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La vida de Cassie Campbell había dado un giro rotundo en menos de dos semanas. Ahora ser la amante del joven actor Tom Holland le traía no solo el beneficios de tener encuentros sexuales muy pero muy excitantes con él, si no que también recibía regalos y lujos de su parte. Con el fin de mantener su silencio, claro; pero no dejaban de ser lujos que antes no podía tener.
Holland había pagado su propio apartamento, a pocos kilómetros del suyo. Dejo de vivir con sus padres para afrontar la vida en solitario en su nuevo piso de dos ambientes en la calle más privada de Los Ángeles. También le dió el lujo de tener el último iPhone entre sus manos para que pueda comunicarse con él, precisamente desde ese celular. Sin contar las joyas, y prendas de ropa lujosas que le llegaban a la puerta de su apartamento cada 4 días o menos. Esto con el propósito de que no se olvidé de su amante favorito. Y el único, claro.
Pero el pacto de silencio que habían hecho aquella noche donde comenzó todo, no fue respetado por Cassie, al menos debía contarle a una persona todo esto, no podía guardar ese secreto sola, la consumía, necesitaba de alguien con quién compartir esa vida de lujos, y no podía mantenerla oculta de Audrey, su mejor amiga y fiel compañera durante los últimos 6 años. Ella también estaba en el mundo de la fama, por ser la hija del productor de nada más ni nada menos, Uncharted, la proxima película que filmaría Tom. Ella la entendería sin juzgarla, jamás lo hizo.
— ¿Entonces él compra tu silencio solo con regalos diarios, tu apartamento y muy buenas folladas en su piso? —Pregunta entre risas la joven Audrey, quien estaba impresionada por lo que la belleza de su mejor amiga podía lograr— ¡Es excelente! ¿Cómo lo hiciste? ¡Necesito esto en mi vida!
Cassie sonríe tapando su rostro, un poco avergonzada pero a la vez, sin poder creerlo del todo tampoco
— Cuando fuimos a Starry Drinks te dije que fui al baño pero no fue así, el me indico un piso y un pasillo. Todo comenzó ahí, luego me invitó a su departamento, me follo como te conté, y hoy se cumplen tres semanas de todo esto. —Explica— El apartamento me lo dieron hace una semana, necesitaba decírselo a alguien, lo siento, no aguante —Ambas ríen emocionadas—
— ¿Y que le dijiste a tus padres? ¿Saben de esto?
— ¡No claro que no! Nadie más que tú, yo y Tom saben de esto. Y bueno, probablemente su chofer y algún manager que él tenga que lo cubra de estás cosas —Responde encogiendo sus hombros— Mis padres creyeron que todo este tiempo estuve ahorrando, creen que mis pagos como modelo fueron suficientes para pagar esto —Sonríe observando a sus alrededores, el apartamento que Tom decidió pagar era precioso, con una vista a la ciudad que parecía justamente de película. No era demasiado grande pero tampoco muy pequeño, era justo para ella—
