𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

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Convencer a mis padres de que JiSung viniera a casa no había sido fácil. En especial mi padre, que desde el principio mostró una reticencia casi impenetrable. Intenté explicarle una y otra vez que esto no era solo un capricho, que JiSung significaba más para mí de lo que él podía imaginar, pero no era sencillo que lo entendiera. Mi madre, por otro lado, parecía más dispuesta a dar una oportunidad, aunque en el fondo podía notar la misma preocupación que mi padre: la diferencia entre nuestras familias, nuestros estilos de vida.

La noche anterior, me había encerrado en mi cuarto, luchando con las dudas que me invadían. No quería que este encuentro saliera mal, pero el constante rechazo de mi padre me hacía dudar si realmente podría funcionar entre JiSung y yo. Después de muchas conversaciones y súplicas, finalmente logré convencer a mi papá de que le diera una oportunidad, aunque su aprobación no fue más que un resignado asentimiento.

El día había llegado, y JiSung se presentó en mi casa con una vestimenta formal, algo que no era habitual en él. Lo noté nervioso desde el momento en que llegó, ajustándose la chaqueta una y otra vez, esforzándose en aparentar una tranquilidad que no sentía. Lo admiré por intentarlo, por querer ganarse a mis padres, especialmente a mi padre, que desde el momento en que JiSung cruzó la puerta no había hecho más que mirarlo con desconfianza.

Nos sentamos a la mesa para cenar. El ambiente era tenso, como si cada palabra estuviera cargada de una expectativa latente, una bomba de tiempo a punto de explotar. JiSung intentaba ser lo más amable posible, hablaba con mi madre sobre su trabajo, sonreía cuando debía, pero mi padre permanecía callado, mirándolo con ese semblante crítico que siempre reservaba para los momentos en los que quería dejar clara su desaprobación.

Y finalmente, llegó el comentario que temía.

—Dime algo, JiSung —dijo mi padre con una frialdad evidente mientras dejaba el tenedor sobre el plato—, ¿cómo alguien como tú planea sostener a mi hijo?

El silencio se hizo inmediato, y sentí mi corazón acelerarse. Sabía que algo así venía, pero no esperaba que fuera tan directo, tan... hiriente. JiSung tensó la mandíbula, pero mantuvo su sonrisa educada.

—Yo... planeo trabajar duro —respondió con calma—. No tengo todo resuelto ahora, pero sé que juntos podemos construir algo...

—¿Construir qué? —interrumpió mi padre, su tono más cortante—. ¿Un capricho temporal? ¿O algo basado en... sexo, quizás? Porque si es eso, entonces puedes salir por esa puerta en este mismo instante.

La palabra resonó en la mesa como una bofetada, y me quedé congelado, incapaz de reaccionar de inmediato. Vi cómo el rostro de JiSung palidecía y luego se tensaba aún más, sus manos apretándose en puños sobre sus piernas. Mi madre intentó intervenir, poniéndole una mano en el brazo a mi padre, pero él la apartó con brusquedad.

—Papá, basta —intervine finalmente, mi voz temblando.

—No, tú basta —me respondió con severidad, sus ojos fijos en JiSung como si quisiera intimidarlo—. Si este chico solo está aquí por un rato de diversión, no tiene lugar en esta casa, ni en tu vida.

—Eso no es verdad —JiSung intentó hablar, pero su voz sonaba tensa, como si estuviera conteniendo una gran cantidad de emociones—. Yo no estoy aquí por eso. Yo...

—Entonces, ¿por qué estás aquí? —lo cortó de nuevo mi padre, su tono lleno de desprecio—. No eres capaz de ofrecerle nada a mi hijo. No puedes darle lo que necesita. No eres lo suficientemente bueno para él.

Esas palabras fueron demasiado. Pude ver el enojo encenderse en los ojos de JiSung. Se levantó de la mesa bruscamente, la silla rasgando el suelo con fuerza. Me levanté tras él, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho.

─ 𝐏𝐎𝐏𝐔𝐋𝐀𝐑 𝐆𝐄𝐍𝐓𝐋𝐄𝐌𝐀𝐍 ٭ 𝐇𝐚𝐧𝐊𝐧𝐨𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora