Dia de Academia

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"Amén".

"Amén".

"Aquí concluimos la Misa de hoy, gracias a todos por venir".

"Muchas gracias, Padre, hasta hace solo unas semanas la Iglesia estaba abandonada, pero gracias a usted, pudimos volver a abrirla".

"Dios nos guía en nuestro camino, en mi caso, terminé llegando aquí, mi deber como Sacerdote es promulgar la palabra del Señor".

"Igualmente, muchas gracias".

"Hasta luego".

"Hasta luego, Padre".

La Iglesia finalmente quedó vacía, solo con el Padre, el cual guardaba las cosas utilizadas.

Mi nombre es Angel Aparicio, aunque actualmente se me conoce como Kotomine Shirou, soy el Padre de la Iglesia del pueblo llamada Kuoh, ubicado en Japón, la razón por la que estoy aquí me es desconocida. Un día simplemente desperté aquí, en este cuerpo distinto, en un continente distinto, en un año distinto, y lo mas sorprendente, en un mundo distinto.

Kotomine Shirou es mi nombre, aunque este nombre y apariencia las recuerdo, levemente, de alguna historia de mi vida pasada. Mi Fe me hace dudar en la reencarnación, aunque las pruebas las tengo frente a mis ojos, decido creer que Dios me encomendó alguna misión en este mundo.

Algo sorprendente es que volví a tener 18 años, y este cuerpo a esa edad temprana ya es Sacerdote.

Al terminar de guardar todo, me gire para ver la estatua de Jesucristo crucificado.

"En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, Amén".

Saliendo de la Iglesia, le di una mirada rápida.

"Esta Iglesia necesita mantenimiento, debería hacer unas llamadas".

La Iglesia de Kuoh estaba ubicada a las afueras del Pueblo, a la entrada de un bosque, un mal lugar que no le daba la visibilidad suficiente, haciendo que en el pasado fuera abandonada. Aunque al volverla a abrir, no mucha gente viene, es normal.

"Debo restaurar la Fe en este pueblo".

Lunes 20 de Agosto de 2007.
Kuoh, Japón.

Debido a la corta edad de este cuerpo, también tengo que estudiar. En este momento voy a cursar el tercer año de Preparatoria en la Academia Kuoh, según lo poco que se, esta academia hasta hace no mucho, era una escuela solo para mujeres.

Dios me dio otra oportunidad, en mi vida pasada no pude disfrutar de estos momentos, ahora tengo la oportunidad, así que no la voy a desperdiciar.

La academia tenía una estructura antigua, aunque se mantenía intacta, al igual que su uniforme, bastante elegante.

No había nadie en los alrededores, ya que las clases ya habían iniciado.

Al entrar al edificio, busqué mi aula, la clase 3-A. Al girar en una esquina, finalmente la encontré.

Pese a ser un edificio grande, la Academia solo tiene dos clases por grado. Algo normal ya que este es un pueblo relativamente pequeño.

Dando un largo suspiro, toque la puerta del Aula.

Después de unos segundos, la puerta fue abierta.

Una mujer de mediana edad me saludó. "Tu debes ser Kotomine, ¿verdad?".

"Claro".

"Bien, pasa".

Entrando al aula, miré a mis futuros compañeros con una sonrisa.

Santo de su Devoción • Yo en DxDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora