La música retumbaba en mis oídos mientras la multitud danzaba bajo las luces parpadeantes de la lujosa fiesta. Me abrí paso entre los cuerpos, el vestido azul que llevaba me hacía sentir un poco más valiente. Era una noche cualquiera, o al menos eso creía, hasta que lo vi. Un hombre imponente, su cabello rubio brillando a la luz como si estuviera hecho de oro, sus ojos verdes escaneando la habitación con una intensidad que me hizo detenerme en seco.
Mike Jezreel Levomozov.
Sabía quién era, aunque nunca me hubiera cruzado con él antes. Vi una fotografia de el en el escritorio de mi padre. El jefe de la mafia, el enemigo de mi padre. Pero, en ese momento, no podía pensar en eso. Su mirada atrapó la mía, y por un instante, el mundo a nuestro alrededor se desvaneció. ¿Era posible que, en medio de todo este caos, hubiera un lugar para algo más que odio y venganza?
La atracción era innegable.
Me sentí impulsada hacia él como si una fuerza invisible nos uniera.Pero antes de que pudiera dar un paso más, la realidad me golpeó como un balde de agua fría. ¿Qué estaba haciendo? No podía acercarme a él. Es ek enemigo de mi padre, y el jefe de la mafia rusa, un recordatorio de todo lo que odiaba y temía.
Con el corazón latiendo en mi pecho, decidí que lo mejor sería alejarme.Pero, como si él pudiera leer mis pensamientos, dio un paso hacia mí.
¿Estás disfrutando de la fiesta?"- preguntó con una voz profunda y cautivadora que hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.
-No tanto- , respondí, intentando sonar desinteresada, aunque en mi interior todo estaba en llamas. Su sonrisa era deslumbrante, pero también peligrosa.
-Soy Catherine-, añadí, extendiendo una mano, aunque sabía que sería un grave error.
Él la tomó con suavidad, sus dedos envolviendo los míos, y una chispa eléctrica atravesó el aire entre nosotros.-Mike-, dijo, manteniendo su mirada fija en la mía.Ya lo sabía, Sentí que me ahogaba en esos ojos verdes. ¿Cómo podía un simple intercambio de nombres sentirse como un pacto?
El momento fue interrumpido por una risa cercana. Era Alex, mi mejor amigo, que me miraba con una expresión de sorpresa y confusión.-¿Catherine? ¿Estás bien?-, preguntó, acercándose. Me sentí atrapada, como si estuviera en un juego peligroso sin ninguna salida.
-Sí, todo bien-, respondí rápidamente, soltando la mano de Mike, quien me observaba con una expresión de curiosidad.
-Solo estaba… conociendo a un amigo-.
-¿Amigo?- Alex levantó una ceja, mientras soltaba una carcajada,consciente de que eso no era exactamente cierto.
-Vámonos a bailar, Catherine-.
-Un momento-, le pedí. Miré a Mike una vez más, sintiendo cómo su presencia me atraía, a pesar del peligro que representaba.
-Ese vestido te queda muy bien.- respondió, una sonrisa juguetona en sus labios.
En ese instante, comprendí que había algo más profundo con el, como si el quisiera ser parte de mi vida a propósito. Algo que no se podía ignorar. El dilema de mi vida era sencillo: acercarme a él podría significar un disparo en el corazón de mi familia, pero al mismo tiempo, era un beso que prometía algo nuevo y emocionante.-Nos vemos- dije, retrocediendo un poco, sintiendo que una parte de mí quería quedarme, pero la razón me empujaba a irme. Caminé hacia Alex, pero no podía evitar lanzar una última mirada hacia Mike. Él sonrió, como si supiera exactamente lo que estaba pasando en mi mente.
La fiesta continuó, pero mi mente estaba lejos. El eco de su voz, el calor de su mano, y la forma en que me miraba se quedaron grabados en mi mente. Ese tipo es completamente mi tipo, además de ser ruso y brutalmente atractivo también musculoso. Esa noche, me di cuenta de que el mundo de la mafia no solo traía peligro, sino también una atracción que me desbordaba.
Los días siguientes fueron una confusión. Intenté concentrarme en mis en mis pasiones literarias y mis libros, pero la imagen de Mike no dejaba de interrumpir mis pensamientos. Cada vez que escuchaba su nombre, un escalofrío me recorría la espalda. Mis padres estaban ocupados con sus propios problemas, y Alex se convirtió en mi confidente.
-¿Qué pasó realmente entre tú y ese chico Cathe?-, preguntó, su mirada inquisitiva haciendo que me sintiera expuesta.
-No lo sé, Alex- respondí, sintiéndome frustrada. -Solo fue un momento. Es el jefe de la mafia rusa. No puedo dejar que eso me afecte-.
-Pero lo hace, ¿no?-, insistió, arqueando una ceja.
-Hay algo entre ustedes. Deberías explorarlo. A veces, el amor puede florecer en el lugar más oscuro-
-El amor está en el aireee- Canto desafiándo claramente no era buen cantante lo que me hizo reír por un momento.
Aunque tenía razón ¿Era posible? Podía sentir el tirón de algo más, pero el peso de la lealtad hacia mi familia era abrumador. Sin embargo, la idea de rechazar ese sentimiento me dejó con un vacío en el estómago.
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.Una noche, mientras leía en mi habitación, recibí un mensaje de un número desconocido. "Catherine, ¿te gustaría encontrarte conmigo? - Mike". Mi corazón se detuvo por un instante. ¿Era una trampa? ¿Un juego peligroso?
Con el pulso acelerado, respondí. "¿Dónde?". Él me envió la ubicación: un bar clandestino al otro lado de la ciudad. La tentación fue demasiado fuerte. Sabía que era arriesgado, pero la curiosidad me invadió, sabía que estaba jugando con fuego pero algo me llamaba no es del todo correcto pero le seguiré el juego, me parece algo interesante lo que piensa el supuesto "Jefe de la mafia".
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