La noche recién comenzaba para el jóven castaño de 25 años, actor y por qué no, modelo, Tom Stanley Holland.
Su ascenso a la fama parecía no querer detenerse. "The devil all the time", "Cherry", y su más reciente estreno "Spiderman: No Way Home" eran tan solo algunos de sus más brillantes trabajos. Y ahora iba por un nuevo objetivo, « Uncharted »
Starry Drinks era una disco-bar de los Ángeles sumamente conocida por ser reservada para los famosos y más adinerados inquilinos de Sunset Strip. No era sorpresa para los trabajadores de aquel lugar compartir espacio con las estrellas más anheladas de todos los tiempos. Así como también tenían una regla, lo que sucede dentro de ese antro, MUERE en ese antro. La confidencialidad era su mayor virtud, y por eso, las estrellas no lo dudaban ni un segundo en terminar sus festejos y regalar sus mejores borracheras allí.
Tom Holland se encontraba junto a sus compañeros de reparto y productores de Uncharted bebiendo y pasandosela bien. Las luces eran bajas, el sonido era alto y el alcohol comenzaba a hacer efecto en su sistema.
El jóven ya sabía como funcionaba aquel sitio, así que no se preocupaba demasiado.
Entre tantas conversaciones un poco aburridas, necesitaba diversión. Su relación actual con la joven actriz Zendaya no estaba en muy buenas condiciones, ella se encontraba en Londres, su ciudad natal, en los desfiles de "Versace". Hace más de tres semanas habían discutido fuerte y su relación no fue la misma desde entonces.
“Las apariencias engañan”
Tom parecía ser un joven dulce, carismático, tierno y tímido. Eso es lo que demostraba a las personas con sus acciones y actitudes. En sus películas y entrevistas. Sus relaciones más cercas lo describen de esa manera. Y lo era, claro que lo era.
Pero había una parte de Holland que nadie conocía, o bueno, casi nadie.
Mientras sostenía un vaso de Gintonic en su mano, observa a sus alrededores deteniendo su vista en algo que llamo demasiado su atención. Mueve su cuerpo un poco a su izquierda ya que Mark Wahlberg le tapaba la linda imagen que tenía a pocos metros suyo. El castaño remoja sus labios nuevamente en aquel trago que tanto disfrutaba. Traga profundamente con una sola imagen en su mente.
