[contenido altamente sensible en este one shot, leer con discreción]
Cuando Leon Kennedy entró a la iglesia y se acercó al cautivo encadenado frente a él, su sonrisa mostró que su mente estaba retorcida por la Plaga.
-Bueno, bueno -se burló, con un tono oscuro y siniestro en su voz-. ¿Enviaron a un agente patético e inepto a una misión tan peligrosa? Un hazmerreír.
Leon deja caer su documento de identidad al suelo con una expresión de disgusto en su rostro. Se pone en cuclillas frente a ella, aprieta sus mejillas con fuerza, sin preocuparse de que le duela.
-Viniste a salvarme, ¿eh? Bueno... agradezco el pequeño regalo de un esclavo personal. -Leon sonríe con una sonrisa cruel y malvada que hiela la sangre.
-No tienes que hacer esto... Aún puedes redimirte... -Dijo T/n.
-¿Redención? ¿Para que? Esta es la vida que siempre debí llevar, ya no soy un perro de caza del gobierno, ¡Ya no! -Leon soltó con brusquedad la mandíbula de T/n. -Pero ahora, eso va a cambiar para ti, ya no serás una esclava del gobierno -Sonrió de forma malévola. -Seras mí esclava.
Justo cuando terminaba de decir eso, su risa sádica inundó el lugar, Leon le arrancó la ropa antes de que pudiera siquiera protestar.
-¡No lo hagas...! ¡No debes hacer esto...!
-¡Cállate! -Leon le lanzó de forma violenta un cuchillo, lo clavó en su muslo.
-¡Maldito...! -T/n gritó de dolor, su alarido recorrió toda la iglesia en un segundo.
Un par de pasos se oyeron por detrás de ella, cuando volteó rápidamente a ver, se encontró con una joven rubia y bastante maltratada.
-¿¡Ashley...!? ¿¡Ashley Graham...!?
La joven tambaleó y cayó al piso, su cuerpo estaba cubierto de marcas y por consecuencia, la infección de la plaga.
-¿¡Que le hiciste enfermo de mierda..!? -Le gritó a Leon.
-Lo que voy a hacerte a ti, ¿Por qué? -Leon rió. -Es interesante, quien diría que tendría a los dos mejores de ese puto ejército a mí favor, y aún mejor, a la hija del presidente Graham.
-¿Que...? ¿Que otro mejor...? -T/n quedó estupefacta, rogando porque no sea quien cree.
-¿Jack Krauser?, tu querido papito, fue el responsable de que mí querida Ashley este aquí -Leon se arrodilló junto a ella y le inyectó algo, parecía ser medicina. -O no, ¿Ashley?
La jovencita no dijo ni una sola palabra, parecía carcomida por el dolor, y honestamente para T/n, si dolía.
-Oh... Bubu... Pobre niña triste, ¿Tu papito te traicionó? ¿Por qué no me sorprende?
-¡Eres un hijo de puta! ¡Él te amaba como a un hijo...! -Las lágrimas de ira de T/n se deslizan hacia el piso.
-Ah, ¿así que te sorprende que tu querido anciano te haya traicionado? Bienvenida al mundo real, princesa. En este juego, la lealtad es solo una linda mentira que dicen para mantener a raya a las ovejas.
Se levantó lentamente, elevándose sobre ella con una presencia imponente que parecía llenar toda la iglesia. Sus fríos ojos azules te perforaron los ojos, las venas alrededor de su ojo izquierdo palpitaban con un brillo púrpura enfermizo.
-Pero ya basta de problemas con tu padre. Centrémonos en lo que realmente importa aquí: tu sumisión a mí.
Leon extendió la mano y agarró su barbilla con fuerza, obligándola a mirarlo a los ojos. Su agarre era como el hierro y podía sentir la fuerza bruta en sus dedos mientras se hundían en su piel.