El ruido de la ciudad de Nueva York en la noche era la mejor sinfonía para Star. Coches tocando bocinas, gente gritando en las calles, sirenas de policías que nunca parecían llegar a tiempo. Era un caos, pero para ella, ese caos significaba hogar. Mientras caminaba por los oscuros callejones de Manhattan, con su chaqueta de cuero negra y el cabello ondeando bajo la luz de los neones, se sentía... viva.
Star, cuyo verdadero nombre nadie sabía ni se molestaba en preguntar, era una formidable cazarrecompensas. Pero no de las que solo capturaban a los malos para llevarlos a la justicia. No. Ella tenía una lista de cadáveres más larga que los propios libros de historia. Y lo hacía con una precisión quirúrgica y un disfrute que, si alguien más lo supiera, lo calificaría como un desquicio.
Claro, nadie lo sabía... excepto sus victimas, pero ellos digamos que no hablaban demasiado.Esa noche tenía un trabajo simple. Encontrar a "El Rojo" aunque su nombre real era Donny Smith. Un gran traficante de armas, apoya indiscriminadamente a grupos terroristas de todo el mundo. Un tipo extremadamente fácil de cazar, o al menos eso pensaba ella. Sabía que Smith solía merodear por un bar de mala muerte en la esquina de la Calle 33. Una misión rápida, entrar, disparar, salir. Ni siquiera necesitaría limpiar la sangre de su chaqueta esta vez, si todo salía como estaba previsto.
Star se detuvo frente al bar, "The Rusty Snail", un antro obscuro que olía a desesperación y cervezas baratas, todo esto podía percibirse a varias cuadras antes de llegar. Miró su reloj.
— Toca trabajar— dijo para sí misma, abriendo la puerta con una patada. ¿Por qué no? Si hay que hacer una entrada, que sea lo más memorable posible.
Adentro, la música de una banda que claramente no había practicado lo suficiente sonaba en los parlantes rotos, y el aire estaba denso de humo de cigarrillo y conversaciones cansadas. El típico lugar donde nadie pregunta por qué alguien entra pateando la puerta.
Star caminó hasta la barra y le hizo un gesto al cantinero, un hombre con una pelada brillante y una camiseta demasiado ajustada para su brazos de fideo.
— Busco a "El Rojo"— dijo, apoyando un cuchillo en la barra sin disimulo alguno.
El cantinero ni siquiera parpadeó.
— ¿Quién pregunta?
— La última persona que va a ver si no me dice dónde mierda está.
El hombre levantó las manos, como si ya hubiera pasado por esto antes, y señalo hacia una mesa en la esquina, donde un tipo con una chaqueta de cuero roja estaba rodeado de algunos matones de aspecto típicamente no inteligentes. Se notaba que Donny Smith no era demasiado discreto.
Star se acercó, sacando su pistola de forma relajada, como quien saca un celular para revisar la hora. Los matones se dieron cuenta un segundo más tarde.
— Hola, "Rojo". Tengo una bala con tu nombre aquí, pero me pregunto si la prefieres en el cerebro o por el maldito trasero. ¿Alguna preferencia?
Donny apenas levantó la vista de su vaso.
— ¿Sabes? Siempre escojo mal en estos momentos. ¿Qué tal si me das dos segundos para pensar?— respondió con sarcasmo, tomando un largo trago.
Ella miraba sin despegar la mirada de su victima. No parpadeaba. No respiraba. Era pura concentración.
Una vez que movió su mano apenas un milímetro, uno de los matones lanzó la mesa hacia ella con una fuerza que ni siquiera parecía humana.
— ¿En serio? — pensó Star mientras esquivaba por poco, rodando hacia el lado y disparando con certeza a una de las piernas del matón. El tipo cayó gritando como un bebé gigante.
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The Stars And Stripes
HumorUn escuadrón de héroes caídos en desgracia. Una misión imposible en la capital del caos. Una protagonista que prefiere las balas a las órdenes. The Star and Stripes es el equipo de fuerzas especiales más bizarro y caótico que el gobierno estadounide...