Nido

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𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟, 𝑒𝑠 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑐𝑖𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎.

Despacio. Con cuidado. Alerta a cada mínima reacción.

El Alfa hacía gala de sus agudos sentidos ante cualquier mínimo cambio en el Omega, mientras éste lo mira con los ojos entrecerrados y soltando uno que otro gruñido.

Ser el compañero de vida de Sakura Haruka no se ve como algo fácil para nadie, salvo para Suō Hayato. Su inmensa paciencia y perseverancia hicieron posible el lograr ser la pareja del renuente Omega.

Claro que tomo mucho tiempo, pero está orgulloso de haberse fijado únicamente en ese Omega, valió cada segundo del cortejo, actualmente son una pareja estable con una relación de varios meses.

Pero hay diferencias entre ambos; mientras Suō es abierto con las muestras de afecto, a Sakura le cuesta hacer hasta el más mínimo acercamiento cariñoso. El de cabellos dispares acepta con un poco de dificultad el cariño del Alfa, y éste muestra comprensión hacía la dificultad de su pareja por demostrar su lado cariñoso, ese que se supone es más notorio en los Omegas, pero con ellos es un poco al revés.

Por eso el oji-rojo agradece y aprecia cada pequeño avance del heterocromatico por abrirse y demostrar su afecto.

La primera vez que Sakura se animó a tomar su mano por si mismo, Suō casi llora internamente de alegría y ternura al notar lo sonrojado que estaba, pero en su lugar, solo dió unas suaves caricias con su pulgar en la mano del Omega, mientras soltaba feromonas para tranquilizarlo al notar lo tenso que estaba.

Paso lo mismo con los primeros abrazos, los primeros besos, la primera vez que durmieron juntos en la misma cama, todo, así fuera algo mínimo cariño por parte del Haruka, Suō sería feliz, atesorando el momento en su corazón.

Pero el momento de ahora era más íntimo que tomarse la mano o abrazarse, al menos era más íntimo en la relación Alfa-Omega.

Sakura le estaba ofreciendo estar con él en su nido.

Algo muy personal e importante para un Omega.

Desde casi el inicio de su relación habían estado viviendo juntos, puesto que empezaron a salir casi culminando su segundo semestre, y aunque sonara como si fueran tacaños, vivir juntos reduciría sus gastos en general; una buena excusa por parte del menor para encubrir que realmente quería poder estar más cerca del Alfa.

Pero pese al tiempo viviendo juntos, habían cosas que aún no habían hecho, pasar sus celos juntos era una de ellas. Incluso dormían en habitaciones distintas, aunque en ocasiones, Sakura se colaba a la suya en medio de la noche o simplemente se quedaban juntos en el sofá después de una noche de estudio.

No eran adolescentes hormonales, sabían controlarse y usar sus supresores adecuadamente, por lo que no hubo percances hasta el momento.

Hasta ahora, el celo de Sakura estaba próximo y éste ya le había manifestado el querer pasarlo junto a su Alfa. Suō obviamente estuvo dispuesto después de asegurarse que realmente estuviera preparado para eso.

Aunque no contó con que primero debía encarar a la parte más renuente de Sakura, ese instinto que le hacía repeler a cualquiera que consideraba un invasor de su espacio. El cuál era más repelente cuando su celo estaba cerca, como un instinto de supervivencia.

Para poder pasar su celo juntos, debía acostumbrar al menor a la cercanía a un punto más íntimo que los besos y abrazos.

¿Que mejor forma que acurrucandose en el lugar más íntimo para un Omega? Aquel refugio, santuario, un lugar específicamente creado por el propio Sakura para sentirse relajado. Su nido.

El nido del semi-albino era algo simple, muy él, acogedor, lleno de pertenencias de su Alfa, quien ahora entendía porque parte de su ropa desaparecía tan misteriosamente y su Omega se sonrojaba en demasia y se escapaba ante cada mención de ese tema.

Lindo. Es lo único que pudo pensar Hayato ante eso. Probablemente deba comprarse más ropa para que Sakura tenga más material para hacer su nido.

Volviendo a éste, aún se encontraba en la misma posición, cubierto con su sabana y rodeado de lo que era su nido.

La paciencia era una virtud, y Suō gozaba de ésta. Después de mucho, finalmente estaba a centímetros de poder acurrucarse junto al Omega. Haruka ya no emanaba tantas feromonas amenazantes, en su lugar un aroma dulce se empezaba a notar.

Lamentablemente, la suerte no es una virtud con la que cuente éste par, y al momento en que finalmente podían sentir la calidez del contrario, el timbre sonó, encendiendo cada alarma en el Omega, quien volvió a amargar su aroma en señal de amenaza.

El más alto suspiro derrotado, le había costado mucho calmarlo y relajarlo.

Con los ánimos un poco bajos, se dirigió a atender a quien sea que estuviera fuera de su departamento.

Más tarde tendría que volver a empezar.

Hey, hey, hey. He vuelto con otra historia de varios caps con actualizaciones probablemente no-constantes.

Me encanta ésta pareja y realmente disfruto el contenido Soft-Comico que hay sobre ellos, son mi Otp y necesitaba escribir sobre ellos, así q tomaré todas mis ideas y las escribiré aquí.

Aclaro q todos los caps son en el mismo Au Omegaverse Universitario y que habrá mucha diferencia con la serie original. También q no hay una línea de tiempo continua en los caps, éste está cuando ya son pareja, pero el siguiente puede ser de cuando apenas se están conociendo.

Sin más que decir, Rein se despide.
Besitos ♡⁠( ༶ ˃͈⁠ 3 ⁠˂͈⁠ )♡
Mata ashita ne~

𝘭ꪮꪜꫀ ꒯α𝑦ꇙDonde viven las historias. Descúbrelo ahora