Capítulo II

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-¿¡Por qué me detuviste, él mató a Mu Qing!?- exclamo como extrañas veces enojado su alteza

-No, Hua Sheng no lo mató- respondió el rey fantasma

-¿Qué quieres decir?- cuestionó Feng Xin aún sin procesar lo sucedido

-Conozco a A-Sheng mejor que nadie, él es mi hermano menor- soltó el único fantasma entre los presentes en voz baja

Hua Cheng suspiró y comenzó a explicarles, resulta que Hua Sheng, su hermano menor por 4 años había nacido con un peor destino que él mismo, con ambos ojos rojos (que para los aldeanos representaban al demonio), realmente la habían pasado mal, Hua Cheng era muy pequeño para hacerse cargo de otro niño, aun así lo intentó, lo cuido todo lo que pudo pero cuando Hua Cheng murió su pequeño hermano quedo desamparado y desprotegido en un mundo aterrador, fue maltratado, golpeado y humillado hasta que su frágil cuerpo no lo resistió, Hua Sheng guiado por el resentimiento se convirtió en un fantasma y asesino a todo aquel que le hizo daño, luego de eso aún seguía en la tierra, no se disipaba ¿Por qué? Ni siquiera el mismo Hua Cheng lo entendía, debido a que no podía (ni quería morir) Hua Sheng viajó al monte TongLu, se convirtió en un supremo, perfecciono sus técnicas y se dedicó a atormentar mortales, realmente lo disfrutaba

Cuando Hua Cheng se convirtió en un supremo años más tarde, se enfrentó a su hermano y posteriormente lo sello en una zona restringida en ciudad fantasma, cubrió bajo su nombre todos los delitos cometidos por su hermano y enterró el nombre de la calamidad "la sinfonía susurrante de la malicia enmascarada", cualquier persona que fuese víctima de su hermano sería atormentada por aquellos recuerdos del pasado al punto de querer acabar con su propia vida pero sin lograrlo hasta que Hua Sheng lo liberara, el los calmaba con su voz angelical, esa tan suave como un susurro pero tan reconfortante como una bella sinfonía, los hacía creer que todo estría bien mientras él estuviese allí, los adiestraba y volvía sus mascotas, nadie escapaba

No suena tan aterrador como nombrar Hua Cheng el rey fantasma, pero Hua Sheng era intimidante, hurgaba en tus recuerdos hasta dar con aquello que más quieres olvidar, amplifica tu trauma y te atormenta hasta la muerte, podían ser semanas, meses, años e incluso siglos, por mucho que lo desearas, no podrías escapar, no con la marca de aquella flor blanca, pura y llena de espinas rodeando tu cuello, dejándote sin aire con solo su existencia

Por otro lado, Hua Sheng era capaz de crear cuerpos, de carne y hueso, completamente reales, ofreciéndote "una nueva y mejor vida", lo cual solo era una fachada, él te juzga y condena, no era un redentor o salvador, era el mismísimo demonio bajo aquella apariencia angelical, muchos se engañaban por su tierna y débil apariencia, pero su hermanito no era débil, tal vez tierno, pero nunca débil, de lo contrario no sería un supremo

-¿Por qué nunca nos enteramos de su existencia?- preguntó Feng Xin una vez el rey fantasma acabó su relato

-Yo me encargue de borrar su existencia misma de todos lados, nadie recuerda a "la sinfonía susurrante de la malicia enmascarada", solo recuerdan a "lluvia carmesí que busca una flor" irrumpiendo aldeas y masacrando personas- responde entre dientes el supremo, no está orgulloso de que su alteza se entere de todo lo que ha hecho

-¿Qué pasará con Mu Qing?- cuestiona el emperador celestial a su esposo

-Yo... esta vez no puedo darle una respuesta gege, perdone a este inútil esposo, Hua Sheng puede hacer cualquier cosa, es una caja de sorpresas, nunca me di cuenta que había escapado de ciudad fantasma, estoy dispuesto a recibir cualquier castigo que su alteza crea conveniente por mis faltas- inmediatamente se arrodillo ante su amado esposo

-Levántate San Lang, entiendo, solo... debiste decirme antes, nos hubiésemos ahorrado muchos problemas- le respondió el Dios de mayor rango con voz amable y cariñosa

Renacer [Mu Qing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora