Desperté en un enorme desierto con unos cactus del tamaños de grandes robles y una arena tan amarilla que parecía sacada de la piel de los Simpsons, al principio me pareció una broma de mal gusto por parte de Charlie, pero al pasar las horas me di cuenta que no era así.
Tenía hambre, mucha hambre mi estomago sonaba como un motor antiguo. Sin nada que comer, solo unos animales extrañisimos y los gigantes cactus escogí el cactus puesto que soy vegano.
Con cortadas en las manos logre sacarle todas las pullas a un trozo de cactus, me lo comí y tenia un sabor amargo, difícil de comparar con otras cosas, aunque su agua era muy refrescante.
Empezé a sentir ansiedad tanto por las drogas como por el sexo.
Me acosté en una gran roca y comencé a tocarme mi pito, mientras se iba poniendo erecto lo iba masturbando, lo que no sospeche era que bajo la piedra había pequeños animales. En medio del climax y la excitación del acto una especie de araña con lo que parecían ser casi mil ojos, 20 patas y que media unos 15 centímetros, me pico un testículo.
El dolor era inmenso, sentía como el liquido se exparsia por mi cuarpo.
En ese momento que me sentía tan cercano a la muerte empece a meditar sobre mi vida.
Pero mas temprano que tarde el dolor fue bajando y reemplazándolo llego una euforia similar al que te da el éxtasis.
Si hubiese muerto en ese instante, verdaderamente diría: ¡Viví bien!
Escuche a lo lejos el sonido de un motor, que esta vez no era mi barriga. Hice señas con las manos y grite para pedirles ayuda. Ciertamente me escucharon y se dirigieron a donde yo estaba.
Una especie de jeep militar, que tenia adentro una atractiva mujer negra de ojos atrapantemente cafe, un asiático que probablemente era japones y un latino.
La negra antes de presentarse me dispara en la pierna pero en vez de sentir dolor, empiezo a sentir mareo hasta que caigo de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Bidimensional Memories
RandomLa triste y misteriosa historia de un ninfomano que tras experimentar con drogas, callo en una dimension en guerra