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Había llegado bastante tarde a su vida como para obtener el lugar que tanto anhelaba desde que la observó entrar al set de grabación, pero ella entró a su vida en el momento perfecto para hacerlo soñar despierto y sonreír sin motivo aparente. Todo lo que podía hacer era vivir su evidente amor por ella a través de un personaje y fingir que se trataba de profesionalismo.
Sí bien ya había escuchado bastante acerca de ella y lo encantadora que resultaba, no tuvo el gusto de coincidir hasta que las grabaciones de Alborada dieron inicio...y su esposo la acompañaba. Aquel hombre tampoco era un desconocido para él, ni su gran amigo de otro modo; simplemente la gran sensación musical que era no le hacía posible pasar desapercibido.
Pero lo que él sintiera no importaba en lo más mínimo, no cuando ellos lucían tan plenos y felices, tanto que no hace mucho tiempo habían recibido a una nueva integrante en la familia, a su segunda hija. A veces tenía la suerte de mirarla pasear por la residencia en los recesos o tiempos libres, desafortunadamente en compañía de su esposo. Y se sentía un egoísta al sentir tal envidia hacia el hombre, pero no podía evitarlo.
Sin embargo, siempre volvía al mismo punto de reflexión.
Él era un caballero y no rompería con los valores implicados, no se atrevería a intervenir nunca, mucho menos si los niños estaban de por medio. Aunque, eso no significaba que de pronto no tuviese pensamientos intrusivos sobre lo que sucedería de olvidarse por un instante de la caballerosidad.
¿Qué sucedería?
Ya le hubiese robado un beso fuera de las pantallas y seguramente la semana entera, la tendría entre sus brazos del mismo modo en que él la sostenía y, sobre todo, ya le hubiese perdido ese respeto tan abrumante para gritar a los cuatro vientos sus sentimientos por ella. Aquello era incorrecto, pero se sentía bien imaginarlo.
Pero, otra vez...
Él era un caballero, la respetaba a ella y lo respetaba a él por haberse ganado el corazón de la mujer más hermosa que alguna vez había visto, que más le gustaba en el mundo y en la vida.
Sabía que no podía tener más que su amistad, así que esperaba tener la misma por lo menos. Simplemente tener un motivo para estar cerca de ella.
—¡Acción!— indicó uno de los productores, obligándolo a salir de sus pensamientos.
—¿Recuerdas que una vez te dije que si llegaba a enamorarme de ti nunca te iba a soltar?— dijo, sintiendo que cada línea llegaba como puñalada al fondo de su alma. Recibió un asentimiento de parte de la mujer—.Ese día ya llegó—. añadió, dejando un suave beso en las manos de la actriz.
Ambos se dirigieron una corta mirada, acercando sus labios lentamente para terminar por unirlos en un delicado y lento beso, disfrutando del tacto de sus manos unidas. Algo irreal para él, pero algo profesional para ella. Aquel momento se había sentido tan irreal y tan íntimo, como confesarle su mayor secreto sin que ella lo notara.
—¡Corte!— exclamó el director.
—Muy bien hecho— felicitó otro de los directores—.De verdad que son magia juntos, la química entre ustedes lleva a soñar con el amor. Increíble.
—Fer es un gran actor— halagó Lucero.
—Tengo una gran compañera— respondió Fernando, con la sensación de que un balde de agua fría hubiese caído sobre él ante las palabras de la actriz. Dolió internamente.
—Cinco minutos de descanso— dijo la productora, aplaudiendo el esfuerzo.
—¿Vienes por un bocadillo?— propuso la actriz, tomándolo de la mano.
—Sí, pero...— se interrumpió él mismo al caer en cuenta de lo que estaba a punto de decir.
—Pero...— lo alentó a continuar.
—Nada importante— negó, siguiendo hasta la mesa con bocadillos.
—¿Estás seguro?— dudó, frunciendo los labios.
—Totalmente— aseguró, con la mejor sonrisa que le fue posible. Porque era un caballero y mejor no decir nada.
Fin.
¡Hola!¿Cómo va su vida?
Hace algún tiempo que no publicaba algo más por aquí, así que he vuelto con un relato muy sencillo, pero hecho con mucho cariño para todas nosotras que seguimos en la nube. Como ya he hecho notar, este relato está basado en una canción y es que la verdad no pude evitarlo, cada vez que la escucho me lleva a pensar en ellos y siento que podría definir a Fernando, you know.
En fin, muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima idea.
