2. Intercambios y Decisiones

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Golden Hour


2. Intercambios y decisiones.

Había un silencio abrumador qué comenzaba a cansar bastante.

Sentía que perdía el tiempo esperándo en esa sala donde solo había un guardia cuidando de que no fuera a robarse nada y el sonido de los caballos en la parte de afuera, no habían tenido ni la consideración de ofrecerle algo, como si de un pueblerino hambriento se tratara.

Por desgracia tenía que guardarse su orgullo, estuvo deseando por meses esta reunión que el retirarse ahora sería un grave error. Necesitaba hablar con el rey de McLaren para poder llegar a un acuerdo sobre los límites con Hasselt, pero ya llevaba más de una hora esperando y el rey no hacía su aparición.

Miro hacia el cuadro que cubría gran parte de la pared enfrente de él, el actual rey portaba en su robusta figura el atuendo más llamativo que pudiera portar con la famosa corona de McLaren y detrás de él en un brillo dorado el castillo actual.

Sonrió con sorna, algún tiempo atrás el brillo de McLaren había sido envidiable. De los cinco reinos, McLaren había sobrepasado por mucho a los demás, ni Milton Keynes se podía comparar a lo que ellos habían logrado en aquellos ayeres, desde unificar tres reinos pequeños hasta llevarse los campeonatos de tiro con arco y peleas de espada por varios años consecutivos.

Se sabía que un reino próspero es el reflejo tanto de su gente como de su rey; el rey Senna lo sabía y por eso dedicó toda su vida en crear guerreros que representarán con dignidad su hogar, sin embargo, su repentina muerte en un accidente que nunca se esclareció solo trajo desgracia que llevaba al reino en una decadencia que no solo había quitado su brillo, si no también que ningún guerrero representará a su pueblo con esa intensidad que los caracterizaba.

La gente de este reino al verte pasar mostraba con aire de superioridad el lugar al que pertenecían, el pasado aún se reflejaba en sus rostros, el orgullo de demostrar que siguen siendo superiores, aunque de eso solo quedará la sombra.

El actual rey Zak mantenía la vista ante los demás reinos que todo estaba bien, aunque a espaldas del resto era un secreto a voces que hundía a su pueblo en deudas, todo para obtener beneficios a largo plazo, inmiscuido en cuestiones ilegales pero que hasta ahora nadie tenía pruebas de ello.

Jos Verstappen golpeaba con su mano el reposa brazos cansado, que el rey Zak no se presentará aún se le hacia la falta de respeto más grande que pudiera soportar, pero su ansiedad por cerrar los límites con McLaren era más importante que su orgullo. Como todo un rey debía de mantener la compostura aunque por dentro el hastió tomaba bastante fuerza.

Pasaron algunos minutos mas cuando la puerta de la sala se abrió mostrando al rey ataviado en un traje en naranja chillón con negro. El color lastimaba a los ojos, era eso o la sonrisa hipócrita que le dio al sentarse frente a él después de extenderle la enjoyada y robusta mano para saludarse con educación.

—Dime Jos, ¿ha que debo el honor de tu visita?

Jos sonrió con la mirada fija en la corona que llevaba puesta. Esa corona qué había pasado por mejores reyes antes que él y que por años le perteneció al rey Senna, una leyenda entre la corte, el rey más fuerte que haya tenido la fortuna de conocer. La famosa y única corona qué llevaba ámbar y esmeraldas en sus piedras preciosas.

—He querido reunirme contigo desde hace tiempo ya que los límites con Hasselt se están desdibujando cada vez más, tu gente entra a mi territorio como si fuera su casa.

Zak sonrió de medio lado viendo que las damas le traían platos de comida junto con bebida, además de algunos panes y carne, Zak comenzó a servirse de varias cosas comenzando a comer sin ofrecerle por cortesía algo a Jos, que no se inmuto por el descaro. Estuvo un largo rato comiendo hasta que aun sin terminar de masticar un pedazo de carne volvió a hablar.

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