Reigen no puede evitar estremecerse cuando su padre golpea la mesa con los puños; sus ojos parpadean hacia su madre, que le devuelve la mirada decepcionada y los labios apretados.
"¡No!", grita su padre, indignado. Reigen siente que le invade un frío miedo, junto con una vergüenza atroz. "No tendré un hijo gay". Su padre continúa, escupiendo por la boca a medida que se enfada más. Reigen se marchita cuando su padre se acerca a él dando pisotones.
"Papá, por favor, yo no...". Intenta suplicar, pero su padre tiene otros planes y le agarra por el brazo. Reigen vuelve a mirar a su madre. "Mamá, tienes que creerme".
"¡Ni una mierda, pequeño mentiroso!" Reigen se estremece y un grito de dolor sale de su boca cuando los dedos de su padre se hunden con dureza en su sensible piel. Siente que sus ojos empiezan a arder, por la adrenalina y la traición. Sus padres nunca fueron los mejores, pero esto es algo totalmente distinto.
"Es verdad, papá, no lo soy, por favor", solloza Reigen, y sus palabras salen entre jadeos. Se queda en silencio cuando el puño de su padre le golpea la cara.
Es distraídamente consciente de que lo están sacando de la cocina y arrastrando por la casa; el magullante apretón de su padre no es nada comparado con el intenso y agudo dolor que irradia de su pómulo, sobre el que se cierne su mano libre.
Reigen apenas tiene tiempo de reaccionar antes de ser arrojado al porche, con la manga de la camisa desgarrada y la mano raspando el implacable hormigón en un intento de sujetarse. Un grito ahogado se abre paso en su garganta cuando su cara choca contra él, rompiéndole la nariz. Vuelve a mirar a su padre, que está de pie junto a él con una mirada de asco. Reigen siente que la sangre empieza a brotarle de la nariz y tiene que inclinarse hacia delante para evitar que le manche la ropa.
"Podrás volver cuando dejes atrás tus costumbres pecaminosas", sentencia su padre, con voz uniforme, pero llena de malicia y odio. Los ojos de Reigen se abren de par en par cuando su padre da un paso atrás, llevándose la puerta consigo. "Hasta entonces, no tengo hijo". Y con eso, la puerta se cierra de golpe, sacudiendo toda la casa y haciendo que Reigen se estremezca.
Se pone en pie, pensando en lo que podría hacer. Podía quedarse aquí, suplicar que le dejaran entrar de nuevo, que al menos le dejaran entrar para coger algunas cosas. Pero eso sería inútil, Reigen lo sabe, su padre nunca tuvo compasión.
Decide marcharse, subiéndose la manga para poder limpiarse la sangre de la nariz con el brazo mientras le abandona una respiración temblorosa. Se aleja de su hogar con una última mirada. 'No, hogar no', piensa Reigan, 'Nunca ha sido ahí'. Su hogar estaba con su Maestro, en Espíritus y Demás, su hogar estaba con su mejor amigo, Katsuya.
No sabe si le gustaría ver a Serizawa ahora mismo, él es la razón por la que Reigen estaba en este lío en primer lugar. No está seguro de qué hizo que su padre conectara los puntos, pero se enteró de lo que Reigen sentía por su amigo.
Camina pesadamente hacia el parque al final de la calle, pensando. Desearía que su padre lo aceptara mejor. Desearía que cuando su padre se enterara, sólo se hubiera burlado de él en broma y le hubiera dado algún consejo, no un puñetazo y una patada. Aunque tal vez eso es lo que se merece.
Reigen no puede evitar que le ardan los ojos, las lágrimas los inundan mientras su respiración se vuelve entrecortada. Se queja en voz baja y se tapa la cara con las manos mientras se desploma en uno de los bancos del parque. Intenta respirar con calma, pero su respiración se convierte en un gemido.
Resopla, intenta calmarse y saca su teléfono barato del bolsillo. Seguramente, su maestro sabrá qué hacer, Mob lo sabe todo. Sin embargo, Reigen se detiene cuando llega al contacto de su Shishou, su mente se acelera.
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Hay ciertas cosas que me pides (Y hay ciertas cosas que no puedo darte)
Fanfiction["Sh-shishou-" Reigen se atraganta en el altavoz de su teléfono, la devastación obvia en su voz. Traga saliva contra el nudo en la garganta. "Yo-"] O Reigen es expulsado sin nada más que la ropa que lleva puesta, todo por algo que no puede controlar...