Ira Demoniaca

127 20 1
                                    

Mirando con seriedad a Freed, no pude evitar sentir incertidumbre en mi corazón. Algo para nada extraño, después de todo me estaba apuntando con una pistola.

"¿Que quieres?", pregunté.

"Inicialmente no te iba a hacer nada, pero ya te involucraste con esos asquerosos demonios, ya no puedo dejarte vivir.

"¿¡De que Demonios hablas!?", volví a preguntar perdiendo los estribos.

"Ya no parece tan amable, Padre", dijo Freed comenzando a caminar a mi alrededor, sin dejar de apuntarme. "Pero respondiendo a su pregunta, quizás no lo sepa, pero en este mundo existen las criaturas mitológicas, aunque todos son solo asquerosidades las cuales deben ser erradicadas. ¡Ese es mi trabajo, no, mi deber! Eso te incluye a ti, que ya has sido manchado", decía Freed con locura.

"Entonces la señorita Gremory era en realidad la Gremory verdadera", dije en shock, mirando a la nada.

"¡Exacto, fuiste un idiota al no notarlo, su maldito cuerpo desprende el hedor a demonio!", exclamó Freed y me disparó.

"¡Mierda!", pensé y traté de esquivarlo.

"¡Hijo de... Dios!", dije con dolor viendo que la bala me había atravesado el brazo.

"¡¡¡JAJAJAJA, VAMOS, PADRE, QUIZÁS SI RUEGAS POR TU VIDA Y DICES QUE TE ARREPIENTES DE HABER CONOCIDO A ESAS CUCARACHAS, PIENSE EN NO MATARTE", Gritaba Freed mientras disparaba a todas direcciones.

"¡Me niego! Incluso si Gremory y sus compañeros eran demonios, se que no son malas personas, y no me arrepiento de haberlos conocido", dije con seriedad mientras me acercaba a Freed.

"¡Eh! Que estúpido", dijo Freed y sin dudar me dio un disparo en la cabeza.

"Otra vez voy a morir... ¿Otra vez? Oh... Es cierto, yo no simplemente aparecí en este mundo. Ahora lo recuerdo, alguien me había matado".

"¡Nnghhh!", escuché que alguien apretaba los dientes y gemía de dolor.

Abriendo los ojos, pude ver frente a mi a. "¡Koneko!", exclamé sorprendido y pude ver que tenía una herida en uno de sus brazos.

"¡Maldito exorcista!", dijo Koneko entre dientes.

"¡Un maldito demonio, protegiendo a un humano, que acto tan repulsivo!".

"¡Huye, Kotomine, lo mas lejos que puedas, y no mires atrás!".

"..."

¡Estaré bien, tu solo vete, este lugar puede ser destruido y no podré protegerte!", me gritó Koneko mientras esquivaba varios tajos de una espada de luz, que Freed había sacado de quien sabe donde.

"¡Ten cuidado", exclamé y salí corriendo de la Iglesia.

Flashback.

Me encuentro siguiendo al humano que Rias me pidió vigilar, Kotomine Shirou, una persona bastante extraña, pero a mi parecer inofensiva.

Conforme nos acercábamos, inconscientemente liberaba un poco de mi aura, probablemente Shirou sea un sensor, ya que parecía sentirme y ponerse tenso conforme avanzábamos. Algo a tomar en cuenta.

"¡Esta aura! Hay alguien ahí adentro", pensé con seriedad y oculté mi poder mágico, para evitar ser notada.

"Parece que Kotomine no mentía, no sabe absolutamente nada, pero ese tipo... Es un exorcista renegado".

"¡Le disparó! ¿Debería intervenir? No, Rias solo me pidió vigilarlo, y si muere, probablemente Rias lo reviva".

"¡Me niego! Incluso si Gremory y sus compañeros eran demonios, se que no son malas personas, y no me arrepiento de haberlos conocido", escuche atentamente las palabras de Kotomine.

Santo de su Devoción • Yo en DxDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora