i. encierro

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Cuando las dos primeras clases terminaron, la hora de comida empezó. Ji-Ae miró a cada compañero salir del aula como si no hubieran comido hace años. Un pensamiento malo se le vino a la mente al ver que nadie se le acercaba ni mucho menos le preguntaban si quería almorzar con ellos, pero rápidamente sacudió la cabeza y se levantó con su táper con comida de mamá.

Unos ricos sándwiches de jamón, queso y mayonesa junto a un jugo de manzana y una pequeña mandarina. Miró una vez más el aula dandose cuenta de que YoonGi seguía ahí, sin dar señales de que tenía ganas de siquiera pararse. Antes de darse cuenta, ya se encontraba frente a su escritorio.

─¿Quisieras ir a almorzar conmigo? ─preguntó, siempre tan sonriente. Mamá dice que así da la sensación de ser una chica buena. Todos confiarán en ella.

─¿Me ves cara de tener hambre?

Ji-Ae ladeó la cabeza, analizándolo, haciendo una mueca al no saber cómo sería la cara de tener hambre. YoonGi suspiró.

─Lo decía en broma ─agregó al darse cuenta de que Ji-Ae se lo tomaba en serio.

─Pero debes de comer algo o terminarás en el suelo. Mira, si es porque no trajiste nada, no te preocupes. Mi mamá me hizo cuatro sándwiches de jamón, queso y mayonesa, podemos comer dos y dos ─dijo, mostrando su táper rosa pastel.

YoonGi abrió la boca, la cerró y volvió a abrirla para soltar un suspiro.

─Bien, pero no porque tenga hambre ─Ji-Ae rió a la vez que YoonGi se paraba y ambos salían del aula─. Y aunque me hubiera olvidado mi comida, la escuela tiene.

─Mamá dice que no coma nada de lo que den los desconocidos ─YoonGi le lanza una mirada.

─Pero es comida que dá la escuela, obviamente no le pondrán droga.

Ji-Ae se encoje de hombros, casi por decirle que no volviera a mencionar la palabra droga, mucho menos si estaba frente a su padre. Se volvía loco cada vez que pasaban por las noticias que habían drogado a alguien─. Mamá dice que siempre hay que prevenir antes que lamentar. Además, dice que a veces la comida de la escuela es fea, y a mí me gusta mucho su comida. ¡Lo hace con tanto amor! ─se llevó el táper al pecho, conmovida. YoonGi alzó las cejas, pero no dijo nada y terminaron entrando al comedor.

El comedor estaba a reventar de alumnos, yendo y viniendo. La fila para ir a buscar su comida se iba disminuyendo cada vez más, Ji-Ae pudo entender el porqué habían salido tan rápido sus compañeros: la comida de la escuela tenía un límite, y también, lo que se veía más rico era lo primero en desaparecer. La suerte estaba de su lado en ese aspecto.

No lograron encontrar ninguna mesa libre, pero sí donde solo en una punta había cinco personas, y como la mesa era de las largas pudieron sentarse en la otra punta sin molestar al resto. Ji-Ae le extendió dos sándwiches y ella dio el primer mordisco al suyo, casi suspirando al saborearlo.

─¿Y, qué tal sabe? ─le preguntó a YoonGi al verlo tragar. Éste hizo un asentimiento vago, como si no estuviera tan mal.

─Entiendo por qué prefieres la comida de tu madre.

─Yo nunca miento ─dijo con orgullo, dando otro mordisco─. Mentir está mal.

─A veces es necesario ─Ji-Ae hizo una mueca de desacuerdo.

─No es verdad. Siempre se sabrá si mentiste o no, y siempre terminará mal. Mamá dice...

─¿Y qué dices tú?

─¿Eh?

─Sí ─YoonGi dejó el sándwiche aún sin terminar en la mesa y apoyó los codos en ella, inclinándose ligeramente hacía Ji-Ae─. ¿Qué dices tú?

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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Ecos de Venganza, kth + jjk + pjm (+ myg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora