Donde todo se desato

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Eran poco mas de las 10 am, iba camino a una conferencia que me tocaba dar, llevaba ya algunas semanas con la agenda repleta de todo tipo de compromisos relacionados a la asociación, no me quejo, lo que mas me gusta lo estoy realizando, simplemente no deja de ser cansado. Mi día había comenzado un poco, mmmm digamos, interesante; Hoy era el día en el que Daniel llegaba de su viaje de trabajo, o simplemente ese era el plan inicial, pero no entiendo por que me sorprendió, una vez mas, sus cambios "repentinos" de plan, "Mi amor, el, vuelo se retraso" "lo perdí" "nos pidieron una conferencia mas" sea cual fuese su razón, siempre se quedaba mas de lo esperado. tal vez, después de la 6ta vez, tendría que haberme acostumbrado, pero por alguna extraña razón, nunca fue así y ya había hecho planes con mis padres para cenar, así que esa misma mañana, después de recibir la nota de voz de Daniel, tocaba hacer la llamada mas incomoda y poco rápida, "Mamá ?.. como esta papá ?.. que bueno.. oye.. por eso llamaba... no podremos ir a cenar.. si si, todos bien.. el vuelo de Daniel se retraso... si el esta bien.. lo se, lo siento.. salúdame a papa y a la tía Ana.. los quiero.. adiós." Mamá era de esas mujeres muy comunicativas, así que era mejor cortar la conversación rápido, antes de que te contara de las desgracias ajenas y de lo que la vecina le había contado, sobre el señor de la basura o de cualquier persona.

La conferencia empezaba a las 10:30 así que iba un poco retrasada, empecé a repasar los punto más importantes, por que aunque ya estaba un poco relacionada con el procedimiento de la exposición, no estaba de mas el repasar un poco. Como esos minutos antes de los exámenes de la preparatoria, que aunque no aprendieras nada en ese lapso corto de tiempo, al estudiarlo te sentías la persona mas experta en el tema, hasta que llegaba la prueba y no recordabas ni tu nombre. Pero esos días de prepa habían terminado y yo estaba lista para mi platica. Tan pronto aparque me baje del auto con mi bolsa en un hombro, mi carpeta recargada en mi brazo derecho y mi café en la mano izquierda. Al llegar mas o menos a la mitad del camino recordé que no había cerrado la camioneta, entonces tuve que recorrer de nuevo el camino hacia mi carro y mas o menos a una altura que imagine buena, oprimí el botón de "cerrar" de la llave, luego recordé que esos carros cerraban solos, el ritual que acababa de protagonizar fue en vano, tan típico de mi, Daniel constantemente me decía "Laura tienes que ser mas observadora, un día de estos vas a terminar bañándote dos veces por que no recordaras que ya lo hiciste la primera vez" yo solo reía mientras me prometía a mi misma que no le diría que eso ya me había sucedido, mínimo 2 veces.

Justo a tiempo, eran exactas 10:25 cuando cruce la puerta trasera del "escenario" si así puede ser llamado un gran cajón de madera de unos 2x2.5 metros de largo,con unas cortinas colgando desde el techo, era gracioso, cuando dicen conferencia te imaginas en una sala equipada para tal tarea, con sillas especiales y suficientes para muchas personas interesadas en el tema, pero apenas iba comenzando. Tenía que ser paciente. Fueron llegando las personas y yo me fui poniendo nerviosa, pero no me preocupaba por que sabia que al pisar ese maravilloso escenario la magia corría dentro de mi.
Estudie psicología, una carrera poco adecuada para mi, o por lo menos era lo que decían algunas personas por ahí, lo que no pudieron sostener por mucho tiempo, por que en verdad es algo en lo que fui buena desde el principio, luego me enfoque en las personas con discapacidad y las cosas se fueron acomodando hasta que llego a mi vida la fundación en la que estoy, no tengo ni idea de que si fue el destino o simplemente casualidad, pero aquí estaba yo, hablando sobre lo que amaba, sintiendo lo que decía y amando lo que sentía.
La conferencia fue todo un éxito, simplemente espectacular, al bajar del escenario, me encontré con algunas personas interesadas en saber más sobre la fundación, me sentí realizada por que sabia que esto daría más frutos. Era hora de ir a trabajar o seguir trabajando, depende de qué punto de vista se viera, así que me dispuse a partir, antes de llegar a la puerta de entrada y poder por fin registrar mi pase de salida, me encontré con una señora en el elevador, por increíble que parezca, había visto a esa mujer, de algún lado. Una vez mas maldije mi poca habilidad de recordar rostros y nombres.
-¿Laura?- mierda, ¿de donde la conozco?
- Si diga.- dije sonriendo.
- Por dios!! Sabia que eras tu, me da muchísimo gusto verte de nuevo.- dijo la señora, con una voz tan contenta, que realmente se sentía el gusto por volver a verme. Y yo sin saber quien era, pero esa voz...
- Muchisimas gracias...- dije sacada de onda.
- No me reconoces verdad pequeña.- moví de un lado a otro mi cabeza.- no te culpo mi niña, hace mucho tiempo que no nos vemos.
De repente se me vino a la cabeza una sola persona, un solo rostro que por muchos años sentía y aseguraba que mi subconsciente había enterrado en lo más profundo de lo que se supone que guarda la mente lo recuerdos que no nos interesan o simplemente no queremos volver a recordar.
- Señora Walter. Que sorpresa- y vaya que era una maldita sorpresa.
- Lo es mi niña.- lo dijo en un tono tan peculiar que no se si tendría que preocuparme
- Sabes? tengo unos cuantos proyectos que te pueden interesar.- me dijo tomándome del brazo derecho, con suavidad.
La idea de tener un proyecto con la señora Walter me preocupaba, me asustaba, pero también me atraía. La señora Walter es una de las personas mas importantes en un centro de ayuda psicológica, desde que la conocí, en esos días de preparatoria que me empeño tanto en olvidar, yo ya sabia cual era mi vocación y la señora Walter me ayudo a discernir. Pero también la señora Walter o Natalia, como aveces le gustaba que le dijera, era la mamá de Raúl y era de el del que no quería recordar nada.

"Andrea? Tuve el día más extraño de este mes, llámame cuando puedas"
Desde que tengo uso de razón, a la primera persona que le he llamado cuando algo trágico me pasa, es a Andrea, como esa vez que me quede atorada en un elevador o la vez en la que un ciclista me aventó a una fuente mientras me amarraba la agujeta de mi tenis de correr, que suerte la mía, siempre es la primera persona que se entera de mis desgracias y en unas cuantas a tenido la fortuna de participar o ser testigo, total, es mi mejor amiga y hace honor a su título.
Pero desde que se le ocurrió casarse hace 3 meses, parece que hubiera emigrado a otro mundo, lo se, solo se cambio 5 cuadras de lo que un día fue nuestro departamento, pero parece un chingo.
"Voy para allá"
15 min después la puerta se abrió, claro la reina se negó a entregar la llave, bueno yo nunca se la pedí, la verdad se que ella entraría a salvarme si en algún momento me pego en la cabeza mientras me baño y nadie me escucha, aparte es muy útil como en estos casos.
"Ahora que sucedió Laura?"
"¿Recuerdas a Raúl?" Que pregunta tan torpe, claro que lo recuerda, todos lo recuerdan, hasta yo lo recuerdo.
... Aunque preferiría no recordarlo.
"¿Lo viste?, mierda, ¿donde?, ¿que sentiste?" Lo ven?, hasta mi mejor amiga se pone pálida solo de pensar en la mínima posibilidad de que me lo topará.
"No, tranquila, vi a la señora Walter, estaba en la conferencia de hoy"
"Mierda, Laura, podrías haber empezado desde ahí."
Como buena amiga, le conté todo lo que sucedió en ese día, desde el repentino cambio de planes de Daniel, que hay que mencionar que su cara resumió el disgusto que eso le proporcionaba, hasta la inesperada propuesta que la señora Walter me hizo. Y al final solo se le ocurrió decir.
"Laura, estas de acuerdo que si la señora Walter esta aquí, también el señor Walter y posiblemente también..."
"Cállate que eso es lo que mas me carcome"

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2015 ⏰

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