La cita

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El día de la cita llegó y Elena se sintió emocionada y nerviosa al mismo tiempo. Después de trabajar, cambió de cuerpo y se dio un baño relajante. Luego, comenzó a prepararse para la cita.

Se puso un vestido negro ajustado que resaltaba su figura femenina, con un escote profundo que mostraba un poco de piel. Se maquilló con un look natural, destacando sus ojos azules y sus labios rojos. Se peinó el cabello en una cola de caballo baja, dejando algunos mechones sueltos que enmarcaban su rostro.

Se puso unos tacones altos negros que hacían que sus piernas parecieran interminables y se perfumó con un aroma floral que la hacía sentir segura y femenina.

Al mirarse en el espejo, se sintió hermosa y confiada. Estaba lista para su primera cita como Elena.

Alejandro llegó puntual a las 7 pm, tocando el timbre de la puerta. Elena abrió la puerta y se sintió impresionada por su apariencia. Él llevaba un traje negro que le quedaba perfecto, con una camisa blanca y una corbata roja que destacaba su sonrisa.

"Estás increíble", dijo Alejandro, mirándola de arriba abajo.

Elena se sonrojó ligeramente, sintiendo un poco de halago. "Gracias", dijo, sonriendo. "Tú también estás muy bien".

Salieron del departamento y se dirigieron al restaurante que Alejandro había elegido. Elena se sintió emocionada de ver qué pasaría en la cita.

Alejandro y Elena charlaron durante horas, descubriendo que tenían mucho en común. Ambos compartían una pasión por la música, el cine y la literatura. La conversación fluyó con facilidad, y Elena se sintió cómoda y relajada en presencia de Alejandro.

Después de la cena, Alejandro sugirió dar un paseo por el parque cercano. Elena aceptó, y caminaron juntos bajo la luz de la luna. El aire estaba fresco y tranquilo, y Elena se sintió como si estuviera en un sueño.

Alejandro tomó su mano, y Elena no se resistió. Se sintió una conexión entre ellos, algo que no podía explicar. Caminaron en silencio durante un rato, disfrutando de la compañía del otro.

Finalmente, Alejandro se detuvo y se volvió hacia Elena. "Me ha encantado esta noche", dijo, mirándola a los ojos. "¿Quieres salir conmigo de nuevo?"

Elena sonrió, sintiendo su corazón latir con emoción. "Me encantaría", dijo.

Alejandro sonrió de vuelta y se inclinó para besarla. Elena se sintió como si estuviera flotando, como si nada más importara en ese momento.

Elena se sorprendió al besar a un hombre por primera vez. No sabía qué esperar, pero el beso de Alejandro fue embriagador. Sus labios se movieron con suavidad, explorando el sabor y la textura de los suyos. Elena se sintió como si estuviera flotando, como si nada más importara en ese momento.

Después de ese beso, vinieron otros más. Alejandro la abrazó con fuerza, profundizando el beso. Elena se sintió abrumada por la emoción, pero no quería que parara. Quería seguir sintiendo ese calor, esa conexión.

Se besaron durante lo que pareció una eternidad, hasta que finalmente se separaron para respirar. Alejandro la miró con ojos brillantes, sonriendo. "Eres increíble", dijo.

Elena se sonrojó, sintiendo un poco de timidez. "Tú también", respondió.

Se abrazaron de nuevo, besándose con pasión. Elena se sintió como si hubiera encontrado algo que había estado buscando sin saberlo. Algo que la hacía sentir viva, conectada.

La noche continuó con besos, abrazos y risas. Elena se sintió como si estuviera en un sueño, un sueño del que no quería despertar.

Pero en el fondo de su mente, una voz le recordaba que todavía había un secreto que no había revelado. Un secreto que podría cambiar todo.

Faldas y tacones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora