𝗮𝘀𝗵. ᵎ 糊 ⋆ ࣪. 𝗲𝗻𝗵𝘆𝗽𝗲𝗻. (en edición).

✦ ࣪ ˖ ⁽ O24 ⁾ 𝘁𝗿𝘂𝗲 𝗹𝗼𝘃𝗲.

˓ 🏳️ 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖺𝖽𝖾𝗋𝗈. ›

⋆ ՙ 𝟣𝟫:𝟢𝟥 𝗉.𝗆. ── © 𝖲𝖾𝗎́𝗅, 𝖢𝗈𝗋𝖾𝖺 𝖽𝖾𝗅 𝖲𝗎𝗋.
୨୧ 𝟣𝟨/𝟢𝟫/𝟤𝟢𝟤𝟦

Hyde estaba recostado en la cama donde dormían Ash y Heeseung, con la espalda apoyada en el respaldar acolchado. Sentía el peso de su hijo, de casi dos metros de altura, acurrucado sobre su pecho, ambos mirando hacia el vacío.

Hundió la mitad de su rostro en el cabello blanco y suave de Ash, deseando que ese silencio compartido no se volviera incómodo, aunque el aire estaba cargado de palabras no dichas.

──¿Seguro que no quieres aunque sea una tarta...? ──preguntó con la voz suave, casi temeroso de romper la calma.

Ash negó con la cabeza, sin emitir un solo sonido.

El veinteavo cumpleaños de su hijo era tan horrible como los anteriores. Desde que Hirohiko, su hermano mayor, falleció, cada cumpleaños había sido un recordatorio cruel de aquel día que lo cambió todo.

Ash había esperado ese día a su hermano, ansioso por la fiesta que debía celebrarse. Pero la celebración nunca llegó. En su lugar, el silencio sepulcral de una casa rota, los sollozos ahogados de su madre, las lágrimas de su padre. Y él, un niño demasiado pequeño para entender la muerte, observando desde una esquina, preguntándose por qué todos lloraban en su cumpleaños.

Cuando comprendió lo que había pasado, el peso de ese día se transformó en una sombra que lo seguía año tras año, convirtiendo los cumpleaños en un día de luto, no de celebración.

Los miembros de Enhypen habían intentado todo: regalos caros, tartas deslumbrantes, fiestas sorpresa. Pero nada lograba borrar la tristeza de su rostro. No importaba el esfuerzo que pusieran, Ash nunca pudo devolverles una sonrisa genuina. Sabía que lo hacían por amor, por amistad, pero su alma estaba insensible, congelada en aquel trágico cumpleaños de su niñez.

──¿Y si te compro un regalo? ──insistió Hyde con una sonrisa de tristeza. La negación de Ash fue aún más sutil, casi imperceptible.

Hideto suspiró, preocupado. Su corazón se agitaba con nerviosismo, sintiendo que cada intento por alegrar a su hijo era en vano.

──Pero... debe haber algo que pueda hacer por ti, amor. Es tu cumpleaños... no puedo fingir que es un día cualquiera. Tú siempre haces que mis cumpleaños sean especiales, me das los regalos más originales...

El silencio volvió a llenar la habitación, pesado y absoluto. Solo el sonido suave de la respiración de Ash rompía esa barrera invisible entre ellos.

De repente, la puerta se abrió lentamente, dejando que un haz de luz del pasillo iluminara el interior. La figura de Sunoo se asomó tímidamente, su cabello rubio reflejando el resplandor.

──O-Oigan... ──su voz tembló ligeramente. Ash y su padre lo miraron──. Sé que no te gustan los cumpleaños, Woody... pero... ──Sunoo respiró profundamente, buscando el valor para continuar──. ¿Podemos darte nuestro regalo, aunque sea?

Por un instante, Ash dudó. Sus ojos buscaron los de su padre, como si pidiera permiso, o tal vez buscando algún tipo de salvación en esa mirada paternal. Hyde le sonrió con ternura, alentándolo a disfrutar aunque fuera un pequeño momento de felicidad.

Finalmente, Ash asintió, y los ojos de Sunoo se iluminaron con alegría. Abrió la puerta de par en par, permitiendo que los otros seis miembros del grupo entraran entre risas suaves y sonrisas sinceras.

Se acercaron a la cama, subiendo uno a uno, rodeando a Ash en un abrazo que era más cálido que cualquier regalo material. Ni-Ki y Sunghoon, incluso, abrazaron también a Hyde, arrancándole una suave risa al hombre que apenas podía contener sus emociones.

Ash tardó un momento en procesar lo que estaba sucediendo. No era un regalo envuelto en papel brillante, ni un objeto caro que pudiera ser comprado. Era algo mucho más valioso y profundo: el amor sincero de amigos que se habían convertido en familia. Una conexión que iba más allá de la música, de los escenarios, de las luces y los fans. Ellos eran su refugio en medio de la tormenta.

Los chicos sabían lo difícil que era ese día para Ash, pero aún así, estaban ahí. No para reemplazar su dolor, sino para acompañarlo en él. Y, en ese abrazo, Ash sintió algo diferente. No era una sonrisa forzada, no era el frío de la tristeza habitual. Era algo cálido, algo que, por un breve instante, deshizo las barreras que había construido.

Porque en el fondo, él sabía que Hiro también estaba ahí, abrazándolo de alguna forma. Tal vez invisible, tal vez en el viento suave que entraba por la ventana abierta. Pero Hirohiko seguía con él, siempre.

Ash cerró los ojos, dejando que las lágrimas corrieran en silencio. Porque, por primera vez en mucho tiempo, sintió que no estaba solo en ese dolor que había guardado tanto tiempo.

𝗲𝘅𝗽𝗹𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻.

El capítulo refleja el dolor profundo que Ash siente por la pérdida de su hermano Hirohiko, quien murió el día de su cumpleaños. La muerte de Hiro ha marcado su vida, especialmente la forma en que percibe los cumpleaños, que deberían ser momentos de celebración, pero que para él son recordatorios de pérdida. La tristeza que Ash carga es algo que ni su padre, Hyde, ni los miembros de Enhypen pueden aliviar completamente. Sin embargo, en este capítulo se muestra cómo el amor y el apoyo incondicional de su familia y amigos logran, aunque sea por un momento, hacerle sentir que no está solo. El abrazo de los miembros de la banda representa la verdadera amistad y conexión humana, que, más allá de lo material, tiene el poder de sanar, aunque sea temporalmente, las heridas más profundas. El viento cálido que entra por la ventana simboliza la presencia invisible de Hirohiko, sugiriendo que, aunque no esté físicamente, sigue siendo una parte importante en la vida de Ash.