Un verdadero Villano

Capítulo 1: La Caída de Heinz

Hola a todos, y bueno esta historia esta algo fumada la verdad, empece a desarrolarla en mi mente luego de ver el capitulo de Bokuno hero donde aparece Rikiya Yotsubashi que es un villano muy serio y todo eso, ademas de que se parece en diseño al Dr. HeinzDoofenshmirt por lo cual me pregunte que pasaria si el Dr. HeinzDoofenshmirtz se volviera un villano de serio y bueno este es el resultado, espero que les guste asta el priximo cap. . . . .

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Era una típica mañana en la Área Limítrofe, el lugar donde Heinz Doofenshmirtz había construido su fortaleza de caos. Su laboratorio, una enorme torre de acero que se elevaba por encima de los edificios más altos, era un reflejo perfecto de su creador: imponente pero con una estética que rozaba lo absurdo. Por fuera, la torre parecía sacada de una pesadilla industrial, mientras que por dentro, su organización era un desastre controlado. Planos a medio dibujar, circuitos sin terminar, y un sinfín de artilugios desperdigados llenaban cada rincón.

Heinz estaba emocionado esa mañana, su risa resonaba por todo el laboratorio mientras trabajaba en su último invento, el Reductor de Montañas Inator. Se trataba de una máquina monstruosa que prometía hacer desaparecer todas las montañas de la Área Limítrofe, convirtiendo el terreno en una vasta planicie. Para Heinz, esto era más que una victoria: era una afirmación de su genialidad malvada.

"¡Al fin! ¡Al fin voy a lograrlo!" gritó, mientras ajustaba los controles de su inator. "¡Con un solo botón, haré que las montañas desaparezcan! Y entonces... ¡nadie podrá ocultarse de mi vista!"

El dispositivo era una estructura gigantesca con tentáculos robóticos que se extendían desde una esfera en el centro, diseñada para ejecutar el plan con una eficiencia escalofriante. Cada detalle había sido cuidadosamente calculado, o al menos eso pensaba Heinz. Nada podía salir mal esta vez. Nada.

Pero entonces, como siempre, el inconfundible chirrido de una puerta deslizándose interrumpió su éxtasis. Heinz giró sobre sus talones, su rostro pasando de la emoción al pavor en cuestión de segundos.

Ahí estaba él: Perry el Ornitorrinco, su eterno némesis, parado en la entrada, luciendo su clásico sombrero de agente y la mirada estoica que tanto sacaba de quicio a Doofenshmirtz.

"¡Perry el Ornitorrinco!" gritó Heinz, alzando las manos al cielo en frustración. "¡¿Siempre tienes que aparecer justo en el momento más crucial?! ¡¿No puedes tomarte un día libre o algo?!"

Perry no hizo más que inclinar la cabeza ligeramente, como si ya supiera lo que venía a continuación. Heinz, aunque irritado, se apresuró a tomar el control de su creación.

"¡Esta vez, Perry, no podrás detenerme! ¡El Reductor de Montañas Inator está listo y tú no podrás hacer nada para impedirlo!" Con un gesto dramático, activó el dispositivo. Los brazos robóticos comenzaron a moverse, las luces parpadeaban, y el zumbido de energía llenó la habitación.

Pero Perry, siempre imperturbable, saltó hacia el panel de control con una agilidad que Heinz nunca dejaba de subestimar. Con movimientos rápidos y precisos, desconectó varios cables esenciales, y el zumbido eléctrico se convirtió en un chasquido ominoso.

"¡No, no, no, no, no!" Heinz intentó detenerlo, pero ya era demasiado tarde. El Reductor de Montañas Inator explotó en una nube de humo negro, llenando el laboratorio de hollín.

Heinz tosió, cubierto de residuos, mientras Perry, sin decir una palabra, se deslizó por una cuerda hacia el exterior de la torre, dejándolo solo con su destrucción.

"¡Siempre haces esto, Perry!" gritó Doofenshmirtz, sacudiendo sus puños al cielo ennegrecido por el humo. "¡Siempre arruinas mis planes justo en el último segundo!"