo y abrazarlo; tocar su rostro y pasar un mínimo momento íntimo con su omega en lo que entraban y buscaban al dueño del lugar. Sin embargo, y algo que el alfa por supuesto no se esperó, fué que al momento de inclinar su rostro para besar al pelirosa, una mano se posó en su ventana por lo que, ver aquello lo dejó asustado e inmediatamente se quejó:

—¡Qué mier-!, ¿Changbin?

El pequeño Jake se levantó al oír a su papá gritar. Sin embargo, algo que llamó la atención del niño fué que delante de ellos no había nada más que árboles y un gran establo donde caballos y vacas caminaban tranquilas de la vida por los alrededores.

Ante esto, este quiso salir rápido del auto por lo que Chan tuvo que abrirle la puerta y dejar que el pequeño corriera junto con Seungmin, quién en todo momento se mostró emocionado también.

—Creí que iban a llegar más temprano—saludó el mas bajo y castaño chico mientras abrazaba al alfa—, ¿Cómo estás?

—Perfectamente bien—suspiró enamorado—. Al fin pude tener la vida que siempre quise, y con la familia que tanto deseé tener.

—Y créeme que me hace feliz saber eso, Bang—dijo, antes de ver al pequeño Jake correr hacia los brazos de su papá Chan—. Tienes un hijo muy lindo—pellizcó su mejilla, lo que hizo al pequeño sonreír—, ¿Cómo te llamas, cielo?

—Me llamo Jake—murmuró bajito, y con un lindo puchero que hizo que el corazón del lindo y castaño omega se encogiera de amor—, ¿Usted es dueño de este lugar?

—Así es, corazón—asintió—. Mi esposo y mis hijos viven aquí así que—hizo una señal para que los acompañaran—, ¿Quieres ir a jugar con ellos y ver todos los animales que hay por aquí?—inquirió sonriente—Incluso tenemos huertos de manzanas y frutas deliciosas que muy seguramente ansías probar.