🦋Capítulo 4🦋

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Al final, Nooroo no había dormido en la pequeña cama improvisada que le había hecho su nueva portadora, sino que durmió sobre el pecho de ella, queriendo sentir su calidez y escuchar sus latidos que lo ayudaban a calmarse, se aferró a la pijama de la rubia con fuerza, pidiendo que todo esto no fuera solo un sueño producto de su mente maltrecha y agotada.

No quería despertar y ver qué la amabilidad de aquella joven, así como la oportunidad de una nueva vida, solo era un sueño y que aún seguía en manos de Gabriel Agreste, no quería regresar a aquella soledad, no quería más restricciones, solo quería un poco de cariño y compañía, ¿Era egoísta querer aquello de lo que sus hermanos podían gozar?.

Cuando la Bourgeois se despertó a la mañana siguiente, notó que Nooroo estaba muy pegajoso, el Kwami no se alejaba de su lado, la seguía por toda la habitación, incluso al baño, era raro, pero lo dejo ser, quizás el pequeño ser aún pensaba que tenía restricciones y que no podía alejarse de su lado.

Le dijo que tenía permitido volar libremente por la habitación, pero Nooroo seguía quedándose a su lado, sentado en su cabeza o aferrándose a su hombro, ahora que había salido de la habitación, el pequeño Kwami estaba oculto dentro del bolsillo de su chaqueta, le iba a decir que lo llevaría en un bolso, pero prefirió dejarlo ir donde él quisiera.

En poco tiempo llegó al comedor del hotel, había otros huéspedes allí, varios voltearon a verla y temblaron de miedo, seguro pensaban que haría algún berrinche, ¿Por qué haría algo tan humillante? Cuando si quería algo solo debía pedírselo al señor Armand (el jefe de mayordomos) o al padre de Chloé, a quien había visto una vez desde que llegó, aunque no es como si llevará mucho aquí realmente, apenas había tomado posesión del cuerpo de la Bourgeois el día anterior.

Se sentó en una mesa que quedaba cerca de la ventana, alejada de las demás mesas, tomo la cartilla del menú y empezó a ojearlo, todo se veía bien estéticamente y el sabor también debía ser bueno.

Nooroo, ¿Quieres comer unos croissants para el desayuno? ¿O prefieres un muffin de durazno?— Pregunto con voz susurrante la rubia, ocultando su rostro con la cartilla, para que nadie la viera hablarle al pequeño Kwami.

La pequeña mariposa asomó su cabeza del bolsillo y observó la cartilla, donde aparecían imágenes de todo tipo de postres elaborados y costosos (el precio no era un problema para la Bourgeois, ya que al ser la hija del dueño todo se le daba gratis), el Kwami no sabía que elegir, todo se veía realmente delicioso.

Sus ojos se deslizaron por el menú, hasta que se posaron en una rebanada de pastel de fresa. —Ese, quiero ese, señorita Chloé

La Bourgeois observó el postre que el Kwami señalaba, era de los postres más sencillos que había en el menú (había unos que hasta tenían oro comestible), parecía que a Nooroo le gustaban las cosas simples o tal vez no quería ser demasiado exigente, el pequeño ser posiblemente creía que si pedía mucho, perdería el privilegio de seguir disfrutando de las comidas dulces.

Acaricio la cabeza del Kwami con su índice y luego cerró la cartilla, justo cuando hizo aquello, un camarero apareció, era una mujer, la había visto un par de veces en la serie como un personaje de fondo.

—¿Ha decidido que pedirá, señorita Chloé?— Pregunto respetuosa la mujer.

—Una rebanada de pastel de fresa, unos panqueques con arándanos y una taza de leche con chocolate— Pidió.

La camarera anoto su orden y luego se fue, tras un par de minutos de espera, su desayuno le fue traído, ella empezó a "comer" la rebanada de pastel primero, bueno, fingía comerla y en realidad se le daba cada pequeño trozo a Nooroo, quien estaba muy feliz de comer tan delicioso postre.

Chrysalis: La Creadora De HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora