One Piece Reacciona a... [PAUSADA]

2. ¿Luffy está bien? (parte 2)

– ¡Zoro, Sanji! - gritó Robin asustada, usando su fruta del diablo al cruzar sus brazos para sacarlos de los escombros que estaban a sus alrededores.

– Gomu Gomu no... ¡Red Hawk! - atacó Luffy a su abuelo Garp. Estaba hecho una completa furia y eso a los piratas corazón les traía recuerdos terribles, por suerte el viejo se había logrado defender a tiempo.

– ¡No dejen avanzar a los piratas de Shanks el pelirrojo! - ordenó decidido Akainu, el almirante de flota desde hace dos años, orden a la que Kizaru y Fujitora se pusieron en guardia para defender al vicealmirante anciano, después de todo, él era un aliado de la justicia, un miembro de la marina desde hacía décadas, era su trabajo cuidarle las espaldas.

– ¡¡Mugiwara-ya deja de pelear!! Con ese nivel de heridas en la cabeza solamente vas a encontrar la muerte. - advirtió el cirujano de la muerte, ya era bastante jodido tener a dos almirantes luchando con la tripulación de un yonko, sino que como médico era imperdonable ver a alguien tan despreocupado por su propia vida.

– ¡¿Qué es lo que dices, idiota?! Luffy no puede morir así. - respondió Usopp alarmado, el antebrazo abierto de su capitán y su cabeza visiblemente rota como una fuente de agua era de lo más preocupante, el problema es que su mejor amigo parecía desconectado de la realidad, golpeando con una cantidad de enojo anormal no solo a su abuelo, sino también a cualquiera que se le diera atravesando como si no los conociera, tal como pasó con Dadan cuando está intentó meterse en un intento desesperado por parar el estado psicótico del gomoso solo para ser salvada justo a tiempo por Kuzan, mejor conocido como el ex-almirante Aokiji.

– Vamos. - dijo Zoro más que decidido a detener a su capitán, al fin y al cabo... No era la primera vez que peleaban con él.

– Sí. - lo siguió Sanji, dejando caer su cigarrillo al suelo para posteriormente pisarlo, ambos totalmente serios y concentrados en detener a Luffy de su locura.

– ¡Ah! - se quejó del dolor Luffy al recibir un fuerte puñetazo de parte de su abuelo justo en el estómago, haciéndolo vomitar un charco muy preocupante de sangre.

Mientras esto ocurría, todas las princesas que había salvado estaban siendo detenidas por sus familiares:

Rebecca.

Shirahoshi.

Vivi.

Hancock.

Todas ellas estaban siendo detenidas de ayudar a Luffy, nadie lo habia visto así, es decir, Law y Jimbe vieron una parte de esto en aquella isla junto a la tripulación de Trafalgar, pero esto era como cien veces peor que eso.

– ¡¿ESE GOLPE POR QUÉ FUE?! - era momento para recordarse a si mismo que no era débil, ¿verdad, Luffy? Siempre preocupado por sus amigos, arriesgando su vida al tomar los enemigos más poderosos y fuertes para él solo y así evitar lo más posible que sus queridos amigos sean heridos tal como lo lastiman a él.

– ¡¿CÓMO QUÉ POR QUÉ, MOCOSO DE MIERDA?!, ¡¡ESTAS ASUSTANDO A TODOS POR LO QUE HICISTE!!, ¡¿CREES QUE A TU HERMANO LE GUSTARÍA VERTE ASÍ?! - respondió Garp, pensando al igual que su nieto que el Ace que trataba de frenarlos miserablemente era solo una ilusión, ignoraban tanto la presencia del pecoso que tenían varias marcas de quemaduras y seguían creyendo ingenuamente que todo era un sueño o mejor dicho... una pesadilla.

– ¿Así que tú también lo ves, eh? - bajo el tono de voz un poco, pero de todos modos estaba hablando fuerte, Ace sentía como se oprimía su pecho al ver a su hermanito pelear tan fieramente con el viejo sin que él pueda hacer nada más por detenerlos que intentos fallidos, uno tras otro. Las lágrimas empezaron a salir sin que se diera cuenta, se sentía bien saber que habían personas en el mundo que lo querían tanto, pero se sentía tan terriblemente mal ver que ese cariño era un arma de doble filo que los hacía actuar como por su muerte, que deseaba con todas sus ganas que parara la pelea algo a alguien, cualquier cosa por dejar de ver a todos sus seres queridos llorar así.

– ¡Por supuesto que lo hago, mocoso idiota! - siguieron intercambiando palabras al igual que golpes, la sala era un caos total, peleas aquí por allá, pero nadie era capaz de detener a los Monkey D. de ninguna manera y eso era demasiado frustrante para los más preocupados y asustados por el estado de locura de ambos.

– ¡¡¡DETÉNGANSE!!! TIENEN QUE DEJAR DE PELEAR LOS DOS, YO ESTOY BIEN. - gritaba Ace inútilmente, un recuerdo muy vívido volvía a la mente de Nefertari Vivi... lo que pasó en Alabasta con Crocodile, cuando ella fue a la cima de esa gran instalación para pedir que su gente no se matara entre ellos y ver qué nadie la escuchaba, así justamente como le estaba pasando a puño de fuego Ace, era desgarrador. Tanto que ella no tuvo más remedio que taparse la boca para ahogar sus sollozos entre sus palmas mientras sus ojos solo derramaban más y más lágrimas.

– ¡Helmeppo suéltame!, ¡tenemos que ayudar a Luffy! - pedía Coby a gritos, su voz rota y su rostro empapado como un río mientras su amigo lo agarraba desde atrás con fuerza y determinación, el rubio reconocía a la perfección que meterse en esa pelea era tan suicida como un usuario de fruta cayendo al agua por voluntad propia.

– ¡No podemos, él es un pirata-...! - trató de inventarle una excusa barata, no podían quedar como amigos de un pirata tan relevante como Luffy enfrente de los almirantes, eso podría significar una posible traición inmediata a la marina y Helmeppo sabía que ninguno de los dos quería ser ejecutado o expulsado.

– ¡¿Enserio me vas a salir con una estupidez así en esta situación!?, ¡si no lo ayudamos va a morir a este paso! Sólo míralo. - las lágrimas del rubio no tardaron en salir, negando con la cabeza a su amigo, intentando en silencio de hacerle entender que aunque quisieran. Ellos no podrían hacer absolutamente nada por ayudar.

– ¿Brook estás bien? - Chopper lo recogió del suelo, el esqueleto había recibido un golpe brutal de parte de Luffy sin que este último se diera cuenta.

– Yohoho-ho... n-no tienes que preocuparte, Chopper-san, no alcanzó a romperme el corazón, lo que es curioso, porque yo no tengo corazón. ¡Yohohoho! - el brazo de Luffy estaba cada vez peor, era tan grotesco verlo pelear así en ese estado, en esas condiciones, que las palabras se le entrecortaban al esqueleto y su intento de humor para animar la situación quedaba en el profundo olvido de inmediato.

– ¡No es momento para jugar, Brook!, ¡tu cráneo está roto casi por la mitad! - dijo mientras vendaba apurado a su querido compañero músico de la tripulación.

– ¡¡Alguien porfavor ayúdelo!!, ¡se los ruego! - gritaba desesperada Nami al igual que Usopp, ambos arrodillados en el suelo en un charco de lágrimas suplicando en contra de su dignidad por el bienestar del hombre que tanto había hecho por ellos.

Mientras tanto Zoro, Sanji, Robin, Franky y Jimbe; eran tirados una y otra vez en cada intento que hacían desenfrenados por parar la gran pelea entre Garp y Luffy, incluso el viejo Sengoku los apoyaba con ayuda de su fruta, pero todo parecía inútil y las explosiones a causa de las distintas peleas estaban por aquí y por allá sin fin.

Continuará

(Sé que me falta escribir muchas más reacciones, pero el capítulo se me hace más largo y pesado, ya me dirán ustedes si quieren capítulos más seguido y con más detalles 👍)