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Renjun vio que las piezas encajaban en la mente de Jaemin con demasiada rapidez como para poder hacer algo para detenerlas. Mierda.

Metió la mano entre sus cuerpos y se aferró a la base del condón mientras se levantaba.

—Ahora tengo que volver a bañarme —dijo, rodando hacia el otro lado de la cama y poniéndose de pie.

—Renjun. —Jaemin se sentó derecho, pareciendo no importarle que su mano estuviera manchada con su venida y que más se deslizara por la rica piel de su abdomen, quedando atrapada en el vello alrededor de la base de su pene—. ¿Quién te puso esas marcas? No pudo haber sido Song .

—Estoy bastante seguro que no es asunto tuyo. —Renjun tomó su toalla del suelo y se la arrojó.

Jaemin frunció el ceño mientras se limpiaba la mano y el estómago. El simple hecho de verlo sentado en la cama hizo que quisiera volver a follar: sus ridículos hombros y su amplio pecho se estrechaban en una V perfecta hasta su estrecha cintura, tanta fuerza y poder enroscados en esos definidos músculos. Una pizca de barba incipiente ensombrecía su fuerte mandíbula.

—¿Saliste anoche? —preguntó Jaemin. Renjun gimió.

—Sí, Jaemin, me escapé de una casa segura de la ATF en medio de la noche después que casi me dispararon horas antes, porque tenía muchas ganas de que me follaran.

Jaemin no mordió el anzuelo esta vez; normalmente estaba demasiado relajado después de correrse como para responder a las insinuaciones. Se quitó el condón y lo ató en un nudo.

—¿Dónde los conseguiste, entonces?

Qué demonios. No estaba avergonzado, y ya sabía lo que Jaemin pensaba de él, de todos modos. Doblando sus brazos sobre su pecho, dijo:

—Kun.

—Kun... —Jaemin frunció el ceño, y luego sus ojos se agrandaron—. ¿Kun Qián? ¿Cuñado de Song?

—Sí.

En lugar del disgusto que había estado esperando, la cara de Jaemin se aflojó con consternación. Se puso de pie y tiró el condón en el bote de basura sin mirarlo.

—Dios mío, Renjun, ¿por qué te dejas follar? —dijo, agarrando su bóxer y poniéndoselo.

—¿Qué?

Jaemin se puso los pantalones también, abrochándose el cinturón con movimientos bruscos.

—¿Le dijiste al psicólogo sobre esto?

Renjun cerró los ojos por un breve momento, exhalando un largo y lento aliento.

—Crees que me violó.

—¿No es así? —Jaemin hizo un gesto hacia el cuerpo de Renjun—. Cristo, mira tu brazo , ni siquiera me di cuenta...

—No —dijo Renjun. Se pasó una mano por la cara—. Fue consensual. Fui a Kun yo mismo; inicié el sexo.

Jaemin hizo una pausa con su camisa medio prendida.

—¿Por qué?

—Porque necesitaba su protección. Los otros hombres en el cártel... ellos toleraban que Joongki me follara, pero una vez que lo mataron, fue una historia diferente. La mayoría me quería muerto o, peor aún. Sabía que podría convencer a Kun de lo contrario.

—Te vi con él en El Paso —dijo Jaemin. Cerró los últimos botones de su camisa, pero no se molestó en meterla—. Tenías miedo.

—No es exactamente un cordero apacible —dijo Renjun.

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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NPOM   -   renminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora